Uno de los tesoros más valiosos que podemos regalar a nuestros hijos es el amor por la lectura. La magia que se desata al abrir un libro, explorar nuevos mundos y descubrir curiosidades fascinantes es algo que puede transformar sus vidas. Una de las formas más efectivas y divertidas de inculcar este amor por la lectura desde temprana edad es a través de libros que recogen datos curiosos.

Estos libros son auténticas joyas de información, especialmente diseñadas para los pequeños exploradores que están comenzando su travesía en el mundo de las letras. Están llenos de datos, hechos interesantes y curiosidades sobre una amplia gama de temas: desde animales hasta ciencia, historia, geografía y más. Con ilustraciones coloridas y textos sencillos, estos libros invitan a los niños a aprender de forma interactiva y emocionante. Como se trata de textos muy cortos son una píldora para que lean un poco cada día aunque solo sea durante un par de minutos. En este caso plantea en 365 datos curiosos de Anaya podemos abordarlo de forma loca y leer varias páginas o si queremos que los pequeños tomen las riendas o estamos ante primeros lectores, podemos hacer una mini lectura diaria. 

Corría el verano de 2017 cuando una noticia de esas virales asaltaba Twitter. Una niña dejaba a su pez en el rellano de la escalera con una nota para que los vecinos se hicieran cargo del pequeño pez. Era un pez naranja, de esos que viven en peceras redondas y acompañan como mascota a los peques. Las redes sociales se volcaron con Pesesín, que así se llamaba la criatura, mientras los vecinos iban informando de los avances con su cuidado. le cambiaron el agua, le pusieron comida en férreos turnos y Pesesín estaba ahí cuando regresó su dueña. En este caso la gente sacó a relucir muchos temas: la responsabilidad de tener mascotas, el abandono animal, si la actuación era correcta... pero a mi lo que me fascinaba de la historia era ver las nuevas notas de los vecinos y cómo cuidaban al bicho sin cuestionárselo. Nosotros  tenemos peces desde 2015. Fue la primera cosa que pidió con lengua de trapo a los Reyes Magos. Tenía año y medio y cuando le preguntaban decía a todos: 

- Quiero un Pes.  

Luego se dio cuenta de que un pez solo era un rollo y decidió pedir "un pez mamá, un pez papá y un pez bebé". Así que llegó al pecera de 60 litros con 10 peces. Uno de ellos era "un tiburón ballena pequeño" que limpiaba el acuario. Religiosamente alimentó a los peces y exceptuando un accidente donde medio bote cayó a la pecera (del que pudimos salvar a muchos especímenes del desastre) debo decir que la pecera sigue ahí y solemos tener peces bebés cada poco. Los peces son una responsabilidad suya y como tal los tiene encantados. Por eso seguimos en casa las aventuras de Pesesín con preocupación. Y por eso al leer la sinopsis de la novela Un pez en la escalera de Beatriz Giménez de Ory nos dimos cuenta de que debía ser una maravilla. 

El libro. 

El libro en este caso no cuenta la historia del pez, en este caso un pececillo rojo llamado Alegría, ni siquiera la de sus dueñas, una madre y su hija que se acaban de mudar a un edificio que parece deshabitado. Al contrario, son meras anécdotas para hablar de los propietarios del inmueble, una serie de personajes relacionados entre ellos que no pasan por su mejor momento. Rencores, peleas familiares, antiguos amores... todas esas historias encerradas en cada piso sin ser contadas hasta que el pez les saca de su encierro y les ayuda a relacionarse de nuevo. Y es que el pez de la escalera es una excusa para hablar de relaciones interpersonales, de la amistad, del perdón y de la necesidad de querer y ser querido.

Beatriz dibuja personajes muy claros con historias muy definidas pero con un punto mágico que atrapan al lector, pero no sólo al pequeño. Yo he disfrutado conociendo a los vecinos de la comunidad tanto como el canijo. Diría que incluso más. Me atrevo a decir que es la primera vez que siento ternura al escuchar hablar de un administrador de fincas porque la gracia de la narración es el equilibrio entre el presente, el pasado y el futuro de esos habitantes del número 13 de la calle Soldadito de Plomo. Y tiene que llegar Selene y su pez de feria para que descubran que estaban todos tan cerca y a la vez tan lejos. 

Los valores.

Siempre que atacamos un libro de Lo que leo lo hacemos con cierta ilusión porque en cada uno de ellos se esconden valores fundamentales para la educación de los peques pero en este caso es uno de los eslabones más fuertes de la historia. En una sociedad donde casi ninguno conocemos a nuestros vecinos (incluso los evitamos en el rellano si podemos) la convivencia es muy diferente a lo que era antes. Pero no sólo se queda en la anécdota. Las historias entrelazadas con un punto de realismo mágico y un toque de humor hacen que en sus 128 páginas conozcamos a todos los vecinos y nos hagan saltar lágrimas de risa y de alegría. Eso es muy inusual en un libro infantil.

Las ilustraciones.  

Un apartado especial merece Alex F. el culpable de las ilustraciones del libro. Una maravilla realizada a acuarela que da un toque perfecto para acompañar a la historia. Se trata de un dibujante e ilustrador formado en diseño gráfico en La escuela de artes y oficios ILLA de Sabadell e ilustración en la Escuela de Arte y Superior de diseño de Vitoria-Gasteiz. Se dedica a la ilustración de novelas infantiles y juveniles con un éxito tremendo. 

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FICHA TÉCNICA

 Siempre he sido una enamorada de la lectura. Hubo una época en la que no había viernes que no visitara la biblioteca del barrio buscando una lectura para el fin de semana. Unas veces un clásico, otras veces un beso sellar y a veces, incluso, simplemente me llevaba un libro porque la portada me resultaba curiosa o porque lo veía abandonado en alguno de los carritos. Era una época donde los libros se buscaban en fichas de cartulina amarillenta y tenías que copiar la referencia para poder encontrarlo. Se almacenaba en grandes ficheros en el hall de entrada y te sellaban manualmente la fecha de devolución. Había cola en los archivadores para buscar algún libro de esos que mandaban mucho en el cole y siempre soñaba que el fantasma de Los cazafantasmas escupía todas las fichas del fichero sembrando el caos justo al lado de la sección de literatura infantil. 

Cuando vi que El cuanto que quería ser leído era un homenaje a las bibliotecas me enamoró el concepto. La verdad es que entre los libros que tengo de cuando era niña, los que recibimos en casa y las pandemias hace ya años que no bajamos a la biblioteca para dejar que un libro cualquiera nos seduzca y llevarlo a casa. Esto es un poco lo que propone Carolina Rabei. 

Carolina es una de esas personas que sabe hacer de todo. Estudió Bellas Artes y se licenció en Diseño Gráfico en Moldavia y más tarde en Ilustración de libros para niños en la prestigiosa escuela de Cambridge. Para ella las bibliotecas son sitos especiales y por eso ha ilustrado y escrito esta maravillosa obra que anima a los más pequeños a visitar estos mágicos lugares. Con una prosa divertida y un argumento sencillo pero resultó consigue dibujar a la perfección ese mundo fantástico que son las secciones infantiles llenas de libros especiales con colores y niños jugueteando por los pasillos. Una de las secciones más bonitas del mundo porque hacen que nazcan los sueños más ocultos de los pequeños y les inspiran para sacar lo mejor de sí mismos. 

Sus dibujos son una mezcla perfecta entre técnicas tradicionales y digitales con unas ilustraciones delicadas y coloristas con tonos dulces y pastel que te atraparan como lector tengas la edad que tengas. La historia también ayuda. ¿Recordáis Toy Story con los juguetes de Andy revolucionándose cuando están solos en la habitación? Pues imagina que pasa lo mismo en las bibliotecas. Cuando se apaga la última luz y todos los niños se van de la sala de lectura infantil los libros salen de los estantes para contar quién los ha leído y cómo los han disfrutado. Con alegría cada uno posee una historia, una aventura en autobús, o un niño al que han inspirado. Todos hablan joviales menos uno. Uno que está en lo alto de una estantería, lleno de polvo y que nunca ha salido de la biblioteca. Un libro que no sabe de qué trata porque nunca lo han disfrutado. Pero los libros consiguen sacarlo de su rincón y dejarlo en una mesa donde seguramente un niño lo cogerá y se lo levará prestado. Allí empezará la aventura del libro pero también la del niño porque cuenta la leyenda que no hay niños a los que no los guste leer, que lo que les pasa es que no han encontrado el libro al que están destinados. 

Una historia tierna y dulce que fomenta el amor por los libros, por las bibliotecas y que tiene un montón de temas para que los peques a partir de 3 años aprendan lo maravilloso que es dejarse seducir por un libro. ¿Encontrará Dino finalmente su lector ideal? ¿Averiguará qué hay en sus páginas? Tendrás que leerlo para saberlo.

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FICHA DEL LIBRO

Nº de páginas: 32 

No sé que pasa de un tiempo a esta parte que los libros que caen en nuestras manos de un modo u otro tiene una carga de igualdad brutal, pero ¡Ojo! No es el objetivo final del libro, es parte de la sociedad en la que viven sus protagonistas donde los roles de género van cambiando y no pasa nada si a un niño se le da bien coser o si las niñas están asilvestradas. Es una maravilla porque al ser parte orgánica de la historia al final son estándares que llegan a los peques y asumen de forma consciente y sin cuestionarse los antiguos prejuicios pero no quiero liaros que os llevo a otro sitio y aquí lo que venimos a hacer es hablar de Ninjas.

Puño o  David Peña

Hay algo queme encanta de los escritores/ilustradores que tienen un pseudónimo o , mejor dicho, un nombre artístico. Es como un super héroe con otra identidad escondida que sale a la luz para llenar al vida de los demás de ilusión o de cosas creativas. David es madrileño pero ha desarrollado su carrera por medio mundo.  Galicia, París, Amsterdam o Medellín han aportado pequeñas enseñanzas que han ido implementándose en su obra pero si hay algo que se ve en Solo para ninjas es toda esa literatura, cine y ficción consumida a final de los 80 como buen coetáneo mío. Me refiero a esas películas y literatura  juvenil de pandillas llenas de aventuras y locuras. Esas producciones fantásticas donde se mezcla la realidad y la ficción y donde lo mismo unos críos tienen que salvar un pueblo buscando un galeón pirata como se enfrentan a una invasión alienígena. En un punto intermedio de estas dos opciones se puede situar esta primera entrega  de Solo para ninjas bajo el título de La furgoneta negra. 

Además Puño es también ilustrador. A veces este dato es relevante sólo para alabar los trabajos globales pero creo que en este caso es un pasito más. Se trata de un libro donde los dibujos forman una parte muy importante en el desarrollo de la historia, es más, casi son parte de ella. Forman un todo. Detalles como encontrar escondido el número del capítulo en cada ilustración o simplemente dar pinceladas sobre algunos de los personajes de forma rápida las ilustraciones no acompañan a la historia si no que la alimentan y forman parte de ella y eso es muy bonito y enriquecedor. 

Puño es el autor de La niña invisible, premio Barco de Vapor de 2018, el tercer Premio de Animación Nontzeflash (2006), el Primer Premio de Fotografía Cinemad (2008) o el Premio Internacional de Ilustración Fundación SM (2009) por su libro ¡Ñam!

Es un tío que ya sólo por la foto cae majo, aunque le guste el brócoli. 

La furgoneta negra

Este libro es el principio de lo que promete ser otro clásico de la literatura infantil y juvenil. Antes de meternos en materia y violando todas las reglas básicas de las reseñas literarias quiere empezar un poco la cas por el tejado y en lugar de contaros su argumento explicar que la edición hace honor a una concepción visual del libro. Creo que el concepto del libro es necesario entenderlo como una obra global donde desde las páginas con bordes redondeados, el papel e incluso el color comen cada página convirtiendo la lectura en un híbrido entre el cómic y la literatura lo cual hace que la novela sea ideal para los pequeños lectores. Además su uso del color, la maestría de la narración escrita e ilustrada) hacen de la experiencia de La furgoneta negra algo diferente a lo que los peques están acostumbrados. Quizás ellos nos sepan porqué, pero los adultos que tenemos una educación en los cómics, las viñetas y en la literatura de pandilla sabemos que la fórmula de Puño es un clásico y eso acaba calando también en generaciones futuras. 

Ahora que ya os habéis tragado este rollo, ¿de qué va la furgoneta negra? Pues todo empieza con un verano que promete ser un poco aburrido . La lucha entre niños y niñas se ve abocada al desastre cuando los hooligans de la plaza se montan su propio club secreto de niños. Las niñas deciden hacer lo propio pero mejorado. De esa forma mientras en el barrio se cierne la amenaza de los rumores de una misteriosa furgoneta negra que recorre el barrio robando niños comienza la aventura de Lucía que recluta a un grupo la mar de variopinto y multicultural que comienzan su pequeña secta que odia el KPop y adora las artes marciales. Así nace el increíble y secretísimo club secreto de ninjas donde acaban reclutando de forma orgánica y feminista a todo aquel que lo merezca. Pero ¿qué sería de un club sin una gran misión? En un barrio marcado por la desaparición de un parque para dar lugar a un centro comercial y entre sucesos misterioso, carteles reveladores y persecuciones infernales el pequeño y selecto club de "merodeadores nocturnos" acaba teniendo en sus manos la seguridad de toda la zona y de sus niños en concreto. Una aventura con misterio, giros inesperados, aventuras y algún que otro helado. ¿Quién dijo que los ninjas no estaban de moda? 

Nuestra opinión

Ya sabéis que siempre intentamos dar una opinión sincera y que a pesar de que en casa leemos mucho el peques se resiste a adoptar el amor por la literatura. Quiero  denunciar al que dijo que si los padres leían los niños acababan amando la lectura. Pero poco a poco nos estamos poniendo al nivel y superado ese odio inicial estamos consiguiendo con una selección correcta de libros y siempre una dosis de humor (dentro y fuera del volumen que hayamos elegido) que entienda que la literatura es divertida y una parte fundamental para divertirse y entretenerse fuera de las pantallas y en esta época pandémica que nos ha tocado vivir. 

Por eso que el peque haya leído el libro del tirón, sin pegas y con grandes carcajadas ha sido toda una sorpresa y una alegría. No voy a negar que uno de los grandes trucos que llevamos a cabo es alternar los cuentos de lecturas cortas con los libros más largos de forma que siente que el paso a los libros por capítulos no sea tan traumático e incluso seguimos haciendo lectura conjunta en voz alta de los que aún son complicados para él pero con estas tres técnicas y un incentivo externo la cosa va fluyendo. 

Hemos preguntado al experto y con sus caso 8 años dice que los ninjas molan, los helado también y las aventuras locas aún más. Así que el veredicto final no puede ser más positivo. Entre jugar a buscar los números de capítulos en cada ilustración para dejar los puntos de lectura, comentar la procedencia multicultural de los protagonistas (y de paso hacer algo de investigación de campo para que que aprenda geografía) y comentar las escenas más locas ha sido una semana de lectura la mar de entretenida. Seguramente lo llevemos a clase donde intercambian sus libros favoritos para que otro peque descubra esta aventura y corra la voz y así , con la llegada del verano, releerlo con ganas y el mismo espíritu de Lucía, o el de Li, incluso el de Martina, es más a lo mejor como Fouad que es un personaje loco y entrañable a partes iguales. 

Extras.

Os recomendamos que paséis por la web de literatura SM porque en este link podéis encontrar actividades extras para trabajar el libro pero también para alimentar la imaginación de los peques. 

Lo puedes comprar en AMAZON. 

FICHA DEL LIBRO

Autor: Puño *