jueves, 23 de junio de 2016

Pisamonas de veranito

 En esta casa somos muy psicópatas de los zapatos, eso no es un secreto porque desde peques estamos de visitas médicas por los pies. Resulta que "ando torcido", dicen que eso se pasa con el tiempo pero la cosa es que mejoro muy poco a poco y una de las únicas medidas que hemos tenido ha sido la de elegir mucho mejor los zapatos. Nunca hemos heredado calzado, y además el presupuesto en zapatos es una parte interesante de los gastos. De un tiempo a esta parte no entra en casa nada que tenga todos los estándares de calidad. No compramos calzado extranjero (excepto la marca de cabecera de papá) y , por su puesto, intentamos ver si el calzado ayuda a pisar mejor. Así que podemos presumir de ser los tester de zapatos más exigentes del mundo, porque en ello va que nos den el alta de traumatología. No hay mejor motivo.


Pues estábamos detrás de unos Pisamonas desde hace tiempo y ahora en la campaña de verano no hemos podido resistirnos a unos, antes de hablaros de la calidad y la experiencia os vamos a dar un par de datos para todos los que son aún reacios a la compra por Internet:

1. Los gastos de envío son gratis. 
2. Los precios son inmejorables. Desde 10 euros hasta lo que quieras dependiendo del material y acabados.
3. Si fallas en la talla no pasa nada, los cambias sin gasto, sólo tienes que dar al mensajero que trae tu par nuevo el antiguo. Sin desplazarte y sin líos.
4. Si eres del Club Pisamonas (que es gratis) tienes 4% de descuento directo  muchas ventajas más.
5. Tienes todos los modelos y tendencias en muchas tallas y variedad de colores. 

Y si eso no te parece poco os voy a contar cómo no destrocé los míos. Tengo una bici sin pedales, de esas que tampoco tienen freno y que van embaladas. y adivina con qué freno... ¡Con los pies! Por eso en esta casa siempre elegimos alguna zapatilla con refuerzo, en este caso nos decantamos por dos modelos de "pepitos" uno de punta de goma para hacer el bruto y otros normales para cuando no parece peligroso o voy sin motorizar.


Los de goma aguantaron una sesión intensiva de parque entera que incluye: trepar, saltar, monopatín y bici. Los normales tuvieron mucha menos suerte porque a pesar de no ser "maltratados" las dos primeras salidas acabaron con ellos en la lavadora. Si, mi madre lava estas cosas en las lavadoras porque además de ser adorable me huelen los pies a queso una barbaridad así que hay que darles agua casi a diario y en ocasiones si además están guarros acaban dando vueltas para acabar con el estropicio. En la primer salida les embadurné en la feria con chocolate de un gofre y en la segunda me metí en un lodazal... ¡Ese soy yo! y aún así están como nuevos (bueno, técnicamente son nuevos aunque en tres salidas se hayan lavado tres veces pero ya me entendéis).


Volviendo a eso del olor a pies el año pasado tuvimos unas deportivas que era quitarlas y matar cualquier tipo de vida que hubiera en un kilómetro a la redonda. Estabas en el coche, te los quitabas y había riesgo de muerte por desmayo del conductor. Eso dice mi madre que es muy exagerada pero es que de verdad era cosa mala lo mal que olían aquellas cosas. Con estas no hemos notado olor apenas. Eso señores míos alegra mucho a mi madre y las zapas no acaban viviendo las noches en el marco de la ventana.

Como supongo que queréis tener más datos prefiero enseñaros fotos de lo molonas que quedan las zapatillas y recordaros que en breve, en julio, comenzarán sus rebajas, os iremos informando para que no perdáis la oportunidad porque si ya son baratos sin descuento con rebajas es una locura.


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