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miércoles, 26 de julio de 2017

Barcelona con Niños: El Museo de las ilusiones



Puede que os vayamos a aconsejar algo diferente que no aparece en tu guía turística, vamos a dar por supuesto que puedes conocer Barcelona o salirte del recorrido habitual del turista para hacer el gamberro un rato y sacar unas cuantas fotos tramposas, te vamos a llevar al Museo de las Ilusiones. 

Para empezar os aviso que este post va a ser muy visual, básicamente porque en el museo no sólo no está prohibido hacer fotos , si no que es obligatorio hacer el gamberro e inmortalizarlo.


El museo de las ilusiones es eso, básicamente es un sitio donde te plantean juegos de vista en los que colocándose en diferentes sitios puedes conseguir efectos sorprendentes y por descontado fotos muy divertidas. Partimos de la base que la visita dura poco, no llega a una hora, y si hay gente vas a tener que esperara para hacer la foto en algún efecto te recomendamos que visites el museo entre diario o a las horas raras (ya sabes, sienta, por la mañanita...). Además no dejes de echar un vistazo a las páginas de cupones (ya sabes las que te digo) o directamente en Atrápalo y puedes conseguir la entrada a mitad de precio. De nada. Y por 5 euros cabeza te lo puede pasar muy bien. Los menores de 6 años no pagan. 

En cada pared hay una pintura, algunas más logradas que otras o que tengan más gracia en función del visitante, y desde un punto concreto se consigue un efecto óptico divertido: ser un gigante, subir a un andamio de la Sagrada Familia, que te ataque un tiburón o que salga de tu barriga un Alien. 

Parece una tontería (y posiblemente lo sea) pero es muy divertido hacer el payaso y más aún ver las fotos que resultan de la gamberrada, alguna casi mítica, para hacer una foto original en familia y cambiar esa de la mesilla de noche, por ejemplo. Que ya sabéis que aquí somos así de frikis y eso de tener fotos normales no está en los planes.



Abre todos los días de 10 a 22 horas. 

Carrer del Pintor Fortuny, 17, 08001 Barcelona

 

miércoles, 19 de julio de 2017

Barcelona con Niños: Descubriendo La Rambla

La última vez que fuimos a Barcelona pasé por la Rambla en estado de coma. Estaba inconsciente en hombros de la tía. Así que me perdía grandes experiencias y un montón de cosas divertidas. ¿Sabes que la Rambla está llena de cosas guays que hacer con peques y experimentar? Pues si, nosotros nos dejemos seducir por unas cuantas. ¿Te animas a hacer lo mismo?

Subir a los leones de Colón


Nosotros solemos empezar al visita por esta zona, porque el puerto tira mucho así que lo primero que hay que hacer y que es super obligatorio es hacer al subida a los  leones. Contra más bruto y más alto mejor. Es cierto que desde la última vez hemos mejorado en escalada y habilidad pero siguen siendo un poco altos. Eso sí, la sensación de montar en un león en plena rambla es tan brutal que ni los turistas se resisten así que los niños y los guiris tienen que luchar por encontrar un hueco y luego hacerse fuertes para que no les expulsen. Es algo así como juego de Tronos o la secretaría del PSOE pero en versión turística.

Hacerte una caricatura o un retrato

La Rambla está llena de artistas callejeros que hacen retratos y caricaturas al momento a precios populares. La verdad es que mi señora madre quería hacerme una desde hace un tiempo y pensó que hacerlo por allí era genial porque además era un recuerdo de la visita hasta que Annabel (amiga de la nave del bebé) recomendó a un señor que hacía retratos con tijera. Fue verle y decidir que no podíamos dejar pasar la oportunidad de hacer uno. Por 5 euros y en menos de dos minutos te hace un perfil que mola mucho y la verdad que por los que vimos por allí y por mi experiencia personal merece mucho la pena. Tuve que estar muy quieto durante un minuto y ahora tengo una sombra que ya quisiera Peter Pan.

El tipo se llama Igor Kucinic y hace este trabajo por todo el mundo. Puedes ver muestras del mismo en http://siluetas.eu/


Sacarte una foto con un mimo

Las figuras de La rambla son ya míticas, aunque le pese al resto del mundo los mejores del planeta se reunen y despliegan los trajes más originales y creepies por esta mítica calle y a cambio de un donativo puedes sacarte una foto con un payaso, una escultura viviente, tu escritor muerto favorito o un personaje de Skyrim. 

Obviamente no pudimos resistirnos a sacar una foto con uno de los mucho personajes. Menos mal que me arrastró Val porque todos sabéis que solo soy un cagueta de dimensiones épicas y muy arisco para eso de los señores disfrazados, y mucho más si parecen peluches gigantes.

Tomar un helado en Rocanbolesc

Ahora es un must de Barcelona, aunque hay una heladería en Madrid parece que hay que hacer parada en el buque insignia de la nueva heladería que reinterpreta los postres del mítico Can Roca en plena Rambla y hacer su cola de rigor para poder ser lo más cool del mundo.

Las cosas como son los helados estaban buenos y a pesar de pagar un poco el hype del momento merece la pena. Además si podéis bajar por la escalera de las sillas entraréis en un surrealista universo gastronómico pero sobre todo decorativo que aún no hemos comprendido del todo (supongo que es parte del encanto de barcelona).


Visitar un museo

Si, entre las cosas que se pueden hacer también hay que visitar un museo, nosotros vimos uno y medio. El de las ilusiones que os contaremos más adelante en otro post y el naval. ¿Quién es un psicópata de los barcos? ¡Acertaste! Así que visitamos el patio torturando alas pobres tortugas  (por algún motivo mi madre se relajó mucho en este viaje con eso de hacer el gamberro en las fuentes) y pudimos ver barcos grandes (sillas grandes) y asomarnos un poco a las instalaciones. Los anfitriones saben que me deben una visita al museo porque aún sueño con entrar dentro del todo y ver barcos a escala. 


jueves, 18 de mayo de 2017

Prueba superada: Mascota y libro viajero 2017

Muchos de vosotros sois felices con vuestras obligaciones colegiales. Aquí mamá lo lleva fatal, dice que la tarea es para mí y eso de abrir un libro o llevar una manualidad que pone en la circular: decorar en familia, ayudar a los peques, colaborar en la elaboración,... y notas que a esa pieza no se ha acercado ni de lejos un niño, que no ha habido vida infantil y seguramente ni siquiera sabe que estaba en la cartera hasta que lo han visto al sacarlo de la cartera... Pues eso no vale en esta casa. Me toca pringar a mí.


En el plan del año teníamos dos grandes hitos historicos: la visita de Muna y la llegada del libro viajero. Las dos por supuesto llegaron por sorpresa y fines de semana poco correctos.

Muna llegó justo el fin de semana que mis padres no estaban en casa y tenía que pasar un día con los abuelos. Es decir, ¡Que le den a Muna! Que digo yo que ¿era tan complicado preguntar o saltar a otro ser vivo pequeñajo? Pero vamos, muy estoicamente el domingo Muna vino a jugar, a comer, a montarse en las motos de agua y a cenar, que no voy a ser el único que le de lo mismo tener la mascota. No había que hacerle un record de cosas así que el muñeco se quedó en casa tan a gusto.


Y el libro... ohhh, el libro... El libro viajero. Otra fascinante aventura. lo mandan a casa los viernes en riguroso orden alfabético. Así que como me dio por coger una conjuntivitis ese viernes el lunes me soltaron con el libro y una nota en la agenda: "Devolver antes del jueves". Genial. Al menos nos dieron un día más porque en teoría era el miércoles, en el fondo somos afortunados. Porque... ¿Y lo de dárselo el viernes a la niña/o que le tocase y hacerlo la semana siguiente?  Eso quitaría emoción a la vida de mi madre, que ella está muy ociosa y como no tiene suficiente con el turno de noche y no dormir lo que necesita es tener dos días para hacer el dichoso libro. Pero ahí donde la veis ese sistema de dejarme hacer las cosas y delegar hizo que fuera sencillo. Simplemente me dio el material y me dejó hacer la hoja tranquilito. 

El libro viajero es un libro muy guay que tienes que rellenar una página diciendo donde te gustaría ir. Estoy un poco obsesionado con Lisboa desde que fuimos y también quiero ir a Londres así que me empeñé en hacer las dos, y eso se soluciona con washi tpae de toda la vida. 

Da lo mismo que las instrucciones pusieran claramente que el trabajo fuera para niños, niños de 3 años, recoremos, aquí en mi clase los destinos eran tan surrealistas como Costa Rica (os reto a poner el dedo en el mapa y decirme donde está Costa rica), Nueva Zelanda, ... Y supongo que la cosa habrá mejorado con los siguientes padres motivados, todo lleno de purpurina, fotos y pegatinas perfetamente simétricas, letras de gomaeva y demás cosas de moda scrap. Según las apuestas familiares el niño que más cerca estuvo del libro fue a  15 metros mientras su madre lo decoraba.


Pues mi hoja será la más rococó pero al menos es mía, y no veas como mola...

¿Y vosotros? ¿Cual es vuestra mascota? ¿Le hacéis algo especial? ¿Y los libros viajeros? ¿Os lo han dejado tocar los papis? 


martes, 9 de mayo de 2017

Mis plantas, cuidando el medio ambiente.

Creo que voy a abandonar mi vocación de biólogo marino una temporada para dedicarme a cultivar un jardín. Puedes llamarlo crisis de la mediana edad, puedes echarle la culpa al procyeco de huerto urbano del cole o simplemente pensar que soy un hippie pero ha sido llegar la primavera y ver crecer las flores y entrarme unas ganas locas de plantar cosas y verlas crecer.


En clase plantamos unas lentejas. La cosa prosperaba bien pero fenecieron con las vacaciones de Semana Santa. Tampoco es que la planta fuera muy extraordinaria pero la verdad es que crecía que daba gusto y era bastante divertido ver que salía enseguida de la maceta-vaso de plástico. Así que como me han visto motivado hemos experimentado nuevas técnicas para mejorar el mundo: Mi primer minihuerto. 

La primera adquisición fue la maceta de césped de Jardinería Canna. Pude plantarla yo mismo y la verdad es que en muy poco tiempo tenía todo lo que necesitaba: una planta que subía como la espuma. Además como decidimos plantar el "césped" le puedo cortar el pelo una vez a la semana con las tijeras de podar y, para ser sinceros eso ayudaba bastante a mantener el interés.

Como no la he matado hemos ampliado la "vegetación" con un cactus, y alguna planta de baja demanda y unos rábanos por cortesía de Leroy Merlin que tenemos que trasplantar de su botella a un sitio más adecuado. Y tenemos pensado plantar después del verano plantas aromáticas si no muere nada en este tiempo. El ejercicio de las plantas sirve para varias cosas:

- Fomentar mi independencia y poner a prueba los nervios e mi madre. Al tenerlas a mi alcance y ser el encargado pueden pasar "accidentes", de hecho hay una de las plantas que me gusta pasear por la casa y sobre la que penden apuestas sobre su duración en la familia friki.
- Establecer rutinas y responsabilidades. Hemos decidido establecer un día de riego. Los lunes. Aunque siempre que las veo regateo si es lunes. Así que tiramos de calendario y vamos tachando días en forma carcelaria para poder saber cuando toca regar.
- Cuidar el medio ambiente. Hemos reducido drásticamente la manía de arrancar flores del campo para dárselas a mamá. Ya asumo que esas flores si se arrancan se mueren así que esperaré a que salgan de las macetas. 

Así estamos dando un paso pequeñito en casa para cuidar el medio ambiente aunque tenemos pensado hacer alguno más. No dejar corriendo el agua, dar duchas en vez de baños para refrescarnos, no poner el aire acondicionado o la calefacción y usar más o menos capas de ropa, salir al aire libre y abrir las ventanas en lugar de estar en casa encerrados con la luz dada... Esas pequeñas cosas que ayudan mucho a hacer un mundo mejor.

Iniciativas pequeñas como la de Villa Friki o grandes como la de Leroy Merlin de #hazloverde y #espormibien e incluso los talleres gratuitos y la asesoría de tiendas y comercios como Jardinería Canna hacen que ser un poco más cuidadoso con el medio ambiente sea más fácil y sencillo. Hay libros, recursos on line y muchas cosas que los papis pueden usar para concienciar y hacer que la educción ambiental sea fácil, al final la vida se aprende por imitación así que no debería ser tan complicada.

Os dejo, me voy a ver si me dejan regar las plantas aunque sea martes... Y animaros a plantar algo, de verdad lo vais a pasar muy bien y la casa será otra.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Visitamos Burrolandia

No os riáis, cuando me dijeron que me llevaban a Burrolandia me recordó a Pinocho, cuando se escapa del cole y se va con un circo y convierten a todos los nenes en burritos. Me parece una imagen tan impactante la de tener tantos burros juntos como en la película.


La verdad es que lo primero que nos sorprendió de Burrolandia es la cantidad de gente que había. El recinto era también muy extenso, cosa que tampoco esperábamos para una asociación sin ánimo de lucro que se dedica a rescatar a burritos y otros animales. Y la verdad es que casi todos estaban allí por el boca oreja así que no os sorprenderá que lo pasásemos tan bien.
Adultos flipándolo
Al lío, los burros, lo creáis o no son una especie declarada patrimonio de la humanidad y en Europa su número ha descendido tan drásticamente que en España dos de sus tres especies autoctonas están en peligro de extinción, en especial la raza zamorano-leonesa y la catalana. ¿Motivos? Pues los burros han dejado de ser útiles en el campo y por tanto su número en el continente ha pasado a ser muy escaso, por lo que han surgido iniciativas como esta para rescatarlos y cuidarlos.


Burrolandia abre todos los domingos del año de 10:00 a 14:30  es un sitio muy curioso. Por supuesto la principal atracción son los burritos pero hay muchas cosas que se pueden hacer. Desde disfrutar de su increíble museo de piezas de labranza a participar en sus actividades: charlas, conocimiento del medio, y sobre todo, las que más nos molaron; dar de comer a los burritos y montar en una calesa.


La entrada es gratis, por lo tanto puedes aportar la voluntad, hacerte voluntario, comprar algún producto exótico como leche de burra para sentirte Cleopatra o dar de comer a los burritos porque te ofrecen por 2'5 euros una ración generosa que permite un buen rato de diversión y apuestas sobre si algún niño perderá una mano devorado por las fauces de los burritos. También se puede dar un paseo en carrito por 3 euros y para completar tienen un pequeño bar muy económico para picar algo o tomar una coca cola. Todo muy kidsfriendly y con mucho olor a campo (ya me entienden).
Las citadas fauces de los burritos, ¿Os he dicho que un miembro de la expedición recibió un bocado?

Un plan muy, pero que muy aconsejable. Espero qeu os animéis y nos contéis qué tal la experiencia. 

Más info: www.burrolandia.es

jueves, 3 de noviembre de 2016

Tres cacharros donde tienes que montar antes de los cuatro años

Hay una serie de cosas que hay que hacer antes de cumplir una determinada edad. En el caso de los niños eso se mide por la salvajada más grande a realizar antes de cumplir la edad de saber que eso no era seguro/higiénico/las dos cosas. Por eso hemos decidido recopilar los tres cacharros o tipos de cacharros que tienes que probar antes de cumplir los 4. Así, en plan salvaje. Rollo todo en un día. Esos que tu padre se muere por montarte y tú madre ve la muerte a la vuelta de la esquina (bueno, en mi caso a lo mejor es al revés). He aquí mi top3 en orden de peligrosidad y diversión.

1. Ferias varias: del tren de la bruja a las colchonetas acuáticas


Las ferias en verano son un must. No las puedes evitar y además hacen peligrar la economía familiar porque, seamos sinceros, a una media de 3€ el cacharro ya te sale cara la tarde. Pero no puedes hablar de una infancia feliz sin montarte en, por ejemplo, el tren de la bruja. En los tiempos e tus padres había algo que daba mucho miedo y te perseguía en el túnel. Ahora es un rumano armado con una escoba pequeñaja que te endiña golpes a su paso. Ha perdido el encanto del susto a favor de la violencia pero que quieres que te diga.  No hay nada mejor que que te intenten pegar en la cabeza. Soy así de simple.

Por supuesto los castillos hinchables donde las colisiones, choques, caídas y demás están asegurados han mutado hacia algo aún más divertido. Si no tienes suficiente con eso no te pierdas los castillos de las fiestas con agua de manguera. Es un castillo normal que está mojado y acaba en una especie de minipiscina que tiene un color tirando a negro asquete. El resultado de docenas de niños pisando mojado sobre el suelo de la feria mal limpiado del día anterior que con el agua reacciona en este líquido donde te embadurnas de forma irremediable. Igual de irremediable que la diversión de semejante y complejísimo experimento. Posiblemente dentro de unos años desaparezcan pero de momento acaban de llegar para quedarse una temporada.


Por cierto, incluimos en esta sección, sin lugar a dudas la fiesta más peligrosa, rara, antihigienica y demás de todas las fiestas populares: La fiesta de la espuma. La única cosa que tiene espuma y te obliga a meterte de cabeza en la bañera por el aspecto general después de meterte debajo de esos kilos de espuma. Estoy seguro que más de un niño se ha metido y ha desaparecido a una dimensión paralela debajo de toda esa capa de jabón industrial. 


2. Las camas elásticas con gomas.

Esto lo han inventado para dar más emoción a nuestras vidas. Este año todavía tenían que tirar de la cuerdecita pero eso de subir volando a una altura de 3 pisos es la cosa más inquietantemente divertida que me ha pasado este verano. Esa risa nerviosa de "voy a morir" y ver cómo sales hacia arriba como un cohete ha sido la mar de divertido. Creo que desde que era bebé mi señora madre quería enchufarme a este aparato. Ya lo ha conseguido y la verdad es que no ha estado tan mal.

3. Karts biplaza

Mi madre recuerda con fascinación los karts cuando era pequeña. Eran igual de prohibitivamente caros que ahora pero ocasionalmente animados por el abuelo caían unas vueltas. Un olor a quemadete, el tío avisándote de que no se puede chocar y un circuito no muy grande. Pero ahora los karts son cosa de grandes y pequeños. Los circuitos son brutales y además han introducido coches Junior para los pequeños más avispados, ese no es mi caso aún, y el mejor invento del mundo: los biplaza.



Un coche con una plaza para el adulto y uno para El canijo de más de 3 años. Con su volante y todo (no me quitéis la ilusión de pensar que yo conducía ese coche). Y esos señores que te ponen protector de cuello y casco como un profesional, que te crees que eres mejor que Fernando Alonso, que lo flipas en cada curva aunque no asoma casi la cabeza por encima del volante.

¡Fue una pasada!

¿Cuales son los imprescindibles de vuestros peques?

martes, 25 de octubre de 2016

Cómo hacer un calendario semanal casero

Desde que empezamos el colegio una de las cosas que llevamos fatal en casa es saber el día en el que vivimos. Ahora es una constante preguntar si hay cole o si mamá y papá trabajan. Y ya de paso si es el último día de cole antes del deseado fin de semana. Como ya contamos con mucha fluidez hasta el 10 hemos encontrado una forma fácil, sencilla, manipulable y sobre todo muy económica para elaborar un calendario semanal y no volvernos locos. No es el más bonito del mundo porque usamos las cosas que teníamos por casa pero nos vale. Sabiendo la cantidad de madres manitas que hay por ahí seguro que pueden hacer cosas super chulas.

Os lo contamos paso a paso.

Seleccionamos los materiales:
  • 10 pinzas de la ropa, de las de madera.
  • Goma Eva o cartón duro
  • Una troqueladora (pero lo puedes hacer con tijeras si te ayuda mamá y si es creativa seguro que queda muy molón)
  • Rotuladores y tampones para decorar
  • Pegamento de plastilina (de ese que se moldea y pega para que pudiera hacerlo yo)
  • Un lacito que andaba por casa
  • Un gancho


Primero troquelamos o recortamos la goma Eva o el cartón elegido. Usa dos colores, uno para los días de clase y otro para los festivos. Elabora algún extra para las fiestas (nosotros hemos hecho hasta cinco por si las moscas también llamadas Semana Santa y Navidad ).


Una vez troquelados hemos decidido escribir unas cosillas. Mamá ha puesto el número de día de la semana y el nombre. Y luego me ha dejado pintar lo que he querido, aunque me ha explicado cosas como que los lunes hay natación (así que he pintado agua), los miércoles gimnasia... y así lo hemos ido decorando para que pueda saber qué toca cada día de un vistazo.



Después los hemos fijado a las pinzas con el pegamento especial, son como plastilina que al modelarlo se queda pegado. De forma que no mancha, no es peligroso y además permite participar en todo el proceso. Como es fácil me ha dejado modelar y pegar a mi. Por supuesto hay formas mucho más efectivas para pegar como usar silicona o pegamentos de contacto pero la idea es que lo elaboren niños de tres años sin riesgo.



Nos hemos ido a la puerta de casa, que es donde vamos a poner la obra de arte, y colocamos el gancho donde hemos puesto el lazo después de hacer un agujerito.

Y después hemos colocado las pinzas en orden.

Cada día después del cole se mueve la pinza abajo y así puedo contar los días de sufrimiento que quedan.

Mamá tiene las piezas verdes - festivas - y las coloca al principio de semana cuando reiniciamos la cuenta el domingo.

Fácil, sencillo y encima con cosas que teníamos por casa.

El objetivo era simplemente tener la capacidad de saber qué día es (aunque no sepamos los días de la semana) y poco a poco manejar la distribución del tiempo. Al ser semanal es sencillo y lo entienden divinamente. Al ser manipulativo los manejan y sienten interés, y encima al hacerlo con ellos saben perfectamente interpretar cosas como las actividades del día o los colores de los días de cole y los festivos. 

¿Vosotros tenéis un calendario molón? ¿Cómo lleváis el paso del tiempo con los más canijos? ¿Os animáis a compartir algún truco casero para llevar mejor la "contabilidad semanal"?

¡¡Somos todo oídos!!
 

miércoles, 24 de agosto de 2016

Centro de Fauna José Peña

Hay gente que no le gusta el concepto del Zoo. Por desgracia es un término que a los peques nos resulta fascinante independientemente de las connotaciones de privación de libertad de los bichos. Porque aunque quieras explicarme que esos elefantes tan molones no pueden irse a la selva aún no tengo la habilidad para entender lo que eso significa. Por eso a los peques los circos, zoos y demás les gustan. Y eso es así, y lo mejor del mundo es que existen formas muy prácticas de tenerles contentos y no traicionar los principios de los padres comprometidos. Obviamente no son tan vistosas como ver delfines saltando por un aro pero si pueden dar una lección sobre lo que les pasa a esos animalitos que tenían que estar en el monte y acabaron topándose con un humano con mala baba.

  
El Centro de Fauna José Peña (o Natura Navas)  es un centro donde van animales salvajes a recuperarse de lesiones que suelen ser tan graves que les impedirían volver a vivir en libertad porque serían rechazados y atacados por sus compañeros o porque necesitan medicinas para seguir viviendo.

A mi mamá le parece que el concepto y el ver a animales que han estado tan malitos (algunos tienes marcas muy visibles) hace que tengas una crisis de fe en el ser humano pero se te pase al ver cómo intentan recuperarlos. La entrada y el dinero que recaudan de la granja sirve para cuidar y proteger a este tipo de animales (salvajes y autóctonos): lobos, ciervos, algún animal de granja pero sobre todo una sección de aves salvajes que es bastante increíble son los reclamos principales. No deja de tener un formato de Zoo, pero en el fondo entiendes que el significado no tiene nada que ver.

La zona de granja es simplemente ideal, ovejas lanudas tan grandes como un adulto, cabras muy bonitas y un cuidado que ya querrían para sí los zoos "de verdad", gallinas y cerdos bastante majos. Muy hambrientos que te pueden comer una mano pero es parte de la gracia de conocerlos.


Tienen entradas muy económicas y algunas actividades de concienciación para nenes un poco más mayores que parece que están muy bien. Puedes quedarte a comer en el picnic y es una visita ideal para una mañana o una tarde (ojo en esta época del año porque está totalmente desangelado sin árboles y podéis pasar mucho calor).

El personal es muy atento, te indican y animan a interactuar en las actividades y explican lo que necesitas saber contando anécdotas sobre sus inquilinos que hacen que tomes aún más cariño a la gente que pasa por allí, y sobre todo a los animalitos ¡Esperamos que tengan una vida genial!




Más info: http://www.naturanavas.com/
Dirección: Ctra.M-501, Km 40, 28695 Navas del Rey, Madrid
Teléfono: 636 72 11 14
 
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