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lunes, 3 de octubre de 2016

Te cuento en la cocina: Ferrán Adriá, Carrefour y Disney ¡Juntos!

Os hemos hablado anteriormente de la presentación de la caravana de la salud, del Bulli y de Te cuento en La Cocina alguna cosilla pero no os hemos enseñado lo más importante... ¡el libro! Y es que todos estos actos rodean un proyecto muy bonito e inusual que hermana a Carrefour, todas las ramas de Disney, la Fundación La Caixa, la Fundación El Bullí y el hospital de La Paz para ayudar a que los peques conozcan, disfruten y aprendan sobre gastronomía como nunca antes se había hecho.


Mi señora madre está hipnotizada con el libro. La primera parte se la ha leído como cuatro veces y en ocasiones intenta explicarme alguna cosa muy básica para que aprenda algún proceso de eso del "cocinar", aunque con 3 años la cosa es complicada. A mi lo que me gusta es elegir el menú.

Por sorprendente que parezca soy el único niño del mundo que quiere comer a todas horas pez. Para desayunar, comer, merendar y cenar. El día que en el comedor me plantan merluza lo peto con la de caras sonrientes que me dan. Creo que es porque ese día nadie más tiene cara sonriente, pero eso ya es otra historia sobre la alimentación infantil donde no nos vamos a meter porque hay mucho padre remolón con eso de comer sano y variado.

También he de decir que me gusta mucho cocinar aunque normalmente no me dejan participar de muchos de los procesos. Por no decir casi ninguno. Pero cocinar es guay porque ayuda a practicar muchas cosas: psicomotricidad fina, medidas, números, destreza, medición de tiempos... así que lo que parece un mero juego casero se convierte en una fiesta didáctica. Preparar las medidas de las recetas y hacer las mezclas es cosa mía. Eso y realizar la cata aleatoria de productos. Así que para mostraros como se vive Te cuento en La Cocina hemos encontrado la receta más fácil del libro y me han dejado hacerla a mi solito ¡solito!

Las hojas son súper fáciles de entender con fotos, medidas y explicaciones que comprendo hasta yo. Así que os animamos a meter las manos en la masa y cocinar en familia. Nosotros hemos hecho nuestros rollos Hakuna Matata pero también hemos probado cosas muy divertidas y para todos los gustos como la tortilla de chips (sorprendentemente resultona) o los cubitos de chocolate helado para la leche en verano.


Una parte divertida del libro es que las recetas las protagonizan nuestros  personajes favoritos así que a priori si sale Rayo McQueen pues es más sencillo que quiera comerme un brócoli por voluntad propia. Las cosas como son. Así que uno de mis favoritos de toda la vida es el Rey León y encima la receta lleva pez. Y no necesita freír, ni cocer, ni nada así que os vamos a enseñar cómo disfrutar del libro y hacer la cena en un pis pas.

Dentro vídeo:


Más info: http://carrefourtecuentoenlacocina.com/

miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Conoces la gama para nenes grandes de Nestle?

Como ya sabéis somos embajadores de Nestlé, y este verano hemos dado un buen baile a todos sus productos. Como yo soy todo un hombrecito las papillas y productos de pequeñines pasaron a amigos bebés que disfrutarán de ellos tanto como hice yo en mi momento. Pero hoy os quiero hablar de la gama de productos Junior, pensados para dar continuidad a la alimentación reforzando con vitaminas y minerales la dieta del niño y que además están buenísimos.

Este verano pasamos una crisis de comer cosas "chupadas" así que las bolsitas de fruta no nos interesaron casi nada, eso sí, la versión Iogolino no la perdono. No necesita frío pero sacado de la nevera para las meriendas o de postre en el cine nos ha resultado la mar de cómodo. Tanto como los yogures que además acaban de sumar muchos nuevos sabores a la variedad existente. Con la misma peculiaridad, sin conservantes, colorantes y con el menos número de añadidos artificiales. Se pueden conservar fuera de la nevera y encima hay diferentes tamaños para las necesidades de cada momento con y sin gluten y elaborados con leche de continuación y frutas. 

Además, y aprovechando que estoy sembrado, quiero hablaros de una novedad. nosotros siempre que podemos compramos Iogolinos de Nestlé por varias  razones, y ahora con eso del cole nos viene de muerte para el recreo. Pero es que han sacado unas nuevas tarrinitas de 60 gramos llamadas Suave y cremoso que tienen sabores nuevos con textura mucho más rica: Fresa y frambuesa; y Plátano y melocotón completan la ya amplia gama. ¡Aquí han arrasado!

Lo que más triunfó y además mi madre reconoce que no conocía ara nada fueron unas galletas. Con cierre hermético que permitían una conservación perfecta, cosa que en verano se agradece porque con la humedad y el calor se queda todo muy rancio, y el osito mascota de Nestlé en cada una de ellas fue el piscolabis perfecto para la playa. Devoradas por todos los amiguetes en menos que canta un gallo, lo que prueba que estaban muy ricas y no me lo he inventado yo.

Otra cosa que probamos fueron las leches Junior o Energy. Nunca habíamos tomado este tipo de leche porque desde que pasamos a la de vaca no hemos cambiado mucho de variedad (bueno, ¿los batidos cuentan como variedad de la leche?) así que el experimento era básicamente saber si me bebería un vaso de esta leche con el mismo gusto con el que lo hago con la normal. Y la verdad es que si, la leche voló en dos días, sola, con Cola Cao o con cereales. Y si me preguntan las diferencias de sabor no se las podría decir.



martes, 13 de septiembre de 2016

Re descubre la cenealogía de IKEA

Las estadísticas dicen que en verano suben hasta el 65% el número "meriendas cenas", esos momentos de asueto en que te pones a comer y te dan las tantas. O vas al cine de verano y hay bocatas por doquier. O simplemente los más pequeños caen destrozados después de unas sesiones intensivas de agua... Pero las cenas son la base de la vida familiar el resto del año y eso lo sabemos muy bien todos, sobre todo los amigos de IKEA, que esta temporada apuestan por reunirnos de nuevo en la mesa y dar la importancia que merece a esas cenas semanales.

Con el ritmo de vida que llevamos son pocos los afortunados que pueden comer en casa, pero casi todos llegamos a tomar la cena con papá y mamá después de sus días de trabajo interminables. Momento que aprovechamos para ponernos al día, unos con sus cosas, otros con sus preocupaciones y esperamos que muchos con sus alegrías del día. Ya con la tarea hecha, con el pijama puesto y duchados. Es el único momento familiar que nos queda antes de apagar los cerebros y descansar del día.

Además, y sin que sirva de precedente, las cenas son mucho más importantes que las comidas, son el hueco para colar las pizzas y los perritos calientes. Para premiar las hazañas titánicas de la jornada y para comentar la cantidad de cosas que hemos prendido en el cole. Me gustan las cenas. Me gusta poner la mesa, ayudar a cocinar algo sencillo pero rico. Me encanta ayudar y aprender cómo se hace una tortilla de patata o poder elegir el menú con mamá. Es guay saber que las etiquetas son unas pantuflas y la bata para no mancharse y las prisas son para dormir a pierna suelta y no para llegar a tiempo al cole o cualquier loca actividad extraescolar. Por eso hay que hacer un monumento a las cenas.

Así que nos sumamos a la fiesta de las cenas. Queremos que cada cena cuente, que sea una aventura y además sea divertido, brillante, único. Olvidar las tareas y descubrir un poco más sobre lo que es un tomate, cómo cocinarlo o si ole ente devorarlo. Ayudar con esa cena especial, o a ordenar el tupper del trabajo para papá. Esas pequeñas cosas que marcan la diferencia son las que molan. ¿Cómo mejoramos nuestras cenas este curso?

Este año empezamos el cole y queremos que las cenas sean especiales. Para empezar el principal objetivo es que sean divertidas. Un broche de oro para acabar durmiendo tranquilos y pensando en cosas ricas. Por eso intentaremos elaborar un menú los fines de semana y llevarlo a cabo, eso incluye esforzarse por cocinar un poco más y aprovechar los ratos muertos para dejar preparada la comida del cole. Es decir, intentar ser planificados para poder hacerlo de forma dinámica y amena.

  • Comer sano pero guay. Animarnos con las recetas casera, pizzas amasadas por nosotros, comida hecha 100% en casa y con cosas más frescas. Nada de congelador.

  • Sentarnos en la mesa grande, eso requiere, limpiarla, prepararla, ponerla, colocarla, y luego a la inversa. Así eliminaremos la sensación de estar siempre corriendo.

  • Intentar que la cena aporte, sume y si de paso podemos ponernos las pilas y aprender algo de gastronomía mucho mejor: comida del mundo, historia de la gastronomía, modos de cocinar nuevos... No sólo que sea entretenido para los peques, también que los mayores puedan llegar al día siguiente a currar y fardar de haber hecho un cuscús riquísimo.

Ya os iremos contando nuestros progresos, pero la cosa promete.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Recogiendo frutos rojos con Rural It en Lozoya


Vuelta al cole y aunque tenemos pendiente hablar de un montón de cosas de este verano vais a permitidnos que alternemos con la rabiosa actualidad porque si no esto "caduca" porque es fruta de temporada... Literalmente.

Al regreso de las vacaciones mi señora madre con nocturnidad y alevosía levantó el whatsapp (que ahora es lo que era antes el teléfono) para conseguir un plan decente el fin de semana y no acabar encerrados en casa subiéndonos por las paredes muertos de calor gracias a las olas esas del infierno que hacen que este septiembre sea el peor que se recuerda en décadas. Al otro lado estaba Cookita que tardó medio minuto en escupir un planazo de Rural It. A pesar de que las expectativas eran bajas , porque estoy especialmente destructor y la idea de un plan bucólico no acababa de resultar realista, decidió fiarse de la reina de las galletas y dejarse llevar por su Dieta de la Felicidad y su karma slow life que a día de hoy nunca ha estado en su apretada agenda y con las mismas quedamos todos los canijos para hacer una excursión que prometía ser cuanto menos interesante.


El plan era acudir a una parcela de recolección de frutos rojos en la localidad de Lozoya. Así que aprovechando que vivimos en el fin del universo y que las ganas de cachondeo eran grandes decidieron que era una buena idea meter a tres niños en la parte de atrás de un vehículo. El primer obstáculo fue la logística tipo Tetris que cayó sobre Tamara, que tiene, como sabéis, un master del universo en meter muchas cosas en poco espacio. Milagrosamente consiguieron cerrar la puerta y nos embarcamos en un viaje lleno de cosquillas, guantazos y Pablo Alborán.

Al llegar a Lozoya las adultas murieron de amor. Sus calles, sus casas, y se pusieron hasta arriba en una tasca local recomendada por un autóctono mientras los peques disfrutaban de los tesoros que salieron de esas bolas sorpresa del bar. Y después de llenar los estómagos continuamos con un paseo que acabó en batalla naval en la fuente de los cuatro caños del pueblo. Posiblemente yo me llevé la peor parte acuática aunque Mini Cookito se llevó el cosco con conmoción cerebral de rigor.



Después bajamos al lago donde seguimos un poco el guarreo que finiquitaron llevándonos a un chiringuito hippie donde construimos una montaña de piedras en el arenero en gallumbos como personas poco decentes que somos.



A pesar de estar super a gusto las mamis decidieron que el objetivo de la excursión seguía siendo ir a coger frutos rojos - aunque sabemos que si no llegan a haber pagado por adelantado seguro que no les sacan del chiringuito - nos desplazamos a El Puente del Molino donde armados con una caja de cartón aprendimos a recoger frutitas y degustarlas a dos carrillos.La pequeña finca justo al borde del lago posee dos hectáreas preparadas para recolectar arándanos, frambuesas, grosellas, moras...



Allí aprendimos mucho y perfeccionamos técnica. Ir con Tamara es un plus porque nadie sabía que las grosellas se cogen por racimos,  o que los arandanos tienen que ser super morados, que las fambuesas cuando tiran a oscuro son más dulces,... Eso y muchas otras cosas como que hay grosellas blancas y Frambuesas tirando a amarillo que están muy ricas.



Los peques pudimos acceder y recolectar los frutos, y no os vamos a engañar, también nos comimos alguno. Somos unos zampabollos de impresión. Y siendo destructores natos aprendimos, comimos sano y encima lo pasamos en grande por lo que no podemos poner pegas a este plan... Bueno, que sólo fuera un día porque lo pasamos super bien y queremos repetir ya. Somos unos ansias y eso de salir los fines de semana nos mola cantidad.

miércoles, 13 de julio de 2016

Conociendo el BulliLab y Sapiens


El tema de hoy no es fácil, más que nada porque nunca nadie había abordado de esta forma lo de "meterse en la cocina" y cuando viene de la mano de un genio como Ferrán Adriá da un poco de respeto y vértigo. Tengo que reconocer que así, como primer encontronazo lo de cocinar en esta casa es un poco desastre. Así, en general, lo raro es que no se quemen las croquetas congeladas, y da igual lo que hagas, Mi señora madre es así y damos por supuesto que lo mejor que nos puede pasar es que decida seguir una receta fácil con la que no muramos intoxicados. Por eso cuando se enteró que podía compartir espacio tiempo con Ferrán Adriá se le puso un nudo del estómago mezcla de admiración y responsabilidad. Admiración es algo que siente por poca gente porque sostiene que solo se debe admirar a gente que hace cosas de las que no somos capaces, incluso aunque pongamos mucho esfuerzo (y mi madre es cabezona, os lo prometo) y responsabilidad porque trasmitir el proyecto de Ferrán Adriá sin saber mucho de cocina puede ser complicado aunque necesario. Así que allá vamos.



Entrar en El BulliLab es ya una declaración de intenciones. En julio de 2014 empezó la aventura después de cerrar ElBulli, un cartel justo en la puerta recuerda y reinterpreta este hecho a la perfección. Todos en su momento pensaban que este cocinero estaba loco, y tenían razón, cerrar un restaurante de éxito, que hacía una de las cocinas más innovadoras y referentes del mundo, col listas de espera y las mejores críticas del planeta no era el paso "normal" aunque si era el paso lógico. Una decisión muy "Sapiens" en realidad.



Una nave industrial de 3.000 metros cuadrados con dos plantas a la que se accede por una rampa de garaje, ningún indicador o cartel que diga qué está pasando allí, en pleno centro de barcelona pero en cierta forma escondido del mundo que pasa por la acera. Más de 70 personas con sus características propias: psicólogos, ingenieros, someliers,... Cada uno de su disciplina ensimismados en sus pantallas, trabajando en un riguroso silencio rodeados de paneles informativos, réplicas, post-its por todas partes... el típico entorno laboral que intimida y da respeto.

Y te abre la puerta un Ferrán Adriá cercano, accesible y tremendamente feliz, contento y seguro de que lo que te está explicando no tiene fisuras. y entonces lo entiendes todo. Entiendes de forma meridiana que tenía que cerrar ElBulli, que tenía que aprender para regresar y que nunca dejará de sorprenderte en pensamiento y en la cocina. Y entonces empiezas a olvidarte de que es un genio y te dejas llevar. Y lo que es más importante, aprendes cosas que no imaginabas desde una visión totalmente rompedora.

Sapiens es una metodología para comprender la gastronomía, aunque se puede usar para cualquier materia. Consiste en centrarse en los procesos que participan en cualquier proyecto.

Sapiens es un sistema objetivo que pretende dar una respuesta absoluta a cada cuestión. Si por lo que sea no se consigue una respuesta se crea un punto oscuro que significa que hay una discrepancia irreconcilliable. Las respuestas deben ser por tanto indiscutibles para que sea un procedimiento inexpugnable.

Sapiens puede conseguir contextualizar tanto la ciencia de la gastronomía como para crear una autentica metodología de aprendizaje. Estudia, analiza y vuelve en el tiempo para analizar todo lo que se puede encontrar en los libros y en la cultura sobre procesos culinarios para que puedan ser comprendidos y después enseñados creando un extenso temario en el que han vuelto atrás, han vuelto al principio y olvidado para poder aprender desde cero, con un estudio riguroso y una metodología única como las exposiciones para entender el conjunto, estamos ante un reseteo de la gastronomía tal y como la conocemos y un proceso nuevo en el que el concepto de "compartir" es la base para la educación a través de proyectos faraónicos que el propio Ferrán Adriá lleva a cabo, desde la Bullipedia, a la reinauguración de Elbulli1846 a finales de 2016 como aplicación de lo aprendido y que pretende reabrir las puertas de un nuevo concepto de experimentación y aprendizaje, porque al final Sapiens va de eso, de aprender. 

SAPIENS trabaja para aumentar la eficacia del proceso creativo mediante la comprensión de todas las facetas que caracterizan una disciplina creativa y decodificar cuáles son los procesos, herramientas, técnicas y otros aspectos más importantes que intervienen en esta disciplina


¿Sapiens como concepto para el común de los mortales es inabarcable?

 No, de hecho hay un precioso proyecto para niños del que os hablaremos mucho que es Te cuento en la cocina en colaboración con Disney y Carrefour que pretende acercar el concepto de Sapiens a las familias, es decir, a los padres para que puedan transmitirlo a los peques. Dentro de nada empezaremos con las recetas del libro y os hablaremos un poco más de él pero para aquellos que sientan curiosidad o estén tentados a comprarlo so lo recomendamos mucho. Sus 100 primeras hojas recoge la "exposición" de ElBulliLab y lo adecua  para que sea entendido y llegue a los más canijos. Leer las primeras partes del libro se aleja del concepto que tenemos de los clásicos libros de cocina, pero no deja de ser una experiencia acercarse a una cocina empezando desde cero, y una buena forma es hacerlo con un niño que empieza a entender lo que es un tenedor y te permite redescubrir desde lo más básico a lo ma´s complejo del proceso de cocinar.
 

Cuando empezó la cocina, qué es un producto, ... y todo para que los peques lo entiendan así que como papis hay que hacer un esfuerzo y no olvidarse de dar un repaso y aprender un poco también. Además en cada receta te da varios tips la mar de útiles para pensar un poco mientras cocinas: te anima saber qué elementos ya han llegado elaborados, que concepto tienen de determinadas cosas en otros países o añade información sobre determinados ingredientes como si son salados o si hay que tener especial cuidado con ellos. ¡Animaros a contestar a  todas las preguntas!


¿Lo natural es mejor?

Por desgracia es raríasimo comprender o encontrar a alguien que sea capaz de separar los términos de gastronomía y productos y contextualizarnos en plena guerra de productos naturales o ecológicos. ¿Un product orgánico es natural? No, un porducto en el que ha participado el hombre no es natural, sólo aquel que se crea en plena naturaleza lo es y en muchos casos estos porducto, por muy naturales que sean no tienen las caracteriasticas para su consumo por sabor, contaminantes o control de los mismos. Es dedir, todo producto ha pasado por un proceso, por unas acciones parallegar a t mesa y por tanto no es "natutal" en el sentido estricto de la palabra. ¿Eso lo hace malo? No.

La cocina del Bulli era muy tecnológica. 

A veces los periodistas, los cíiticos culinarios y todos en general nos tiramos a la piscina y asaltamos materias sin mucho tino. Decir que la cocina es tecnológica es imposible. Pero al cocina usa tecnología, que no es lo mismo, desde la tecnología de cortar con las heraamientas para cortar, es decir, la herramienta llamada cuchillo te permite hacer técnicas de cortar (panadera, tacos,...) y en la habilidad del cocinero está la tecnología como nucleo de conocimiento sobre los alimentos, la morfología, las materias, las propias tecnicas y la experiencia que constituyen la tecnología de ese proceso (tecnicas más teoría).



Más info: http://elbullifoundation.com/elbf2/home/

jueves, 30 de junio de 2016

Celebramos 150 años de Neslé sabiendo cómo se hacen sus productos


Abres una caja y preparas una papilla. La temperatura de la leche o el agua (según la variedad) debe ser caliente para que la mezcla quede perfecta, usa un tenedor y conseguirás que no queden grumos y preparaté para que tu pequeño coma y de paso manche meda sala. Esta escena acompaña a los enanos desde los cuatro meses (los que se inician a esa edad) hasta el año o incluso más. son sanas, tienes todo lo que necesitan y a parte una buena tonelada de fibra, vitaminas, hierro e incluso pro y prebióticos. Saben a galleta, yogur e incluso chocolate. Pero ¿Soy el único que se pregunta de donde vienen esos polvitos tan ricos? ¿Cómo se fabrica una papilla?

 Pues con el aniversario de su primera papilla, con la que el señor Nestlé inició su andadura en esto de la alimentación infantil, nos han invitado a conocer un poco más sobre cómo se fabrican las papillas. Pensaba que Henri era suizo, recordad que uno viaja un poco y los suizos los tiene calados y si hay chocolate de por medio más, pero en realidad era alemán y se mudó con casi 30 años. Como emprendedor en su pequeño pueblo se dedicó a hacer muchas cosas, demasiado variadas pero en un momento determinado se preocupó por una inquietante cifra: uno de cada cinco niños suizos moría antes de cumplir el año por problemas alimenticios así que se dedicó a buscar una alimento sano y compatible con el problema, hacia 1866 consiguió una fórmula compuesta de leche, azúcar y harina de trigo, a la que bautizó como Harina Alimenticia primero y después como Harina Lacteada. Desde entonces la empresa creció y las papillas Nestlé ayudaron a muchos peques a poder sobrevivir y ahora ayudan a crecer sanotes y felices.

Pero, ¿qué hay dentro de una papilla Nestlè? Empecemos por el principio, las papillas Nestlé en España se elaboran con producto nacional, cereales que se cultivan en Valladolid y donde la compañía tiene un contacto directo con agricultores, proveedores y controles de calidad. Es decir, Nestlé da trabajo a gente dentro del país y elabora las materias primas para luego pasar a fábrica y llevar a cabo los procesos de forma interna, siempre de forma directa, y conociendo los procesos y controles a los que se ha sometido sus cereales.Teresa Serrano(Brand Manager Papillas Nestlé) nos contó mucho sobre estos 150 años que celebran y Nadia Solana (Nutricionista y Tecnóloga de los Alimentos) sobre cómo han ido evolucionando hasta ser referentes del mercado. 

Nombres propios como el de Agustín Fuentes, ingeniero Agrónomo y encargado de aprovisionamiento de materias primas de la gama infantil de papillas. Una persona que sabe mucho de terreno, de cereales y de las características para elegir los mejores campos controlando la producción natural y eligiendo lugares de clima seco y especialmente concienciados con emplear entornos ambientales que permitan rebajar al máximo el uso de productos químicos y pesticidas para que los estándares de Nestlé sean los más altos del mercado. 


Agustín Fuentes conoce el producto y conoce a sus trabajadores, lo cual hace que en cierta forma Nestlé sea una gran familia alejada de la idea de "multinacional" que tenemos.

Una vez tenemos un cereal perfecto, con todos los controles y garantías, con los niveles más bajos posibles de contaminación ambiental llegamos a la parte de producción de la papilla. Aquí entra en escena este amigo:

Agustín nos ha permitido preparar in situ - para entender el proceso- una papilla de cereales de calidad. Los cereales pasan por un proceso de molienda y ya seleccionados los diferentes tipos (recordad que a los cereales se les puede añadir hasta 8 tipos diferentes de harinas) se preparan las mezclas según la receta elegida con unas dosis muy exactas para pasar a un proceso de "hidratación" donde además se añaden prebióticos y probioticos dependiendo de la papilla que se prepare. Una vez se llega a esta mezcla homogénea se vuelve a "deshidratar", secar y prensar en rodillos para devolverle la textura fina que permitirá hacer en tu casa la papilla perfecta. El proceso de envasado, sellado y empaquetado también lleva un riguroso control. 


Así que después de un intenso cursillo avanzado sobre cultivos, recolección, control, preparación y degustación, porque si, las madres se pusieron las botas probando y adivinando los diferentes tipos de papillas como autenticas expertas, podemos concluir que Papillas nestlé tiene 150 años por su gran habilidad para crear sabores, investigar, fomentar el trabajo duro y el compromiso con sus consumidores para darles lo mejor de lo mejor. 



¿Sabías que...?

En Nestlé tiene un equipo especializado en catas de cereal. cada día un equipo cata tanto el cereal "virgen" como la papilla elaborada el día anterior para comprobar su perfecto sabor y verificar el control final del producto.

Les hacen pruebas. Les cambian envases, contenido, productos y demás para que mantengan atentos los paladares y saber si realmente el proceso es efectivo.

Incluyen a miembros expertos y no expertos. Aquí si trabajas en producción no te libras de probar las papillas, ocasionalmente la gente de fábrica también colabora con el proceso de cata. 


Fotos cortesía de  Nestlé

 
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