Vino el señor gordo con barba. Y resulta que es super majo. Le dejé el supercalcetín y me lo ha llenado de cosas chulas. Mi madre sostiene que el año que viene tengo que escribir una carta a este viejecito y a los tres señores vestidos raros pero la verdad es que creo que no hace falta, lo han hecho bastante bien, ¿no?

Veamos, seguro que me acuerdo de casi todo: unos libros bien majos que no me han dejado comer. Un elefante que ha salido de la portada de uno de ellos y que tiene un montón de colores. Muchas cosas navideñas: peluches, baberos, un traje de Papa Noel, piruletas con árboles de navidad que saben muy ricas y un elfo de peluche… También un montón de películas con mogollón de colores.  Una pandereta, unos leotardos de esqueleto, un gorro de búho.

Luego fuimos a casa de los abuelos y llegó la cosa más chula del planeta: el Cochecito Leré.  Ya le puedes dar porrazos que no hay problema, es fantástico, y canta, tiene luz y hace muchas cosas chulas al endiñarle. Parece que la voz es de una tal Gisela, que debe ser muy famosa porque tienen su cara puesta en la caja. Pero lo que realmente está guay es que si lo lanzas se cae.

Lo digo muy enserio, porque además tengo un muñeco monísimo que también me trajo el señor gordo que me tienen muy enfadado. Le doy porrazos, le tiro, he intentado incluso dialogar con él… pero ¡¡No se cae!! El otro día probé a lanzarlo contra la pared y ¡se levantó sólo! Creo que está poseído o algo, no me cae nada bien. Mi mami lo llama “tentetieso” y yo no lo llamo, lo evito, creo que me está tomando el pelo…


Canción: Last Christmas - Wham!