A pocos pasos de la bulliciosa Rambla de Barcelona, se esconde un lugar donde la realidad se mezcla con la ficción, y la historia, la cultura y la fantasía se transforman en figuras que casi parecen cobrar vida. Se trata del Museo de Cera de Barcelona, un espacio renovado que combina la nostalgia de las figuras clásicas con un enfoque actual y atractivo para visitantes de todas las edades. Lejos de ser un museo estático o pasado de moda, este espacio se ha reinventado para convertirse en una parada imprescindible dentro del ocio familiar barcelonés, especialmente si se viaja con niños.
¿Qué es el museo de cera y cómo es por dentro?
Ubicado en el histórico Palacio Gual de Reynal, un edificio neoclásico del siglo XIX, el museo propone una experiencia envolvente que recorre más de una veintena de salas temáticas. En ellas se exponen más de 120 figuras de cera que representan desde personajes históricos y literarios hasta íconos de la cultura pop, el cine, la música y el deporte. Sin embargo, lo que realmente lo distingue es la cuidada selección de figuras que representan la identidad catalana, algo que otros museos de su estilo no suelen priorizar: desde Salvador Dalí hasta Antoni Gaudí pasando por actuales como Jaume Plensa, chefs de reconocido prestigio como Joan Roca, Jordi Cruz o Ferran Adrià , pasando por escenarios que recrean monumentos como la Sagrada Familia o el Parque Güell. ¡Incluso Copito de Nieve!
Desde el momento en que se cruza el umbral del edificio, la experiencia es inmersiva. La escenografía, la iluminación y los efectos sonoros acompañan el recorrido de forma que cada sala se convierte en un pequeño espectáculo. Algunas de las figuras más celebradas por los más pequeños son las de personajes de ficción como Harry Potter, personajes de Star Wars, que se presentan en entornos diseñados para estimular la imaginación, una sala entera de La Casa de Papel y de Juego de tronos, un impresionante hall con los mitos de la música... También hay lugar para figuras históricas como Einstein, o personajes de la política contemporánea.
¿Merece la pena visitarlo en familia?
Definitivamente, sí. A diferencia del Museo de Cera de Madrid, que mantiene un enfoque más clásico en la distribución y ambientación de sus salas, el de Barcelona ha apostado por una experiencia mucho más moderna, accesible y dinámica. Las figuras están mejor integradas con sus escenografías, la iluminación es más cuidada y se ha hecho un esfuerzo notable por renovar los contenidos, reduciendo la presencia de figuras anticuadas —especialmente las fabricadas en los años 70, que ahora se presentan con una clara señalización que las contextualiza claramente identificadas como "históricas"— y priorizando personajes actuales y locales. Ha dado más protagonismo a personajes actuales y locales, lo que le da un valor cultural añadido, especialmente para quienes quieren que sus hijos conozcan mejor las raíces y símbolos de Cataluña e incluso convirtiéndolo en un reclamo para el turista.
Otro de los grandes atractivos, especialmente para los niños, es la experiencia del ascensor, una breve escena sensorial con efectos especiales que simula una caída libre. Es emocionante, divertida y completamente segura, y añade un punto de sorpresa al recorrido. Además, las zonas más oscuras del museo, dedicadas a asesinos o escenas macabras, están bien delimitadas, de forma que los padres pueden elegir si desean pasar por ellas o no.
Datos prácticos para organizar la visita
El museo está abierto todos los días y las entradas pueden adquirirse tanto en taquilla como a través de su página web, donde es común encontrar promociones para familias, estudiantes o grupos. La visita completa suele durar entre una hora y hora y media, y el recorrido es apto para todas las edades. El espacio está adaptado para carritos de bebé y cuenta con baños, una tienda de souvenirs y una pequeña zona de descanso.
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La ubicación, en Passatge de la Banca 7, a solo unos pasos de La Rambla, lo convierte en una parada muy cómoda si se está visitando el centro de la ciudad.
Ubicación:Viernes y sábado: de 10:00 a 20:30h (último acceso a las 19:30h)
Más información. https://www.museocerabcn.com/
Compra de entradas.
Un final de cuento: El bosque de las hadas
Una de las grandes sorpresas del Museo de Cera de Barcelona no está dentro del museo, sino justo al lado. Se trata de El Bosc de les Fades (El Bosque de las Hadas), un restaurante-cafetería mágico que recrea un auténtico bosque encantado. Árboles que atraviesan el techo, luces tenues, rincones misteriosos, sonidos de naturaleza y un ambiente de cuento hacen de este lugar un broche perfecto para terminar la visita.
Es un lugar perfecto para hacer una pausa, tomar un refrigerio o incluso comer algo en un entorno completamente diferente a cualquier otro restaurante de la ciudad. La carta incluye bocadillos, tapas, hamburguesas y opciones para los más pequeños, en un ambiente relajado y lleno de encanto. Además, su ubicación lo convierte en un excelente punto de encuentro antes o después de la visita al museo.
El Museo de Cera de Barcelona ofrece una propuesta cultural y de entretenimiento perfectamente pensada para el público familiar. Con un equilibrio entre figuras internacionales, personajes locales, efectos inmersivos y un entorno cuidado, consigue algo que no todos los museos logran: despertar la curiosidad de los más pequeños sin aburrir a los adultos. Y si además se termina el día bajo los árboles encantados del Bosque de las Hadas, la experiencia se convierte en una jornada mágica que difícilmente olvidarán.
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