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miércoles, 26 de julio de 2017

Barcelona con Niños: El Museo de las ilusiones



Puede que os vayamos a aconsejar algo diferente que no aparece en tu guía turística, vamos a dar por supuesto que puedes conocer Barcelona o salirte del recorrido habitual del turista para hacer el gamberro un rato y sacar unas cuantas fotos tramposas, te vamos a llevar al Museo de las Ilusiones. 

Para empezar os aviso que este post va a ser muy visual, básicamente porque en el museo no sólo no está prohibido hacer fotos , si no que es obligatorio hacer el gamberro e inmortalizarlo.


El museo de las ilusiones es eso, básicamente es un sitio donde te plantean juegos de vista en los que colocándose en diferentes sitios puedes conseguir efectos sorprendentes y por descontado fotos muy divertidas. Partimos de la base que la visita dura poco, no llega a una hora, y si hay gente vas a tener que esperara para hacer la foto en algún efecto te recomendamos que visites el museo entre diario o a las horas raras (ya sabes, sienta, por la mañanita...). Además no dejes de echar un vistazo a las páginas de cupones (ya sabes las que te digo) o directamente en Atrápalo y puedes conseguir la entrada a mitad de precio. De nada. Y por 5 euros cabeza te lo puede pasar muy bien. Los menores de 6 años no pagan. 

En cada pared hay una pintura, algunas más logradas que otras o que tengan más gracia en función del visitante, y desde un punto concreto se consigue un efecto óptico divertido: ser un gigante, subir a un andamio de la Sagrada Familia, que te ataque un tiburón o que salga de tu barriga un Alien. 

Parece una tontería (y posiblemente lo sea) pero es muy divertido hacer el payaso y más aún ver las fotos que resultan de la gamberrada, alguna casi mítica, para hacer una foto original en familia y cambiar esa de la mesilla de noche, por ejemplo. Que ya sabéis que aquí somos así de frikis y eso de tener fotos normales no está en los planes.



Abre todos los días de 10 a 22 horas. 

Carrer del Pintor Fortuny, 17, 08001 Barcelona

 

miércoles, 19 de julio de 2017

Barcelona con Niños: Descubriendo La Rambla

La última vez que fuimos a Barcelona pasé por la Rambla en estado de coma. Estaba inconsciente en hombros de la tía. Así que me perdía grandes experiencias y un montón de cosas divertidas. ¿Sabes que la Rambla está llena de cosas guays que hacer con peques y experimentar? Pues si, nosotros nos dejemos seducir por unas cuantas. ¿Te animas a hacer lo mismo?

Subir a los leones de Colón


Nosotros solemos empezar al visita por esta zona, porque el puerto tira mucho así que lo primero que hay que hacer y que es super obligatorio es hacer al subida a los  leones. Contra más bruto y más alto mejor. Es cierto que desde la última vez hemos mejorado en escalada y habilidad pero siguen siendo un poco altos. Eso sí, la sensación de montar en un león en plena rambla es tan brutal que ni los turistas se resisten así que los niños y los guiris tienen que luchar por encontrar un hueco y luego hacerse fuertes para que no les expulsen. Es algo así como juego de Tronos o la secretaría del PSOE pero en versión turística.

Hacerte una caricatura o un retrato

La Rambla está llena de artistas callejeros que hacen retratos y caricaturas al momento a precios populares. La verdad es que mi señora madre quería hacerme una desde hace un tiempo y pensó que hacerlo por allí era genial porque además era un recuerdo de la visita hasta que Annabel (amiga de la nave del bebé) recomendó a un señor que hacía retratos con tijera. Fue verle y decidir que no podíamos dejar pasar la oportunidad de hacer uno. Por 5 euros y en menos de dos minutos te hace un perfil que mola mucho y la verdad que por los que vimos por allí y por mi experiencia personal merece mucho la pena. Tuve que estar muy quieto durante un minuto y ahora tengo una sombra que ya quisiera Peter Pan.

El tipo se llama Igor Kucinic y hace este trabajo por todo el mundo. Puedes ver muestras del mismo en http://siluetas.eu/


Sacarte una foto con un mimo

Las figuras de La rambla son ya míticas, aunque le pese al resto del mundo los mejores del planeta se reunen y despliegan los trajes más originales y creepies por esta mítica calle y a cambio de un donativo puedes sacarte una foto con un payaso, una escultura viviente, tu escritor muerto favorito o un personaje de Skyrim. 

Obviamente no pudimos resistirnos a sacar una foto con uno de los mucho personajes. Menos mal que me arrastró Val porque todos sabéis que solo soy un cagueta de dimensiones épicas y muy arisco para eso de los señores disfrazados, y mucho más si parecen peluches gigantes.

Tomar un helado en Rocanbolesc

Ahora es un must de Barcelona, aunque hay una heladería en Madrid parece que hay que hacer parada en el buque insignia de la nueva heladería que reinterpreta los postres del mítico Can Roca en plena Rambla y hacer su cola de rigor para poder ser lo más cool del mundo.

Las cosas como son los helados estaban buenos y a pesar de pagar un poco el hype del momento merece la pena. Además si podéis bajar por la escalera de las sillas entraréis en un surrealista universo gastronómico pero sobre todo decorativo que aún no hemos comprendido del todo (supongo que es parte del encanto de barcelona).


Visitar un museo

Si, entre las cosas que se pueden hacer también hay que visitar un museo, nosotros vimos uno y medio. El de las ilusiones que os contaremos más adelante en otro post y el naval. ¿Quién es un psicópata de los barcos? ¡Acertaste! Así que visitamos el patio torturando alas pobres tortugas  (por algún motivo mi madre se relajó mucho en este viaje con eso de hacer el gamberro en las fuentes) y pudimos ver barcos grandes (sillas grandes) y asomarnos un poco a las instalaciones. Los anfitriones saben que me deben una visita al museo porque aún sueño con entrar dentro del todo y ver barcos a escala. 


lunes, 10 de julio de 2017

Lisboa con Niños: El centro


 Ahora que ya tenéis algún truco sobre cosas que hacer por Lisboa en concreto, para pasar el día entero dando vueltas y visitando cosas requetebonitas nos queda una última explicación porque no os hemos contado nada de la ciudad de las siete colinas a pata (que en tranvía también mola pero hay muchas actividades que os van a gustar mucho y hay que caminar) . Lisboa es una ciudad de tamaño manejable, eso sí, el nombre de las siete colinas lo podían cambiar por el de las siete montañas empinadas porque lo que viene a ser plan, pues no, no lo es. Así que si tenéis un carro o niños pequeños toca armarse de paciencia y tirar de imaginación porque los barrios aunque están muy cerca los separan cuestas infernales, tramos de escaleras y demás lindeces que encantarán a la espalda de vuestras madres.


Una de la cosas que más me moló es lo de las estatuas. Hay muchas por la ciudad, casi todo el centro está compuesto por zonas abiertas y grandes, calles peatonales y enormes plazas. Es muy vistoso y agradable para pasear y pasar un rato agradable. A mi me tenían fascinadas las estatuas que aparecían en todas partes, sobre todo la del escritor Pessoa casi dentro de as mesas de su bar favorito como un comensal más o la de los músicos de Fado. 



De las plazas molonas os recomiendo una muy especial que mezcla el rollo urbano con la tradición, se trata de la Praça do Martim Moniz (al norte de Baixa), desde donde sale el tranvía 28 y que siempre tiene mucha vida. Grafittis y azulejos conviven en esta enorme plaza que tiene terrazas, exposiciones temporales ¡¡Y chorros!! Y es que aunque hiciera frío tenemos establecido que se hacen las cosas divertidas y pudimos correr por ella.


En la Plaça de Rossio, centro, centro de la vida de Lisboa puedes perseguir las palomas y además encontrarás una tienda super curiosa, un autentico circo en el que por 5 euros te puedes comprar la lata de sardinas del año de tu nacimiento... Y hacer un poco el gamberro. Una preciosa tienda llena de diversión y cosas molonas aunque los dependientes sean un poco tirando a bordes.

La plaça do comercio está mirando al mar, desde ella puedes coger infinidad de tranvías (como el que lleva a Belém pero también barcos) pero lo que mola es dar un paseo por la orilla saliendo de las calles comerciales, disfrutar de la enorme plaza y descubrir el gallo gigante para jugar con sus imponentes luces un poco antes de llegar a los puertos mercantiles. El paseo al lado del mar es muy recomendable.


Por supuesto Lisboa está llena de iglesias en su zona centro y la catedral es una maravilla en plena subida, puedes entrar a todas ellas porque en cada una encontrarás algo único: Patios decorados, inmensas naves, preciosos retablos. Y es que Portugal, como en España entrar en las iglesias conserva un encanto especial.



Y para terminar, para los viajeros que se han dado ya la vuelta de rigor por el centro de Lisboa siempre mola ver algo desde la altura, y sin subir escaleras. Una de las atracciones turísticas de la zona (sobre todo por la gran cola) es el Elevador de Santa Justa, os recomendamos hacerlo a primera hora o tendréis que esperar mucho tiempo. El billete se paga con la carta verde de transporte público normal. Y arriba puedes pagar el mirador que tiene una vista muy chula de toda la ciudad y merece mucho la pena. Las escaleras me dieron un poco de chungo pero la verdad es que superado ese momento disfruté como un enano de todo.
 

Estos son los consejos sobre mi estancia en Lisboa, los míos, ojo, que era un tío de casi cuatro años cuando fuimos así que ponerlos en cuarentena y haced un poco vuestra visita única. ¡Y contárnosla!

Mira todo lo que puedes hacer en Lisboa en el resto de post que hemos publicado aquí: http://www.bebefriki.es/search/label/Lisboa

martes, 4 de julio de 2017

Lisboa con niños: Oceanoario y zona Parque de las Naciones (de visita a la Expo 98)

Ir a una ciudad y no ver algo de Calatrava es casi un pecado. Así que no teníamos más opciones que visitar la zona a más moderna de Lisboa. Además la única que las adultas no conocían porque se construyó para la exposición universal allá por 1998, así que fue una experiencia para todos. La estación de tren da acceso a una zona preciosa. La zona de pabellones está casi en la cuidad si tenemos que compararla con el páramo desierto que es Sevilla, además muchos d ellos han sido conservados como pequeños museos a un precio muy asequible y orientados a los más pequeños. Entre los pabellones jardines su actividades dedicadas al agua y unas vistas al río y al puente que quitan el hipo.


Pero nuestra visita en realidad era para ver tiburones en el oceanoario de Lisboa, uno de los más grandes de Europa , concretamente el segundo por tamaño y especies, diseñado por el famosísimo Peter Chermayeff encargado de los mejores acuarios del mundo. El tanque principal es visible desde casi cualquier parte del acuario y puedes pararte a contemplar a los tiburones, los peces luna o las tortugas cuando te de la gana mientras recorres el resto de instalaciones.


Los otros animalitos que causan furor son las nutrias amorosas que estaban flotando en su estanque tan contentas.

El edificio está "dentro del océano", se accede por unas tarimas flotantes sobre el mar, una característica de todos los paseos de la zona que hacen que sea tan bonita y pintoresca. Y la forma del edificio recuerda a un barco, a mi en concreto me parece un portaaviones bien grande.

En un par de horas se puede ver sin problemas y merece mucho la pena.

Más info: https://www.oceanario.pt/en

No queremos dejar la impresión de que la zona sólo tiene el Oceanoario, la verdad es que nos quedamos casi el día entero porque molaba mucho. Había muchos pabellones visitables que quedaron igual que en la Expo Agua, y además son muy baratos 3 eurillos más o menos, todos de ciencia y los pequeños portugueses estaban dando vueltas por allí encantados.

Nosotros nos dejamos seducir por los parques y las esculturas acuáticas, los barcos de papel gigantes y sobre todo la pasarela que cruza sobre el río con el inmenso puente que parece no acabar nunca.

Unas vistas privilegiadas y una zona super bonita para ir con peques.

Y si, acabamos de compras en el centro comercial de Calatrava unido a La estación de Oriente que firmó el arquitecto español y que misteriosamente parece que sigue en pie, no pudimos evitarlo...

Mira todo lo que puedes hacer en Lisboa en el resto de post que hemos publicado aquí: http://www.bebefriki.es/search/label/Lisboa 

viernes, 5 de mayo de 2017

Lisboa con niños: El tranvía 28


Ir a Lisboa significa darte a los transportes públicos más variados. Nosotros conseguimos coger barco, metro, ascensor y tranvía. No está nada mal. Como somos muy de Internet buscamos un tranvía que fuera muy típico, antiguo y pasase por las zonas chulas de la ciudad. Ese es el tranvía28.

No os penséis que es una idea original. Las colas para subir eran bastante impresionantes, y tuvimos que esperar en la plaza Martim Moniz casi una hora de reloj hasta coger el dichoso tranvía. Lo que si es verdad es que era muy bonito y curioso. A parte de abarrotado y con ningún autóctono a bordo. De hecho la gente hacia el recorrido en su totalidad así que si no coges sitio estás vendido.

Además como es una ruta regular, aunque sea hiper turística es una línea activa, vale la tarjeta de transporte o Carta Verde que por el módico precio de menos de dos euros te garantiza casi una hora de diversión en un recorrido muy pintoresco.

¿Por qué mola el tranvía 28 y no los demás? Pues porque pasa por zonas tan apretadas que algún turista casi se queda sin cámara. Además todos los tranvías de la línea son antiguos porque por las zonas estrechas no pueden circular los mecanismos de los vehículos nuevos de forma que te aseguras un recorrido por la zona más antigua, empinada y bonita de la ciudad y además disfrutar de uno de los vehículos antiguos que permanecen en circulación.

Los tranvías amarillos típicos, con madera y piel en los asientos, esos asientos incómodos pero atractivos,... Ya me entendéis.

El viaje fue muy divertido y la verdad muy recomendable para dar un paseo y hacer un poco el guiri.

Y, las cosas como son, a los más pequeños les encanta.

Puedes consultar el recorrido completo aquí, aunque te recomendamos que lo cojas en la cabecera porque subirse luego es muy, pero que muy complicado...



Mira todo lo que puedes hacer en Lisboa en el resto de post que hemos publicado aquí: http://www.bebefriki.es/search/label/Lisboa

martes, 18 de abril de 2017

Lisboa con niños: Belém

Una de las visitas obligadas en Lisboa con o sin niños es acercarse a la zona de Belém que, si bien es un barrio casi se antoja excursión. Nosotros tomamos la sabia decisión de llegar allí en barco porque, las cosas como son, darse una paseo por el Tajo era obligación. Es verdad que las rutas turísticas son una pequeña sajada pero merecen la pena si vas con un pequeño psicópata de los barcos y los tiburones. La ruta no dura mucho y se hace amena, y posiblemente más cómoda que en el tranvía a juzgar por la cola. Pero si te animas con el tranvía es el número 15, ruta moderna que bordea el río.


 En Belém hay varias cosas que no puedes perderte: el monumento a los descubridores, que es una cosa enorme a la orilla Del Río, la Torre de Belém donde nos empeñamos en subir por hacer la gracia turística, el monasterio de los Jerónimos que es una belleza por dentro y por fuera y la fabrica de los pasteles de Belém que huele que alimenta y que tiene una fila de gente hambrienta que dobla a la de cualquier monumento.

  Foto típica de Belém y foto de "no te acerques al borde que vienen olas aunque sea un río y te puedes dar un baño".



Obviamente la duración de la visita dependerá de la decisión de visitar por dentro uno o varios de los lugares de interés, si te quedas a comer o si no tienes nada de prisa.

 Lo normal es que en una mañana lo puedas tener finiquitado pero nosotros optamos por ir después de visitar la Feria da Ladra que hacen los martes y sábados en la ciudad y comprar cerámica y recuerdos de la zona, si pillas esos días es muy aconsejable, está en la zona del Panteón Nacional.

Así que a lo tonto se nos hizo casi la hora de la cena entre barco, subida a la torre y parada a por dulces.

El veredicto es positivo.

Nos lo pasamos bastante bien aunque eso de subir escaleras es un poco agotador y cuando las fuerzas flaqueaban tuvimos que recurrir a cazar Pokemon. Pero eso pasó con la comida. Nada que no arregles pasteles de bacalao o Pasteles de Belém, o si comes por la zona las dos cosas. 

Mira todo lo que puedes hacer en Lisboa en el resto de post que hemos publicado aquí: http://www.bebefriki.es/search/label/Lisboa 


jueves, 23 de febrero de 2017

De viaje a Lisboa : Alojamiento y comida

Nos hemos ido a Lisboa. Supongo que las familias normales suelen tener unos planes decentes y seleccionar los destinos en función a unos férreos criterios de prioridad, nosotros somos un poco más anárquicos. Decidimos implementar como tradición familiar un viaje anual (mínimo) de mami, tita Bea y yo. La cosa es que cuando nos dimos cuenta se nos habían pasado casi las fechas seleccionadas y al ir a ver los horarios y fechas de apertura de lo que en realidad queríamos hacer descubrimos que ya estaba cerrado así que usamos el típico plan B. Rastrear destinos de fin de semana largo que fueran manejables y no muy caros. Así descartamos varios sitios super chulos que requerían más de cuatro días de estancia y nos quedamos con Lisboa que además salía bien de precio. Tanto avión (low cost) como la estancia eran tan económicos que no tuvimos dudas, además la última vez que las señoras viejas que me acompañaban estuvieron por allí eran niñas así que era un buen momento para recordar la ciudad y ver las cosas nuevas.


Así que allí estábamos en el aeropuerto los tres, con las maletas, el carro, y ganas de pasarlo bien cuando la señora que revisaba los billetes verificó los apellidos y nos dio la idea de cómo llamar a los viajes a partir de ahora: Pacheco Trip. Así que os vamos a hablar de nuestro primer Pacheco Trip, las cosas que vimos, las excursiones, y para empezar el alojamiento y la comida, que, así para que quede entre nosotros nos pusimos las botas.

Es la primera vez que íbamos a apartamento en lugar de hotel o casa rural. Las ventajas son considerables. El uso de cocina es útil sobre todo sabiendo que tenemos unos horarios un poco surrealistas. Por supuesto no solemos volver durante el día pero cuando estás muerto mola salir de la habitación en pijama a cazar pokemons en el salón


Por el idioma no vimos la tele pero estábamos muy entretenidos igualmente. La selección de apartamentos para estancias cortas en la zona centro es amplia. La desgracia es que casi todos son pisos antiguos sin ascensor, la gracia es que son las típicas casas antiguas de Lisboa con sus azulejos de colores en el exterior y la verdad es que eso mola mucho. 

Nuestro apartamento era muy guay, teníamos salida a la terraza y la cocina era un pasote. Desde ella se subía a donde vivía "la señora de arriba" o según mi tía la que nos alquiló el chiringuito, pero vamos que se quedó como la señora de arriba. Una mujer muy maja y atenta que nos preparó un desayuno de quitar el hipo y me dejaba comer estrellitas de cereales todos los días a todas horas. Estábamos a 20 minutos andando del centro o un par de paradas de metro, lo que nos apetecía en función del cansancio.

Tened en cuenta una cosa, Lisboa es una ciudad de cuestas así que ir con carro es un infierno, el metro no está muy habilitado y los tranvías son estrechos así que... tenerlo en cuenta. Mola por las cosas que se pueden hacer con niños pero es una matada para las piernas de los padres que acaban tirando de los peques.  Que no os pille por sorpresa. Y siendo positivo pensad que os vais a ahorrar mucho en gimnasio. ¿Cómo lo ves?

La comida fue genial. Era muy, muy barata y nunca eramos capaz de acabar las patatas fritas, y ya os digo yo que soy de los que comen muchas patatas fritas. Con dos comidas comíamos los tres sin problemas. Para que os hagáis a la idea.

Además estaba de suerte porque el pescado era la base del menú, básicamente bacalao y la típica sardina. Pero la brasa de cualquier tipo de carne también. Nos encantó comer pastéis de bacalhau (croquetas de bacalao) pero también lo pasamos bomba gracias a las hamburgueserías artesanas que estaban por todas partes. Carne buena y con buen precio. 

Además de las raciones super generosas hay que tener en cuenta que las bebidas y los postres no son como los de España, vamos, son precios de personas normales así que podías permitirte pequeños (o grandes) lujos.

Y dejaremos los pastelitos de Belem para más adelante, que también nos pusimos finos.



¿Es complicado comer con peques? Pues no, y se puede comer barato, rápido, bien y típico sin mucho gasto. Así que... ¿Empezamos a contaros qué cosas hacer en Lisboa? 

Mira todo lo que puedes hacer en Lisboa en el resto de post que hemos publicado aquí: http://www.bebefriki.es/search/label/Lisboa 

jueves, 15 de diciembre de 2016

Cosas que hacer en Torrenueva (Granada) un fin de semana

Hay lugares que son como El Centro del universo. No tiene por qué ser un sitio grande o especialmente bonitos o turísticos. Son ese tipo de sitios que de repente los nombras y por un motivo extraño todo el mundo conoce, ha estado ahí o incluso veranean puerta con puerta contigo aunque no lo sepas en nuestro caso ese sitio se llama Torrenueva (Granada), ahora también conocido como Torrenueva Costa, Torrenueva Tropical o incluso Torrenueva Beach desde que luchan por ser municipio.


Torrenueva no es especialmente grande. Una calle y se acaba el pueblo. Ni tiene nada en particular que lo defina pero ahí está, mundialmente conocida. Por eso queremos rendir un sentido homenaje a "la playa de las medusas" con este pequeño artículo para que, si caéis un fin de semana en tal insigne pueblo, sepáis sacarle partido. Allá vamos con nuestro top torreño:

1. Desayunar churros en el Rayao


Quien si dice desayunar dice comer y cenar porque con las raciones que se gastan no vais a necesitar más comida en todo el día. Si vais con mentalidad de ciudad debéis saber que con dos euros os dan una rosca con la que comería toda una familia con tres generaciones y todos
Familia numerosa. Para que no si sintáis mal. Además si pides una ración de dos y sois dos y la acabáis hasta se ofenden por haber conseguido superar su reto del churro torreño.

2. A la rica torta de xocolateeeee



Estar en la playa durmiendo una plácida siesta es un poco complicado si estás en Torrenueva porque los señores que "venden cosas" están por todas partes ansiosos por encontrar tu necesidad y cubrirla, ya sea un juguete, un reloj o cualquier cosa de mucha calidad. Pero sobre todo es genial escuchar al paisano de las "torta de xocolateeeeeeee" que son ideales para las meriendas, una suerte de pan de suizo plano y relleno... ¡Sorpresa! De chocolate. Así que con un euro en el bolsillo pues ahorrarte bajar cargado de alimentos cuando en realidad lo que necesitas es el pan élfico torreño.

3. Leche rizada

Aunque puedes buscar en internet y leer los increíbles efectos y el misterio de la receta de la leche rizada del Perandrés (mucho mejor guardado que el de la Coca Cola) en realidad la leche rizada es helado (granadino) de leche merengada, medio granizado que se deposita en un vaso con una cuchara y una pajita. Es la base de la dieta nocturna de la zona a juzgar por las colas de la heladería.

 4. El tren turístico

Puede parecer de lo más inofensivo pero el tren turístico de Torrenueva es lo más cercano al tren del terror de una feria normal. Va a 60 kilómetros por hora, no duda en saltarse semáforos en rojo, se pone a dos ruedas para girar en las curvas y hace cambios de sentido en las zonas más peligrosas de la zona. Por supuesto lleva música infernal y niños asomando medio cuerpo esperando ser decapitados por cualquier camión que pase en dirección contraria. Además por su precio muchos señores mayores lo usan para regresar a casa si se han cansado, una fauna de lo más variada...


Y por terminar, si, por si os lo preguntáis el 90% de las actividades torreñas son comer. La cosa es así. Y las tapas Granaínas lo mejor.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Visitamos Burrolandia

No os riáis, cuando me dijeron que me llevaban a Burrolandia me recordó a Pinocho, cuando se escapa del cole y se va con un circo y convierten a todos los nenes en burritos. Me parece una imagen tan impactante la de tener tantos burros juntos como en la película.


La verdad es que lo primero que nos sorprendió de Burrolandia es la cantidad de gente que había. El recinto era también muy extenso, cosa que tampoco esperábamos para una asociación sin ánimo de lucro que se dedica a rescatar a burritos y otros animales. Y la verdad es que casi todos estaban allí por el boca oreja así que no os sorprenderá que lo pasásemos tan bien.
Adultos flipándolo
Al lío, los burros, lo creáis o no son una especie declarada patrimonio de la humanidad y en Europa su número ha descendido tan drásticamente que en España dos de sus tres especies autoctonas están en peligro de extinción, en especial la raza zamorano-leonesa y la catalana. ¿Motivos? Pues los burros han dejado de ser útiles en el campo y por tanto su número en el continente ha pasado a ser muy escaso, por lo que han surgido iniciativas como esta para rescatarlos y cuidarlos.


Burrolandia abre todos los domingos del año de 10:00 a 14:30  es un sitio muy curioso. Por supuesto la principal atracción son los burritos pero hay muchas cosas que se pueden hacer. Desde disfrutar de su increíble museo de piezas de labranza a participar en sus actividades: charlas, conocimiento del medio, y sobre todo, las que más nos molaron; dar de comer a los burritos y montar en una calesa.


La entrada es gratis, por lo tanto puedes aportar la voluntad, hacerte voluntario, comprar algún producto exótico como leche de burra para sentirte Cleopatra o dar de comer a los burritos porque te ofrecen por 2'5 euros una ración generosa que permite un buen rato de diversión y apuestas sobre si algún niño perderá una mano devorado por las fauces de los burritos. También se puede dar un paseo en carrito por 3 euros y para completar tienen un pequeño bar muy económico para picar algo o tomar una coca cola. Todo muy kidsfriendly y con mucho olor a campo (ya me entienden).
Las citadas fauces de los burritos, ¿Os he dicho que un miembro de la expedición recibió un bocado?

Un plan muy, pero que muy aconsejable. Espero qeu os animéis y nos contéis qué tal la experiencia. 

Más info: www.burrolandia.es

domingo, 11 de septiembre de 2016

Sobrevivir al Low con niños

Los festivales de música han tenido de siempre muy mala fama, una fama inmerecida en muchos casos y fomentada por la idea de que asistir te obliga a beber como un cosaco o cosas incluso peores. De un tiempo a esta parte se ha extendido la moda de hacer los festivales accesibles para los más peques. Cosa que es lógica si calculas por el número de ediciones y que los asistentes a festivales suelen ser fieles a estos y asistir muchos años, eso quiere decir que nos enfrentamos con jóvenes de hace diez años, es decir, ahora muchos son papis y mamis que siguen amando la música y quieren compartirla con nosotros, los peques.

Así que hay  algunos que incluso han dado un paso más y hacen ediciones matutinas para que encima la música sea especial para los canijos, grupos indies en su formación más ligth como Petit Pop o incluso sesiones descafeinadas de grupos consagrados. Horas de mañana, animaciones y menos decibelios. 

Aún se puede hacer algo más, si sumamos estas dos ideas a que los organizadores monten una zona de juegos con talleres, que podían ser sobre música o incluso impartidos por alguno de sus participantes, que permitan a los padres ver un concierto especial sin preocuparse de que sus polluelos estén bien cuidados. Eso ya sería la repanocha. 

Pero a día de hoy lo que hay es lo que hay y si vas a llevar a un peque ten en cuenta unas cuantas
cosas. Y lo decimos desde la conciencia de haber ido a tres festivales diferentes en tres años de vida. Así que entendemos un poco. Lo primero que aconsejaría a los padres es que conozcan el recinto. Por ejemplo el Low se celebra en una ciudad deportiva, es decir, es accesible con carro, tiene zonas verdes, gradas, es amplio,... Cosas a tener en cuenta si vas con un niño pequeño porque lo de ver los conciertos descubriréis que puede llegar a ser secundario.
Mira la política de acceso, normalmente hay que firmar un permiso especial, algunos son gratis, otros hay que pagar entrada, algunos les dan pulseras ocn el telefono por si se pierden pero con tanta gente si tenéis pulseras de ese tipo no olvidéis llevarlas... Esas cosas. Además suelen indicar la política de acceso de alimentos y bebidas. Aunque hay comida es habitual que no sea muy del agrado de los peques o si vas varios días lo de comer pizza todos no es una buena opción.

Y desde luego no olvides comprarles un protector auditivo. 


Nuestra experiencia en el Low fue súper positiva. Nos dimos cuenta enseguida que para que fuera un éxito había que elegir bien lo que hacer y cuándo hacerlo. Por ejemplo, comer en actuaciones más relevantes, o los conciertos que te interese  plantearlos desde la grada para que aguanten mejor. Por supuesto llevar carro aunque sean grande por si se duermen y recordar que si vas a primera hora hay que llevar protector solar y gorras.

Pero si hay algo que moló fue ir paseando por los stands y consiguiendo premios que atesoramos con cariño: guitarras hinchables, peluches de Ecovidrio, sillones, toallas, hacerse un tatto, sacarse fotos gamberras... O simplemente meterse en la cabina de pelotas centrifugadora. 


Aplicando el sentido común incluso puedes descubrir que te encanta La habitación roja porque todas sus canciones son nuevas para ti (es lo que tiene tener 3 años) , que el tío de Suede suda un montón, o que lo más divertido del mundo visitar todos los puestos de patrocinadores y que encima te puedes llevar un montón ingente de regalos. Y es que el Low vivido Slow es incluso más divertido.

Como nos gusta ser productivos tenemos sugerencias para mejorar la experiencia: el acceso de carros, las entradas con cacheo son un embudo; servicios especiales para que no tengamos que hacer el guarro, si los mayores no pueden tocar nada imaginar lo que es entrar con un enano de un metro... Lo de ampliar la variedad para ellos, tener un castillo o un parque de bolas sería la bomba para poder ver al menos un concierto al día, niños felices, padres felices.


miércoles, 24 de agosto de 2016

Centro de Fauna José Peña

Hay gente que no le gusta el concepto del Zoo. Por desgracia es un término que a los peques nos resulta fascinante independientemente de las connotaciones de privación de libertad de los bichos. Porque aunque quieras explicarme que esos elefantes tan molones no pueden irse a la selva aún no tengo la habilidad para entender lo que eso significa. Por eso a los peques los circos, zoos y demás les gustan. Y eso es así, y lo mejor del mundo es que existen formas muy prácticas de tenerles contentos y no traicionar los principios de los padres comprometidos. Obviamente no son tan vistosas como ver delfines saltando por un aro pero si pueden dar una lección sobre lo que les pasa a esos animalitos que tenían que estar en el monte y acabaron topándose con un humano con mala baba.

  
El Centro de Fauna José Peña (o Natura Navas)  es un centro donde van animales salvajes a recuperarse de lesiones que suelen ser tan graves que les impedirían volver a vivir en libertad porque serían rechazados y atacados por sus compañeros o porque necesitan medicinas para seguir viviendo.

A mi mamá le parece que el concepto y el ver a animales que han estado tan malitos (algunos tienes marcas muy visibles) hace que tengas una crisis de fe en el ser humano pero se te pase al ver cómo intentan recuperarlos. La entrada y el dinero que recaudan de la granja sirve para cuidar y proteger a este tipo de animales (salvajes y autóctonos): lobos, ciervos, algún animal de granja pero sobre todo una sección de aves salvajes que es bastante increíble son los reclamos principales. No deja de tener un formato de Zoo, pero en el fondo entiendes que el significado no tiene nada que ver.

La zona de granja es simplemente ideal, ovejas lanudas tan grandes como un adulto, cabras muy bonitas y un cuidado que ya querrían para sí los zoos "de verdad", gallinas y cerdos bastante majos. Muy hambrientos que te pueden comer una mano pero es parte de la gracia de conocerlos.


Tienen entradas muy económicas y algunas actividades de concienciación para nenes un poco más mayores que parece que están muy bien. Puedes quedarte a comer en el picnic y es una visita ideal para una mañana o una tarde (ojo en esta época del año porque está totalmente desangelado sin árboles y podéis pasar mucho calor).

El personal es muy atento, te indican y animan a interactuar en las actividades y explican lo que necesitas saber contando anécdotas sobre sus inquilinos que hacen que tomes aún más cariño a la gente que pasa por allí, y sobre todo a los animalitos ¡Esperamos que tengan una vida genial!




Más info: http://www.naturanavas.com/
Dirección: Ctra.M-501, Km 40, 28695 Navas del Rey, Madrid
Teléfono: 636 72 11 14
 
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