Supongo que tengo que decir que me lo pasé muy bien en el cumple de la prima y me gustó mucho su tarta y esas cosas, pero eso es mentir. Resulta que la prima tiene dos bicis, una moto y un coche que anda solo. Así que mientras mi prima abría sus príncipes, su ropa rosa y sus cepillos del pelo yo estaba dando vueltas en redondo en el coche rojo.

Esa es la triste realidad. Primero hizo demasiado sol así que acabé dando vueltas con una gorra de Pepa Pig y una bici rosa, eso puede dañar mucho mi reputación... Pero luego apareció la moto. Como no me llegan los pies al suelo me tenían que desplazar y cuando todos se quedaron sin riñones tocó el coche.

Nadie tenía ninguna fe en que fuera capaz de mantenerme dentro y mucho menos conducir. Se supone que hay un pedal en el suelo y que cuando lo pulsas el coche anda solo. ¿No es molón? Bien, pues el pedal lo tengo controlado. El volante no tanto así que me lo iban moviendo hasta que decidieron bloquearlo y dejarme dando vueltas como en un bucle infernal. Batí el record Guinness con treinta mil vueltas seguidas sin cansarme... ¡Y sin manos!