Este año en el cole hemos inaugurado una nueva asignatura. Se trata de robótica. Ellos mismos tienen que crear un robot y programarlo para que funcione. Se trata de incentivar el desarrollo STEM desde edades tempranas. ¿Qué es STEM? El término STEM es el acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y tiene un fundamento profundamente práctico para animar a los niños a experimentar y acercarse al mundo de la robótica con otros ojos. Muchísimos colegios lo han incorporado en el catálogo de disciplinas de primaria y secundaria adaptando los contenidos a las edades y capacidades de los peques y el éxito en la aplicación de la lógica simple, la capacidad espacial y el desarrollo matemático está más que probado. Por eso si nos planteamos regalar a un niño algo que sea un juguete pero que también le anime a experimentar, aprender, construir y desarrollar yo no lo dudaría ni un momento, elegiría un robot adecuado a su edad porque, por asombroso que parezca, existen proyectos a partir de 4 años como Andy, el primer robot programable. 

A partir de 5 años tenéis la opción de los action bots compuestos por Robbie, Sophie y Patrol y ya llegando a los 8 años en adelante la cosa se complica porque no sólo puedes jugar y programar el robot, además debes montarlo. Ya sabéis, destreza manual, psicomotricidad fina y destornillador al canto. Nosotros hemos hecho el experimento de dejar a la criatura de ocho años y medio enfrentarse con el reto de realizar solo (si se atascaba le ayudábamos pero no lo hemos montado juntos) Robotruck, un impresionante modelo de vehículo que permite realizar infinidad de acciones... pero no adelantemos acontecimientos. 

El montaje

No os voy a engañar. Al abrir la caja y ver las piezas la cara fue un poema. ¿Pensabas que iba a ser tan fácil ponerse a jugar? No amigo, esto hay que currárselo un poco. Una vez localizado el manual establecimos el montaje en varios días para poder hacerlo con calma y sin que se cansase. En hora y media se puede montar si lo hacen de forma autónoma. En menos de media hora si lo hace un adulto, pero ¿cuál es la gracia si elegimos la segunda opción? 

Pues al lío. Mesa despejada y paciencia. Lo de los tornillos provocó una auténtica fiesta. ¡Estaba usando un destornillador sin supervisión! Bueno, si le estábamos supervisando pero desde este momento él cree que cada cosa que se rompe puede arreglarla con sus herramientas. 

¡Hemos creado un monstruo! 

Y tras la primera barrera mental de asumir que para disfrutar su coche debe montarlo se vino arriba y lo fue haciendo con mucha paciencia y orgullo. Motivación a tope en este aspecto y refuerzo de sus capacidades manuales y constructoras. 

Este modelo consta de 70 piezas y posee luces led y sonido. Y una vez construido es un robot totalmente programable. 

La programación 

Ya hemos construido el Robotruck, ¿y ahora qué? Pues ahora toca la parte más divertida, programarlo. 

El robot cuenta con hasta 90 acciones para programar (3 memorias de 30 acciones cada una). Un total de 9 movimientos y 3 velocidades que se controlan a través de su mando teledirigido, que, por cierto, también deben construir ellos mismos, esto es algo que a la criatura le flipo mucho. 

Básicamente una vez montado el vehículo puedes hacer que se mueva en modo exploración, es decir, él sólo, o decirle los movimientos de uno en uno con el mando. La sección de comandos no es sencilla y hay que calcular muy bien para que llegue a donde quieres. Nosotros hemos hecho circuitos o intentado que arrastre una pieza pequeña con la excavadora. Nos ha costado lo suyo pero cuando por fin lo hemos logrado ha sido la mar de emocionante. La memoria queda hasta que se apaga el robot y puedes programarle 3 ranuras diferentes. 

Posee además luces, sonidos y alarma. 

Lleva pilas que no están incluidas en la caja. Para hacerlo funcionar necesitas un total de 4 pilas en el robot más otras dos para el mando de tipo AA (las normales).

¿Cómo elegir el robot correcto?

El primer consejo es acudir a una tienda especializada y a marcas de confianza. Hay muchos robots en el mercado pero conservar el estándar de calidad es básico para que el juego se pueda disfrutar sin incidentes, piezas faltantes, servicio al cliente o incluso encontrar instrucciones en idiomas que no entiendan los peques. Además las calidades de algunos productos dejan mucho que desear y teniendo en cuenta lo que han bajado los precios en robótica no merece por una docena de euros jugársela con un producto que no ha sido aprobado o tenga los permisos en regla. Recordemos que son niños y es mejor prevenir que curar. 

En este caso recomiendo alguna tienda especializada, que cada vez hay más y que poseen servicio presencial , telefónico e incluso on line. Ellos con unos pocos datos podrán ayudarte a seleccionar de entre todos los productos del catálogo el más adecuado para las capacidades y habilidades del peque. Si no conoces ninguna tienes World Brands en Valencia o en www.worldbrands.es 

En segundo lugar hacer mucho caso de las edades recomendadas porque la gracia de este tipo de juegos es que ellos sean capaces de hacerlo solos. No queremos construir un robot para un adulto de 40 años. Queremos que la experiencia se viva desde el montaje a la programación por lo que , a pesar de acompañarles, creo que es importante dejarles experimentar, probar y equivocarse solos. Además esto hace que no les aburra la dinámica del juego. Además otro factor interesante es tener en cuenta sus tiempos, por ejemplo, nosotros establecimos los tiempos de montaje de forma lúdica en varios días. El objetivo no es "acabar rápido" si no ser capaces de lograr una meta y disfrutarla.

Mira cuales son sus objetivos. Cada robot posee una función diferente, los hay que se mueven, que interaccionan... De esa forma puedes encontrar el que más se ajuste a la personalidad del niño.