Cuando era pequeña  a veces mi tía me llevaba de compras y a merendar. Siempre me compraba algún libro. Yo de canija era una ávida lectora y aún lo seguiría siendo si la maternidad no robase la mayoría de mi tiempo y un trabajo alimenticio la otra mitad. Recuerdo una tarde que encontramos en una sección de gangas unos libros sobre ciencias. no era un tema que me gustara especialmente porque siempre he sido "muy de letras". Pero uno de ellos sobre los ciclos del agua me llamó mucho la atención. Rebuscamos y encontramos por lo menos 3 títulos más de la colección, otro era de geología, otro de animales... Los compramos todos. Los leí incansablemente durante años. Eran unos libros francamente interesantes no sólo por lo que contaban que en realidad no era mi especialidad, si no por cómo lo hacían, tenían unos gráficos preciosos, unas ilustraciones super claras, muchas viñetas, y así, incluso para una autentica analfabeta científica como yo se le hacía muy asequible el contenido. Por eso siempre que elegimos un libro tenemos en cuenta varias cosas. El gusto del lector del mismo pero nunca descuidamos su presentación. Por eso la colección Científicamente de Lo que leo nos ha enamorado. 

Científicamente es una colección de cinco libros donde explican de forma precisa y detallada procesos de la humanidad pero lo hacen de una forma que a mi me ha parecido muy curiosa. Sus conceptos son tremendamente técnicos pero están escondidos en un formato muy atractivo que mezcla el cuento, la viñeta y las anécdotas con mucho tino. Sus títulos son La tierra se calienta ,  La gran explosión , El palacio de la mente , Los primeros humanos  y El código secreto. Empecemos por el principio. 

Su autora es Ana Alonso, de Tarrasa (Barcelona) pero leonesa de adopción. Se licenció en Ciencias Biológicas por la Universidad de León y amplió sus estudios en Escocia y París. Es profesora de Secundaria y Bachillerato por eso no cuesta comprender cómo su experiencia ha conseguido crear esta suma de factores que hace que la lectura de sus materiales tengan la dosis justa de conocimiento divulgativo y diversión. Además ha publicado poesía bajo el pseudónimo de Ana Isabel Conejo y ha recibido numerosos premios que reconocen su trayectoria como poeta. 

Para niños ha publicado  la colección “Pizca de Sal”, que combina ficción y divulgación, la novela gráfica conjunta La ciudad transparente, la saga La llave del tiempo, El sueño de Berlín, el proyecto transmedia Odio el rosa que ofrece la posibilidad de llevar lecturas paralelas en formato físico y digital enriqueciendo la experiencia, la trilogía Yinn, Luna y los incorpóreos… También es autora de numerosas adaptaciones y traducciones de Clásicos pero este proyecto, Científicamente, dedicado a los peques de entre 8 y 99 años es sin duda un paso increíble para democratizar la ciencia entre los más pequeños de forma divertida y divulgativa. 

A pesar de compartir autora los libros están ilustrados por diferentes profesionales con estilos parecidos pero muy diferentes que acaban dotando los textos de un contexto atractivo visualmente y llenos de detalles que los hacen inclusivos y perfectos. No se corta a la hora de presentar personalidades de la ciencia, de contar historias reales y combinarlas con suficiente sentid del humor como para que el mensaje llegue a los peques de forma clara y precisa, todo gracias a Ana Seixas (Portugal) , Laufer (ilustradora de Valladolid), Irene Morresco (Italia) , Andrés Lozano (Madrileño afincado en Londres) y Verónica Grech (actualmente residente en Asturias) completan este reparto surrealista y diverso pero que funciona de forma perfecta con una cohesión perfecta. 

Los cinco títulos de la colección son: 

1 La tierra se calienta 

Este año ha entrado en casa el Ipad del colegio. Sería un poco cínico siendo periodista y usando los aparatos electrónicos como los uso para el trabajo demonizar las pantallas en casa cuando son herramientas de trabajo y además fuente de ocio. Eso si, tenemos varias normas en el uso. La primera es que establecemos los límites de uso según edades aunque tenemos que contar con que el tiempo de uso en casa no computa junto con el del colegio de forma que la OMS debería mandarnos a Asuntos Sociales. Además aprovechamos ese acceso de las nuevas tecnologías para poder repasar los temarios del cole y llevar al día todas las tareas reforzando a tiempo real las cosas que no se sabe bien. Por otra parte también establecemos diferencias entre los dispositivos dedicados a trabajo o al colegio. Con eso lo tenemos fácil porque en el cole no dejan instalar apps externas sin autorización así que tenemos una tablet y un móvil para los ratos de ocio o los desplazamientos con las cosas más lúdicas, esos dispositivos se encuentran bajo custodia y sólo se sacan si lo consideramos oportuno. Por otra parte estamos intentando que sea consciente de que puede "crear" cosas con ellos, le dejamos sacar sus propias fotos cuando vamos de excursión, le animamos a trastear con apps de edición y desde hace un tiempo, desde que puede leer con más soltura estamos coqueteando un poco con el Scratch tema que tratan los dos volúmenes anteriores de Programa como un genio 1  y Programa como un genio 2  y que también os recomendamos. Pero ahora hemos tenido una gran conversación sobre qué son las apps, para qué se usan pero sobre todo esa profesión que es el creador de aplicaciones para que entienda que tras los juegos hay mucho trabajo o que aprenda a diferenciar entre los juegos de pago y gratuitos, las opciones de compras y demás cosas que caen en sus manos haciendo que consuman videos de forma incansable a modo de publicidad. Juegos muy básicos que en realidad son adictivos y que, gracias a este libro, ha sido capaz de recrear con sus propias manos. ¡Toda una aventura!

Descubrimos Lo que leo hace un año. En infantil con su colección verde. Después hemos asaltado algún libro de la colección amarilla pero según vamos cogiendo soltura también conseguimos alcanzar nuevas metas y por fin llegamos a la colección morada que está destinada a niños a partir de 8 años. En el cole usamos el método de Santillana que es la editorial madre de estas colecciones de libros que tienen siempre un punto educativo, realzan los valores de convivencia pero también cuidan cada detalle en sus libros siendo divertidos, sencillos de leer y con ilustraciones preciosas. 

FICHA DEL LIBRO

 Este año es un año para olvidar pero también para recordar. No podemos dejar pasar lo que ha sido un hito en la historia moderna, una pandemia que nos a encerrado en casa  y que nos ha preparado las vacaciones de navidad más extrañas del mundo. Por eso el calendario de adviento nos ha traído esta semana hacer un adorno para el árbol y hemos decidido que nada de pastas de sal, nada de bolas con brilli, brilli, este año tenemos que hacer nuestra corona bola. 

Necesitamos: 

Papel del aluminio para no gastar mucha pasta de modelado. 

Pasta de modelado de secado al aire o arcilla polimérica (con un sobre de 60gramos vamos sobrados)

Un lazo o cordón para colgar el adorno

Ojos saltones (opcional, puedes dibujarlos con rotu si lo prefieres)

La manualidad es super sencilla y además no requiere secado porque lo puede hacer directamente en el árbol de navidad. 

Para empezar hay que preparar un nudo con el cordel o lazo que servirá para sujetar la bola de navidad. Al rededor de este cordel haz una pelota de papel de aluminio del tamaño que quieras para tu virus letal. 

Ojo, si son más grandes podéis intentar hacer cosas diferentes como un Shrek, un papa Noel o incluso un Grinch adaptando la manualidad a sus capacidades o haciendo todas y pasáis una tarde genial. 

Una vez lo hayas dejado del tamaño adecuado y redondo usa la pasta de modelado, pon pequeños trozos y únelos para que sea lo más uniforma posible tapando todo el papel de plata. 

 Muchas veces os hemos contado nuestros problemas con la lectura. Y es que a pesar de que dicen que si ven a los padres leer los peques leen por ciencia infusa no es cierto. Es más, creo firmemente que mi hijo ha salido  de ciencias y este dato lo manejo desde que la criatura tenía 5 años. La cosa es que entre los problemas de dicción, el parón del coronavirus y la vergüenza que le da todo el peque no se me arranca a leer. A duras penas ahora conseguimos que se anime con mucho cómic, mucho cuento corto y ya, finalmente desde hace unos meses, con novelas infantiles que siempre tienen un denominador común: Son muy gamberras. El sentido del humor y la impresión lúdica en la lectura es muy importante para que no piense que estamos "castigándole" a leer así que siempre estamos buscando libros especiales a los que sacarles el jugo, de esta forma llegó a nuestras manos el intrépido Capitán Mondongo, su compañero Fireboy y la alocada historia de Puerquín. Si estáis con el mismo problema seguid leyendo porque además de contaros sobre el libro os queremos hablar de las guías de lectura que tienen en la web de la editorial y las actividades paralelas que hemos realizado para que leer sea aún más divertido. 

La mente pensante que ha creado a Capitán Mondongo o lo que es lo mismo a Kiko y sus amigos es Jesús López Moya. Jesús es oriundo de un pueblecito de Alicante. Estudió Magisterio, Psicopedagogía y realizó un ;Master en Inteligencia Emocional. Ahora mismo además es Jefe de Estudios en Educación Primaria en un colegio por lo que experiencia en historias de pasillos y niños muy locos tiene un rato. Además de su dedicación a la enseñanza también cuenta en su haber con varias publicaciones infantiles y la serie de animación Los Zurf y lleva a cabo talleres para animar a los peques a leer, motivo por el cual entiendo que haya hecho un libro divertido y lleno de humor, porque al menos en nuestro caso, es de las cosas que siempre funcionan.