Excursión a Tabarca en catamarán con visión submarina desde Santa Pola

El Mediterráneo esconde tesoros únicos que parecen sacados de un cuento, y uno de ellos se encuentra a pocos kilómetros de la costa alicantina: la isla de Tabarca. Esta pequeña joya, declarada Reserva Marina en 1986, ofrece una mezcla perfecta de naturaleza, cultura, gastronomía y paisajes inolvidables. Una de las formas más completas y cómodas de visitarla es a través de una excursión de un día en catamarán con visión submarina, una experiencia ideal para familias, parejas o grupos de amigos que buscan desconectar y descubrir la magia de este rincón único.

Por qué elegir una excursión en catamarán con visión submarina

A diferencia del típico ferry rápido que conecta Santa Pola con Tabarca en apenas 15 minutos, optar por una excursión en catamarán transforma el viaje en sí en parte del atractivo. Estas embarcaciones no solo permiten disfrutar del trayecto de forma relajada, sino que incluyen una zona de visión submarina, una experiencia fascinante tanto para niños como para adultos. Mientras navegas sobre aguas cristalinas, puedes observar bancos de peces, formaciones rocosas y la vida marina típica del Mediterráneo sin necesidad de mojarte.

Además, muchos de estos catamaranes ofrecen un ambiente más distendido, con música a bordo, personal amable y posibilidad de tomar algo mientras se navega. El objetivo no es simplemente llegar a la isla, sino disfrutar de un mini crucero con encanto y perspectiva submarina. En definitiva, es una opción que añade valor a tu jornada desde el primer momento y que cuesta 10€.

Las ventajas de reservar con Civitatis (y evitar el caos de taquillas)

Reservar la excursión a Tabarca con Civitatis desde Santa Pola supone no solo tranquilidad, sino una gran ventaja logística. La zona del puerto de Santa Pola, especialmente en temporada alta, se convierte en un auténtico campo de batalla entre compañías navieras. Los gritos, precios cambiantes, promociones de última hora y presión para elegir "ya o nunca" hacen que la experiencia en taquilla pueda ser muy estresante, sobre todo si viajas en familia o no conoces la zona.

Con Civitatis, en cambio, todo se gestiona de forma online, clara y sin sorpresas. El precio es cerrado, la hora de salida está confirmada con antelación y no tienes que pasar por el bullicio de vendedores improvisados ni hacer colas interminables bajo el sol. Solo llegas al punto de encuentro, enseñas tu reserva digital y te embarcas directamente. Además, la plataforma incluye reseñas verificadas de otros viajeros, lo que permite tener una idea realista de lo que vas a encontrar. También cuenta con cancelación gratuita hasta 24 horas antes, lo que da un margen de flexibilidad en caso de cambios de planes.

Otras opciones para llegar a Tabarca.

Santa Pola es quizás el mejor sitio para hacer la excursión por varias razones. 

1. Es la zona más cercana por lo que el viaje es más rápido y sencillo. En menos de 30 minutos se llega a la isla y es más probable que nadie se maree o pase un mal rato en el barco. 

2. Es más económico. Obviamente es la zona más cercana por lo que el viaje sale casi por la mitad que el resto de salidas posibles que son Alicante y Torrevieja. Ambas con un trayecto de casi una hora de travesía. El viaje sale por 10€ precio cerrado. 

3. La zona del puerto es sencilla para aparcar. Si vas con tiempo hay mucha zona de aparcamiento que además es zona blanca (no es necesario pagar ni tiene limitación de tiempo)

4. Hay más opciones de horarios. Trabajan dos grandes compañías con varios barcos por lo que están haciendo el recorrido de forma casi continua en temporada alta. Hay mucha variedad de horarios para ir y volver y el regreso suele ser libre en los horarios que tengan por lo que no hay que preocuparse de la hora y disfrutas relajado. 

Tabarca: historia, leyendas y belleza mediterránea

Una vez en Tabarca, comienza el verdadero espectáculo. La isla, con apenas 0,3 km² de superficie, es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y tiene una historia fascinante. En el siglo XVIII, Carlos III ordenó fortificarla y trasladó a familias genovesas que habían sido rescatadas de la esclavitud en Túnez. De ahí el nombre de “Tabarquinos” y los apellidos italianos que aún perviven en la isla. Aunque hoy apenas unas pocas personas residen de forma permanente, la isla sigue conservando ese aire de aldea marinera atrapada en el tiempo.

Rodeada de aguas turquesa, calas tranquilas y formaciones rocosas, Tabarca es también Reserva Marina, lo que la convierte en un paraíso para los amantes del snorkel y el buceo. Sus aguas están protegidas y repletas de biodiversidad, y caminar por sus senderos es una invitación constante a desconectar del mundo moderno.

Ruta a pie por la zona natural: el faro, el torreón y el paisaje salvaje

La mejor forma de conocer la isla es a pie, y una ruta muy recomendable comienza justo desde el puerto, pero se dirige hacia la zona no urbanizada, al este. Este tramo está marcado por caminos de tierra, salpicados de flora autóctona, lagunas salinas y vistas despejadas al mar abierto.

La caminata lleva primero hasta el faro de Tabarca, una construcción de mediados del siglo XIX que, aunque actualmente no está abierta al público, es un icono visual y un excelente punto para hacer fotos. En su entorno, el paisaje árido contrasta con la intensidad del azul marino, creando una postal de belleza cruda.

Desde allí, se puede continuar hacia el pequeño torreón de San José, otra construcción defensiva hoy cerrada, pero que se integra perfectamente en el paisaje. Esta zona ofrece silencio, sensación de aislamiento y panorámicas ideales para respirar hondo y simplemente observar. Es fácil cruzarse con aves marinas y, con algo de suerte, incluso lagartijas endémicas.

Aquí no hay sombra, ni bares, ni tiendas: solo la isla en estado puro.

Ruta cultural y animada desde el puerto: el pueblo y sus rincones con historia

Después de recorrer la zona natural, lo ideal es regresar hacia el pueblo para descubrir el corazón histórico de Tabarca. El acceso al núcleo urbano se hace a través de una de las tres antiguas puertas de piedra que aún se conservan: la de San Gabriel, la de San Rafael y la de San Miguel. Estas entradas conducen a una villa amurallada con callejuelas empedradas, casas blancas con detalles de color y una arquitectura sencilla pero encantadora.

Uno de los lugares que más llama la atención es el Museo Nueva Tabarca, ubicado en una antigua casa fortificada. Aunque actualmente se encuentra cerrado temporalmente por reformas, vale la pena acercarse a su fachada y conocer su historia: este museo recoge piezas arqueológicas, objetos tradicionales y materiales que explican la historia, el ecosistema marino y la vida en la isla.

La calle principal del pueblo es un hervidero de vida durante los meses de verano. Tiendas de souvenirs artesanales, restaurantes que huelen a caldero tabarquino (plato típico a base de pescado) y heladerías caseras crean una atmósfera acogedora y animada. Aquí también se encuentra la Iglesia de San Pedro y San Pablo, de estilo barroco sobrio, construida en el siglo XVIII. Aunque su interior no siempre está abierto, su presencia domina el paisaje urbano de la isla.

Desde esta zona también puedes dirigirte a las zonas de baño y calas rocosas que bordean la costa sur. Son ideales para practicar snorkeling, ya que el agua es cristalina y poco profunda, lo que permite ver fácilmente bancos de peces y praderas de posidonia. Si llevas gafas de bucear, no te arrepentirás. En algunos puntos también se alquilan equipos básicos para quien no lleve el suyo.

Recomendaciones finales para una visita redonda

Llega temprano: Aunque tengas la reserva con Civitatis, es recomendable estar unos 15-20 minutos antes de la salida para embarcar sin prisas. Si llegas antes y el barco no está completo te dejan embarcar así que ganas tiempo en tu excursión.

Lleva calzado cómodo: especialmente para recorrer la zona no asfaltada. Si vas a hacer snorkel también escarpines.

No olvides protección solar, gorra y agua, ya que muchas zonas carecen de sombra.

Reserva en un restaurante si vas en fin de semana, ya que muchos se llenan rápidamente. Si quieres dar un toque exótico a tu excursión tienes el Nou Collonet, el restaurante favorito de Ilia Topuria con una carta con precios normales. También puedes tomar una tapilla y sacarte la foto con la replica del cinturón, con peques es un puntazo. 

Llévate una bolsa para recoger tu basura: es un entorno protegido, y cada gesto cuenta. Puedes comer y beber en la playa si tienes presupuesto ajustado pero, por favor, recuerda que debes dejarlo todo como lo encontraste. 

Tabarca no es solo una excursión de verano. De hecho en invierno es un lugar encantador y mucho menos masificado así que si quieres hacer una excursión para conocer la isla habitada más pequeña de España la primavera y el otoño son ideales porque no hay casi nadie y puedes disfrutarla de forma diferente y menos masificada. Recuerda que en temporada alta pasan de ser una isla de 50 habitantes a recibir casi 5000 visitas diarias. Es una experiencia completa que une naturaleza, historia, cultura, relax y aventura. Y hacerlo en catamarán con visión submarina, sin prisas y con la tranquilidad de haberlo reservado todo con Civitatis, convierte este plan en una opción redonda para exprimir el Mediterráneo con todos los sentidos.

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