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martes, 4 de julio de 2017

Lisboa con niños: Oceanoario y zona Parque de las Naciones (de visita a la Expo 98)

Ir a una ciudad y no ver algo de Calatrava es casi un pecado. Así que no teníamos más opciones que visitar la zona a más moderna de Lisboa. Además la única que las adultas no conocían porque se construyó para la exposición universal allá por 1998, así que fue una experiencia para todos. La estación de tren da acceso a una zona preciosa. La zona de pabellones está casi en la cuidad si tenemos que compararla con el páramo desierto que es Sevilla, además muchos d ellos han sido conservados como pequeños museos a un precio muy asequible y orientados a los más pequeños. Entre los pabellones jardines su actividades dedicadas al agua y unas vistas al río y al puente que quitan el hipo.


Pero nuestra visita en realidad era para ver tiburones en el oceanoario de Lisboa, uno de los más grandes de Europa , concretamente el segundo por tamaño y especies, diseñado por el famosísimo Peter Chermayeff encargado de los mejores acuarios del mundo. El tanque principal es visible desde casi cualquier parte del acuario y puedes pararte a contemplar a los tiburones, los peces luna o las tortugas cuando te de la gana mientras recorres el resto de instalaciones.


Los otros animalitos que causan furor son las nutrias amorosas que estaban flotando en su estanque tan contentas.

El edificio está "dentro del océano", se accede por unas tarimas flotantes sobre el mar, una característica de todos los paseos de la zona que hacen que sea tan bonita y pintoresca. Y la forma del edificio recuerda a un barco, a mi en concreto me parece un portaaviones bien grande.

En un par de horas se puede ver sin problemas y merece mucho la pena.

Más info: https://www.oceanario.pt/en

No queremos dejar la impresión de que la zona sólo tiene el Oceanoario, la verdad es que nos quedamos casi el día entero porque molaba mucho. Había muchos pabellones visitables que quedaron igual que en la Expo Agua, y además son muy baratos 3 eurillos más o menos, todos de ciencia y los pequeños portugueses estaban dando vueltas por allí encantados.

Nosotros nos dejamos seducir por los parques y las esculturas acuáticas, los barcos de papel gigantes y sobre todo la pasarela que cruza sobre el río con el inmenso puente que parece no acabar nunca.

Unas vistas privilegiadas y una zona super bonita para ir con peques.

Y si, acabamos de compras en el centro comercial de Calatrava unido a La estación de Oriente que firmó el arquitecto español y que misteriosamente parece que sigue en pie, no pudimos evitarlo...

Mira todo lo que puedes hacer en Lisboa en el resto de post que hemos publicado aquí: http://www.bebefriki.es/search/label/Lisboa 

lunes, 29 de mayo de 2017

Ahorrando espacio con el cubo Scrunch



El año pasado bajar a la playa era una angustia existencial y una hazaña comparable a ir a destruir el anillo único. Madre sherpa llevaba los utensilios básicos de la playa, léase, bolsa, toallas, cremas, sombrilla, tentempié, botella, tabla, cubos y palas, red de pesca, ... y así hasta el infinito. Que no se quejaba la buena mujer pero a la subida se le veía ya así con la gota está que llevan los dibujos de manga y media cara morada. Un día decidió prescindir de algo, cualquier cosa y le encaramé a la primera.  Así que los días que intentaba escamotearme algo de lo que habitualmente bajábamos le montaba un pollo. Si, pasaba lista de todo lo necesario nada más pisar la arena y si era preciso mandábamos una incursión a recuperar alguno de los elementos, por morbosa diversión.


Este año mi madre, que no es tonta, ya ha elaborado un contraplan para evitar bajar con un carro del Mercadona a la playa, e incluso para que siempre que atravesemos un parque y me entre la necesidad imperiosa de hacer un castillo de arena pueda hacerlo. Yo lo llamo brujería, ella silicona.

Este es el cubo Scrunch, parece normal pero no lo es, cuando se guarda se puede enrollar y llevarlo cómodamente en el bolso ocupando nada de espacio. Se puede limpiar con agua en cualquier fuente o meterlo en una bolsa y no mancha nada. También tiene el complemento perfecto: la pala. Aunque parezca una pala normal no lo es. El mango está recubierto de un material blandito que la hace muy agradable, pero la zona de abajo es de plástico resistente muy útil para arena mojada o dura. El tamaño es perfecto para poder llevarlo dentro del cubo plegado.

Llevamos probándolo unos meses porque seguro que muchos os habéis encontrado con cosas de silicona que con el tiempo pierden en color y con el calor se quedan como oleosas pero no. Se queda igual. Palabra.

  • Fabricado en silicona alimentaria con una cuerda y un asa también de silicona
  • Medidas: Altura 13.5 x diámetro 16
  • Diseñado en Reino Unido
(*) Este producto incluye marcado CE de conformidad con la legislación de la Unión Europea

Distribuye en España Tallytate 

viernes, 5 de mayo de 2017

Lisboa con niños: El tranvía 28


Ir a Lisboa significa darte a los transportes públicos más variados. Nosotros conseguimos coger barco, metro, ascensor y tranvía. No está nada mal. Como somos muy de Internet buscamos un tranvía que fuera muy típico, antiguo y pasase por las zonas chulas de la ciudad. Ese es el tranvía28.

No os penséis que es una idea original. Las colas para subir eran bastante impresionantes, y tuvimos que esperar en la plaza Martim Moniz casi una hora de reloj hasta coger el dichoso tranvía. Lo que si es verdad es que era muy bonito y curioso. A parte de abarrotado y con ningún autóctono a bordo. De hecho la gente hacia el recorrido en su totalidad así que si no coges sitio estás vendido.

Además como es una ruta regular, aunque sea hiper turística es una línea activa, vale la tarjeta de transporte o Carta Verde que por el módico precio de menos de dos euros te garantiza casi una hora de diversión en un recorrido muy pintoresco.

¿Por qué mola el tranvía 28 y no los demás? Pues porque pasa por zonas tan apretadas que algún turista casi se queda sin cámara. Además todos los tranvías de la línea son antiguos porque por las zonas estrechas no pueden circular los mecanismos de los vehículos nuevos de forma que te aseguras un recorrido por la zona más antigua, empinada y bonita de la ciudad y además disfrutar de uno de los vehículos antiguos que permanecen en circulación.

Los tranvías amarillos típicos, con madera y piel en los asientos, esos asientos incómodos pero atractivos,... Ya me entendéis.

El viaje fue muy divertido y la verdad muy recomendable para dar un paseo y hacer un poco el guiri.

Y, las cosas como son, a los más pequeños les encanta.

Puedes consultar el recorrido completo aquí, aunque te recomendamos que lo cojas en la cabecera porque subirse luego es muy, pero que muy complicado...



Mira todo lo que puedes hacer en Lisboa en el resto de post que hemos publicado aquí: http://www.bebefriki.es/search/label/Lisboa

martes, 18 de abril de 2017

Lisboa con niños: Belém

Una de las visitas obligadas en Lisboa con o sin niños es acercarse a la zona de Belém que, si bien es un barrio casi se antoja excursión. Nosotros tomamos la sabia decisión de llegar allí en barco porque, las cosas como son, darse una paseo por el Tajo era obligación. Es verdad que las rutas turísticas son una pequeña sajada pero merecen la pena si vas con un pequeño psicópata de los barcos y los tiburones. La ruta no dura mucho y se hace amena, y posiblemente más cómoda que en el tranvía a juzgar por la cola. Pero si te animas con el tranvía es el número 15, ruta moderna que bordea el río.


 En Belém hay varias cosas que no puedes perderte: el monumento a los descubridores, que es una cosa enorme a la orilla Del Río, la Torre de Belém donde nos empeñamos en subir por hacer la gracia turística, el monasterio de los Jerónimos que es una belleza por dentro y por fuera y la fabrica de los pasteles de Belém que huele que alimenta y que tiene una fila de gente hambrienta que dobla a la de cualquier monumento.

  Foto típica de Belém y foto de "no te acerques al borde que vienen olas aunque sea un río y te puedes dar un baño".



Obviamente la duración de la visita dependerá de la decisión de visitar por dentro uno o varios de los lugares de interés, si te quedas a comer o si no tienes nada de prisa.

 Lo normal es que en una mañana lo puedas tener finiquitado pero nosotros optamos por ir después de visitar la Feria da Ladra que hacen los martes y sábados en la ciudad y comprar cerámica y recuerdos de la zona, si pillas esos días es muy aconsejable, está en la zona del Panteón Nacional.

Así que a lo tonto se nos hizo casi la hora de la cena entre barco, subida a la torre y parada a por dulces.

El veredicto es positivo.

Nos lo pasamos bastante bien aunque eso de subir escaleras es un poco agotador y cuando las fuerzas flaqueaban tuvimos que recurrir a cazar Pokemon. Pero eso pasó con la comida. Nada que no arregles pasteles de bacalao o Pasteles de Belém, o si comes por la zona las dos cosas. 

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jueves, 23 de febrero de 2017

De viaje a Lisboa : Alojamiento y comida

Nos hemos ido a Lisboa. Supongo que las familias normales suelen tener unos planes decentes y seleccionar los destinos en función a unos férreos criterios de prioridad, nosotros somos un poco más anárquicos. Decidimos implementar como tradición familiar un viaje anual (mínimo) de mami, tita Bea y yo. La cosa es que cuando nos dimos cuenta se nos habían pasado casi las fechas seleccionadas y al ir a ver los horarios y fechas de apertura de lo que en realidad queríamos hacer descubrimos que ya estaba cerrado así que usamos el típico plan B. Rastrear destinos de fin de semana largo que fueran manejables y no muy caros. Así descartamos varios sitios super chulos que requerían más de cuatro días de estancia y nos quedamos con Lisboa que además salía bien de precio. Tanto avión (low cost) como la estancia eran tan económicos que no tuvimos dudas, además la última vez que las señoras viejas que me acompañaban estuvieron por allí eran niñas así que era un buen momento para recordar la ciudad y ver las cosas nuevas.


Así que allí estábamos en el aeropuerto los tres, con las maletas, el carro, y ganas de pasarlo bien cuando la señora que revisaba los billetes verificó los apellidos y nos dio la idea de cómo llamar a los viajes a partir de ahora: Pacheco Trip. Así que os vamos a hablar de nuestro primer Pacheco Trip, las cosas que vimos, las excursiones, y para empezar el alojamiento y la comida, que, así para que quede entre nosotros nos pusimos las botas.

Es la primera vez que íbamos a apartamento en lugar de hotel o casa rural. Las ventajas son considerables. El uso de cocina es útil sobre todo sabiendo que tenemos unos horarios un poco surrealistas. Por supuesto no solemos volver durante el día pero cuando estás muerto mola salir de la habitación en pijama a cazar pokemons en el salón


Por el idioma no vimos la tele pero estábamos muy entretenidos igualmente. La selección de apartamentos para estancias cortas en la zona centro es amplia. La desgracia es que casi todos son pisos antiguos sin ascensor, la gracia es que son las típicas casas antiguas de Lisboa con sus azulejos de colores en el exterior y la verdad es que eso mola mucho. 

Nuestro apartamento era muy guay, teníamos salida a la terraza y la cocina era un pasote. Desde ella se subía a donde vivía "la señora de arriba" o según mi tía la que nos alquiló el chiringuito, pero vamos que se quedó como la señora de arriba. Una mujer muy maja y atenta que nos preparó un desayuno de quitar el hipo y me dejaba comer estrellitas de cereales todos los días a todas horas. Estábamos a 20 minutos andando del centro o un par de paradas de metro, lo que nos apetecía en función del cansancio.

Tened en cuenta una cosa, Lisboa es una ciudad de cuestas así que ir con carro es un infierno, el metro no está muy habilitado y los tranvías son estrechos así que... tenerlo en cuenta. Mola por las cosas que se pueden hacer con niños pero es una matada para las piernas de los padres que acaban tirando de los peques.  Que no os pille por sorpresa. Y siendo positivo pensad que os vais a ahorrar mucho en gimnasio. ¿Cómo lo ves?

La comida fue genial. Era muy, muy barata y nunca eramos capaz de acabar las patatas fritas, y ya os digo yo que soy de los que comen muchas patatas fritas. Con dos comidas comíamos los tres sin problemas. Para que os hagáis a la idea.

Además estaba de suerte porque el pescado era la base del menú, básicamente bacalao y la típica sardina. Pero la brasa de cualquier tipo de carne también. Nos encantó comer pastéis de bacalhau (croquetas de bacalao) pero también lo pasamos bomba gracias a las hamburgueserías artesanas que estaban por todas partes. Carne buena y con buen precio. 

Además de las raciones super generosas hay que tener en cuenta que las bebidas y los postres no son como los de España, vamos, son precios de personas normales así que podías permitirte pequeños (o grandes) lujos.

Y dejaremos los pastelitos de Belem para más adelante, que también nos pusimos finos.



¿Es complicado comer con peques? Pues no, y se puede comer barato, rápido, bien y típico sin mucho gasto. Así que... ¿Empezamos a contaros qué cosas hacer en Lisboa? 

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jueves, 3 de noviembre de 2016

Tres cacharros donde tienes que montar antes de los cuatro años

Hay una serie de cosas que hay que hacer antes de cumplir una determinada edad. En el caso de los niños eso se mide por la salvajada más grande a realizar antes de cumplir la edad de saber que eso no era seguro/higiénico/las dos cosas. Por eso hemos decidido recopilar los tres cacharros o tipos de cacharros que tienes que probar antes de cumplir los 4. Así, en plan salvaje. Rollo todo en un día. Esos que tu padre se muere por montarte y tú madre ve la muerte a la vuelta de la esquina (bueno, en mi caso a lo mejor es al revés). He aquí mi top3 en orden de peligrosidad y diversión.

1. Ferias varias: del tren de la bruja a las colchonetas acuáticas


Las ferias en verano son un must. No las puedes evitar y además hacen peligrar la economía familiar porque, seamos sinceros, a una media de 3€ el cacharro ya te sale cara la tarde. Pero no puedes hablar de una infancia feliz sin montarte en, por ejemplo, el tren de la bruja. En los tiempos e tus padres había algo que daba mucho miedo y te perseguía en el túnel. Ahora es un rumano armado con una escoba pequeñaja que te endiña golpes a su paso. Ha perdido el encanto del susto a favor de la violencia pero que quieres que te diga.  No hay nada mejor que que te intenten pegar en la cabeza. Soy así de simple.

Por supuesto los castillos hinchables donde las colisiones, choques, caídas y demás están asegurados han mutado hacia algo aún más divertido. Si no tienes suficiente con eso no te pierdas los castillos de las fiestas con agua de manguera. Es un castillo normal que está mojado y acaba en una especie de minipiscina que tiene un color tirando a negro asquete. El resultado de docenas de niños pisando mojado sobre el suelo de la feria mal limpiado del día anterior que con el agua reacciona en este líquido donde te embadurnas de forma irremediable. Igual de irremediable que la diversión de semejante y complejísimo experimento. Posiblemente dentro de unos años desaparezcan pero de momento acaban de llegar para quedarse una temporada.


Por cierto, incluimos en esta sección, sin lugar a dudas la fiesta más peligrosa, rara, antihigienica y demás de todas las fiestas populares: La fiesta de la espuma. La única cosa que tiene espuma y te obliga a meterte de cabeza en la bañera por el aspecto general después de meterte debajo de esos kilos de espuma. Estoy seguro que más de un niño se ha metido y ha desaparecido a una dimensión paralela debajo de toda esa capa de jabón industrial. 


2. Las camas elásticas con gomas.

Esto lo han inventado para dar más emoción a nuestras vidas. Este año todavía tenían que tirar de la cuerdecita pero eso de subir volando a una altura de 3 pisos es la cosa más inquietantemente divertida que me ha pasado este verano. Esa risa nerviosa de "voy a morir" y ver cómo sales hacia arriba como un cohete ha sido la mar de divertido. Creo que desde que era bebé mi señora madre quería enchufarme a este aparato. Ya lo ha conseguido y la verdad es que no ha estado tan mal.

3. Karts biplaza

Mi madre recuerda con fascinación los karts cuando era pequeña. Eran igual de prohibitivamente caros que ahora pero ocasionalmente animados por el abuelo caían unas vueltas. Un olor a quemadete, el tío avisándote de que no se puede chocar y un circuito no muy grande. Pero ahora los karts son cosa de grandes y pequeños. Los circuitos son brutales y además han introducido coches Junior para los pequeños más avispados, ese no es mi caso aún, y el mejor invento del mundo: los biplaza.



Un coche con una plaza para el adulto y uno para El canijo de más de 3 años. Con su volante y todo (no me quitéis la ilusión de pensar que yo conducía ese coche). Y esos señores que te ponen protector de cuello y casco como un profesional, que te crees que eres mejor que Fernando Alonso, que lo flipas en cada curva aunque no asoma casi la cabeza por encima del volante.

¡Fue una pasada!

¿Cuales son los imprescindibles de vuestros peques?

miércoles, 5 de octubre de 2016

#UnAnimalAlDia , nuestro reto de verano

Cuando llega el verano siempre hay algún iluminado que lanza proyectos. Así, al tuntún, como si a los adultos les fuera sencillo fracasar solo con los de año nuevo, encima les tienen que retar en verano también.

Que si aprender algo, que si mejorar, que si ser más felices... Vamos, cosas que al final no son realistas ni mensurables. Así que el primer día de playa se nos ocurrió hacer un reto que pudiéramos cumplir de forma decente, bueno, decente tampoco. Cumplir a secas.

Cuando estuve en la playa con el abuelo todos los días hacíamos una piscina enorme. Poníamos la sombrilla y escarbábamos hasta llegar a Australia. Pero en agosto había mucha gente así que lo de poner sombrilla y estar al sol tanto tiempo estaba descartado. Por eso el primer día mi madre tuvo una ideaca: hacer una animal. En concreto una tortuga. Como me moló en ese mismo instante le dije que al día siguiente quería una ballena... Y así nació #unanimalaldia, un reto para mí porque pensar 20 animales era complicado y para mi madre que es nefasta con eso de las manualidades hacerlos era aún peor.


Así se sucedieron ballenas, delfines, pulpos,... Y una serie que se quedó muy en el mar. Quitamos de la ecuación los días que no hubo playa por ser fiestas, ir a parques temáticos, o fábricas de chocolate y realizamos 20 esculturas y algún bonus del que nos sentimos muy orgullosos.

Los que no seguís en Instagram -  muy mal, hay que seguir a www.instagram.com/bebefriki para estar al día de cosas molonas -  pues os resumimos en imágenes lo que dio de sí nuestro verano. Lo pasamos tan bien que pensamos repetir.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Cine de verano, lo que se vio en 2016

En mi casa está muy extendido eso de ir al cine. Es como una obligación ver pelis enseguida, y más si se puede hacer en el cine de verano. Desde muy pequeño me han llevado al cine y me han enseñado a portarme bien, a disfrutar y que ir al cine es una fiesta con chuches. Por eso, y antes de entender los valores fílmicos de lo que veo sé que ir al cine es algo especial. Mejor que ver una peli en casa y aprecio los días que tocaba ir a la sala. Por eso y porque había una feria justo al lado con un hinchable de la Patrulla Canina, las cosas como son.

Por desgracia el cine que vio mis primeros pasos hace años ha cerrado por motivos de papeles y solo queda uno en la zona, El Colci Suyma, y es tradición mirar la cartelera los viernes para hacer planes de la semana en función de la peli que toca ver. Y este año, ya consciente, ha sido una experiencia guay.

Lo primero por la amabilidad de la gente que curraba allí. Concretamente de "la amiga mía" la única persona a la que le pedía las cosas sin protestar, me colgaba de la taquilla, de esas de hace mil años que son un agujerito, con el dinero de mamá y le decía cuantos éramos para ver las pelis. Eso se convirtió en parte de la rutina y del recuerdo de estas vacaciones. Eso y arreglar la pantalla que se rompía justo a la mitad de las pelis siempre.

Ya soy el señor encargado de pedir las entradas. La chica de la taquilla del #Suyma me adora.

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Además ha sido un año muy cinematográfico. Con los abuelos fui a ver Las tortugas Ninja y Buscando a Dory. Pero con mis padres cayeron muchas más, algunas de mayores que no hice mucho caso, y otras que aunque fueran para más grandes me gustaron.


El apartado infantil se completó con Ice Age 5, Heidi y Pedro y el dragón que me encantó.


A medio camino entre grandes y chicos Los Cazafantasmas me ha fascinado y hemos iniciado una importante campaña de amor por lo sobrenatural fuera de lo normal.


Y de las de grandes no pestañee con las naves de Star Trek y me moló el Hombre rana de el Escuadrón suicida.

La única que no me acabó de molar fue la de Café Society, pero vamos que me comí la pizza y me fui a jugar con las piedras tan contento.

Si tenéis la oportunidad de ir a Benidorm no dejéis de ir a los Suyma, y por favor, saludad de mi parte a mi amiga. La voy a echar mucho de menos, la taquillera de mi cine es mucho más antipática y más fea.
 
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