La decisión de comprar una trona llevaba oyéndose a la hora de la comida desde que comencé a gatear. Creo que tiene que ver con mi manÃa de subirme encima de mis padres y reclamar atención mientras ellos intentan nutrirse. El problema era que la casa no es muy grande y no quieren llenarla de - más - trastos, y tampoco gastarse una pasta.Las tronas se pueden poner sobre una silla o ser una silla en sà mismas. Las sillas del salón no tienen mucha estructura asà que descartaron esa opción y se fueron al Carrefour a la búsqueda de la trona perfecta. Y la consiguieron. Compraron un modelo muy básico pero resultón de A Salvo, ya que estaban muy contentos con la cuna de viaje de la Tita Iratxe. A pesar de ser plegable al final no la recogen nunca, resulta muy cómoda, no sólo para darme de comer, también para que me pueda sentar con ellos a la mesa y participar activamente en la reunión familiar de las comidas, eso me permite poner cara de pena y que me den comida "prohibida", no falla nunca.
Asà que se han acabado los gateos lastimeros, que me tengan que coger en brazos y demás. Ahora puedo guarrear con la papila y jugar con los quecos como un señor mayor. Y la verdad es que la idea me encanta.
Canción: Cómprame - Pedro MarÃn
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