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martes, 27 de junio de 2017

De visita a la Fábrica Nutriben

Muchos sabéis que tengo una fijación inmoral por visitar fábricas, me parecen unos sitios fascinantes y aprendes un montón de cosas de la producción, investigación y elaboración de productos de consumo que son sorprendentes... por eso cuando Nutriben Innova invitó a una jornada que incluía charlas de nutrición y visita a sus instalaciones no podíamos dejar pasar esa oportunidad.



La semana pasada dentro de la iniciativa de Nutriben Innova se realizó en Madrid un encuentro para hablar de muchas cosas: Nutrición infantil, coaching personal e incluso una clase de Bikram Yoga que con las temperaturas que estamos viviendo era posible hacer hasta en la calle. Pero lo que más moló de todo es ver cómo se hacen las leches de fórmula. 

No es un secreto que he sido un bebé gordote de biberón, además siempre me lo daba papá. mi madre se crió con Nutriben y yo también.

La fábrica de Nutriben es visible desde la carretera, está entre  Alcalá de Henares y Meco, a pocos kilómetros de Madrid y se puede ver desde Tren, Coche y cualquier medio de transporte que pase medianamente cerca. Es un almacén inmenso y sofisticado donde se preparan las leches que se distribuyen a todo el mundo, como muchas otras como Valor o Guinness (grandes y dietéticos ejemplos de fábricas visitadas hasta la fecha, que ya os he dicho que nos molan las fábricas...) la producción total se realiza allí y se lleva donde sea necesario para su distribución lo que hace que sea una absoluta maravilla ver la cantidad de producto y de trabajo que lleva todo.

Empecemos por el principio, que es como mamá y el resto de blogueras entraron a la fábrica. Y eso incluye seguridad: nada de productos metálicos, cosas sueltas, nada de móviles y por supuesto nada de nada a secas. Al tratarse de un entorno de producción de alimentos las medidas de higiene son brutales. Les vistieron como si fueran a operar a corazón abierto: batas, gorros, guantes y calzas estériles para pasar a la zona de recepción producción y almacenaje.  Ya vestidas de esa guisa llegaron al primer muelle donde recepcionan con total seguridad y control las materias primas y se comprueban albaranes, pesos y que no hayan sido manipuldas antes de pasarlas al almacen. Después hay dos salas de pesado, una de “granel” así a cascoporro y otra de precisión para determinados componentes  como vitaminas o probioticos que llevan una concentración menor.

Cuando se ha decidido qué leche se va a fabricar de la selección inmensa de Nutriben que hay en el mercado se prepara según la fórmula y se pasa a la sala de dosificación. 

Proteina, maltodrextina, leche desnatada y Lactosa son los componentes que más cantidad llevan en la mezcla y se vuelcan en los super tanques con grúas por el peso de los contenedores. Pero obviamente se pueden cambiar -  o se elimina la lactosa y leche en caso de fabricar las fórmulas sin lactosa - tras un proceso de rigurosa limpieza de todas las líneas del proceso.

Luego se produce el proceso de mezcla que dura unas 8 horas. Este proceso hidrata la mezcla para conseguir homogenieidad antes de pasar al secado de la misma. La torre de secado es una mole de casi cinco plantas, para que os hagáis a la idea todo se construyó en función de su estructura.



El producto se seca con una evaporación a una temperatura brutal y se almacena para pasar la cuarentena de calidad, básicamente se vuelve a echar un vistazo al lote y controlar que todo ha salido según lo previsto antes de meterlo en su adorable botecito.

El envasado final es un proceso super curioso y totalmente mecanizado (casi como el resto de la producción). Cadenas y diversos robots y brazos hidráulicos envasan el producto final. Mi madre me ha puesto el vídeo del brazo que coge los cacitos y me tiene hipnotizado del todo. Las cajas, las tapas, … todo es controlado por máquinas que hacen que la precisión y la limpieza sean máximas.

Las instalaciones de Meco se abrieron en 2009 pero acabaron al construcción en 2014 con un complejo de 4 edificios y 18.000 metros cuadrados, aunque sólo visitaron la fábrica de leche también fabrican Potitos y cereales . Hay tres turnos que trabajan de manera continua aunque gracias a a automatización la plantilla es muy reducida, un total de 30 personas para los tres turnos. Este control permite estandarizar los procesos de producción y la total trazabilidad durante todo el proceso de las material primas evitando errores humanos . Además ese personal cumple rigurosamente los estándares higiénicos, antes de entrar y forrarnos con todas las capas del mundo también lavamos manos y desinfectamos. En cada sala había al menos  un deposito de desinfectante al lado de cada puerta, vamos, más antiséptico imposible.

Otra cosa curiosa es que la zona de envasado está en un entorno libre de oxigeno para que nada altere las condiciones del producto. Aquello más que una fábrica parecía una nave espacial. Una barbaridad de curro para la elaboración de un producto básico para muchas mamás.

Si queréisis ver al fábrica por dentro tenéis en esta web mucho vídeos para que descubráis el proceso: http://nutribenfabrica.com/


Nutriben  empezó a fabricar allá por 1963 productos de alimentación y es suyo el término “potito”. Cuando digo que somos una familia de Nutriben después del chocolate es que es cierto, rebuscando en el baúl de los recuerdos mamá ha encontrado las anotaciones del libro de salud de cuando era peque con su alimentación y… ¡Allí estaba! Y también ha sido parte de mi dieta tanto en leche como en papillas y potitos (y he de decir que son de los que mejor se deshacen) .

Desde entonces hasta ahora la preocupación por hacer lo mejor para los peques ha sido una constante que culmina con esta fábrica que puede producir hasta 12.000 toneladas de alimento al año. Una autentica barbaridad.

Por supuesto el resto de la jornada tuvo momentos super interesantes y mamá disfrutó mucho de las ponencias de los dos pediatras Aurora Molina y Jorge Martinez, aprendió sobre nutrición en los 1000 primeros días y la obesidad en los más peques, cuestionó sus reglas gracias a las cajitas de Aritz Urresti y muchas sufrieron con la sesión de yoga que era cosa de valientes pero es que la fábrica es lo que más le moló, las cosas como son.

Y para terminar con nota... ¿Aceite de palma en la leche de fórmula? Pues si, porque consigue que la fórmula tenga la apariencia lo más parecida a la leche materna, cosa que a las madres de biberón les ha preocupado y les preocupará toda la vida. Más allá del impacto medioambiental de este aceite que es provocado por todas y cada una de las cosas que lo llevan (esas sí innecesariamente) hay que ser sensatos y documentarnos antes de tomar decisiones. Si os interesa el tema os aconsejo una lectura rápida y amena...

¡Gracias a todos por aguantar el rollo! ¡Y a Nutriben por invitarnos!
 
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