miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Conoces la gama para nenes grandes de Nestle?

Como ya sabéis somos embajadores de Nestlé, y este verano hemos dado un buen baile a todos sus productos. Como yo soy todo un hombrecito las papillas y productos de pequeñines pasaron a amigos bebés que disfrutarán de ellos tanto como hice yo en mi momento. Pero hoy os quiero hablar de la gama de productos Junior, pensados para dar continuidad a la alimentación reforzando con vitaminas y minerales la dieta del niño y que además están buenísimos.

Este verano pasamos una crisis de comer cosas "chupadas" así que las bolsitas de fruta no nos interesaron casi nada, eso sí, la versión Iogolino no la perdono. No necesita frío pero sacado de la nevera para las meriendas o de postre en el cine nos ha resultado la mar de cómodo. Tanto como los yogures que además acaban de sumar muchos nuevos sabores a la variedad existente. Con la misma peculiaridad, sin conservantes, colorantes y con el menos número de añadidos artificiales. Se pueden conservar fuera de la nevera y encima hay diferentes tamaños para las necesidades de cada momento con y sin gluten y elaborados con leche de continuación y frutas. 

Además, y aprovechando que estoy sembrado, quiero hablaros de una novedad. nosotros siempre que podemos compramos Iogolinos de Nestlé por varias  razones, y ahora con eso del cole nos viene de muerte para el recreo. Pero es que han sacado unas nuevas tarrinitas de 60 gramos llamadas Suave y cremoso que tienen sabores nuevos con textura mucho más rica: Fresa y frambuesa; y Plátano y melocotón completan la ya amplia gama. ¡Aquí han arrasado!

Lo que más triunfó y además mi madre reconoce que no conocía ara nada fueron unas galletas. Con cierre hermético que permitían una conservación perfecta, cosa que en verano se agradece porque con la humedad y el calor se queda todo muy rancio, y el osito mascota de Nestlé en cada una de ellas fue el piscolabis perfecto para la playa. Devoradas por todos los amiguetes en menos que canta un gallo, lo que prueba que estaban muy ricas y no me lo he inventado yo.

Otra cosa que probamos fueron las leches Junior o Energy. Nunca habíamos tomado este tipo de leche porque desde que pasamos a la de vaca no hemos cambiado mucho de variedad (bueno, ¿los batidos cuentan como variedad de la leche?) así que el experimento era básicamente saber si me bebería un vaso de esta leche con el mismo gusto con el que lo hago con la normal. Y la verdad es que si, la leche voló en dos días, sola, con Cola Cao o con cereales. Y si me preguntan las diferencias de sabor no se las podría decir.



martes, 20 de septiembre de 2016

El pollo Pepe aprende a volar

Debo ser de las pocas personas de tres años que no conocía al Pollo Pepe. Y el motivo es sencillo, mi madre tiene secuestrados todos los cuentos que lleven pop-ups, ventanas, cosas de tocar... Por su seguridad y por la mía. No me duran un telediario.


Al principio decidimos que era una idea muy buena simplemente no dejarme leerlos solo. Pero para eso tengo que querer colaborar o los tienen que esconder muy bien. Tres libros rotos más tarde con elefantes descuartizados, ranas que no saltan y mil y una desgracias más ahora me han levantado el "castigo" y puedo acercarme y manipular con rigurosa vigilancia algún ejemplar. Preferiblemente de pequeño formato, sencillo, intuitivo y muy despacito

Así que El Pollo Pepe Aprende A Volar es ideal para estos menesteres, un formato manejable, unas cuantas páginas sencillas, una historia de aprendizaje y superación y la posibilidad de dejarlo en la mesilla de noche sin que pase una catástrofe muy gorda.

A mí me gusta especialmente la parte de mover las alas pero lo filpé la primera vez que descubrí la sorpresa final. Todos los libros del pollo Pepe tienen un final alucinante y súper grande. Eso me gusta, que la historia vaya hacia arriba.

Es un libro aconsejable para nenes muy cuidadosos de no menos de dos añitos y pico y que además no sean muy brutos.

Una lectura corta ideal para irse a dormir.

¿Descubres el Pollo Pepe conmigo? 


Más info: https://es.literaturasm.com/libro/pollo-pepe-aprende-volar

lunes, 19 de septiembre de 2016

Colección de Star Wars en Carrefour

¡Ay mis queridos lectores! No os hacéis a la idea de lo feliz que fue mi madre la semana pasada. Ella es que es muy de Star Wars. Ya sabéis, que la fuerza te acompañe y esas cosas. Mi padre es más "larga vida y prosperidad" así que ahí andan en un tira y afloja que gana mi madre por merchandising aplastante. Y la semana pasada consiguió hacer realidad uno de sus sueños.

Fue una semana intensa. Empezamos el cole y mientras llega o no llega la carta de Hogwarts (que quedan unos añitos aún) pues comenzamos mi adiestramiento de joven padawan, que ya sabéis que si no los midiclorianos son muy chungos y te vuelves del lado oscuro por menos de nada. Y lo hicimos de la mano de Carrefour y su promoción de Satar Wars. Te vamos a contar todo, todo...


Lo primero, cuando vas al super y compras 30€ te dan un sobre con tres cartas y un punto. Además por cada 5€ de compra en los productos resultados de la promoción te dan otro sobre. Y también puedes contar 6 cromos (con dos puntos) por un euro. Y por supuesto que pidiendo y robando sobres a toda tu familia... este último punto es muy importante.  ¿Para qué valen los cromos? Pues para jugar a Force Attax, pero sobre todo para satisfacer el afán coleccionista de gente como mi madre. Son 100 cromos y los necesitamos todos


Luego están los puntos, ¡ay los puntos! Esos te permiten comprar mogollón de cosas molonas: tazas, figuras, rollinz,... No os flipeis que nosotros vamos a por las figuras así que no interfiráis en nuestro destino. Esas no son las figuras que buscáis, son las nuestras. Tazas a 1,5 euros, figuras a 5 o rollinz a 12 si consigues puntos suficientes. Precios de risa por material exclusivo de esta promo.

Así que salimos del Carrefour como si aquello fueran los Reyes Magos, sobre todo mi señora madre que nota como crece en mi el poder de la fuerza y se viene arriba.


Y en la presentación de esta colección los señores de Carrefour organizaron el evento más genial del mundo. Si bien lo tenían pensado para niños un poco más grandes no conocen la tenacidad de mi señora madre que hasta que no me enfundó en la túnica de jedi, sable de luz en mano, arma noble para tiempos más civilizados, no se quedó tranquila. Y allí me planté en una escuela de sables con mis compañeros padawans dándolo todo (en la medida de lo posible, claro). Y mientras mi madre sacando fotos y emocionada a tope. Vamos, el equivalente a las madres que veían jurar bandera a sus hijos que va a enmarcar las fotos y todo para ponerlas en la mesilla de noche.

Porque si sois fans de La guerra de las galaxias ya tardáis en haceros con todo el merchandising exclusivo y mantener los sentidos y los ojos abiertos porque las sorpresas no acaban con la promoción (que dura hasta el 12 de octubre), continuará hasta el advenimiento de Rogue One, película que me han prometido que me llevaran a ver con mis mejores galas, preferiblemente del Imperio. Pero eso ya es otra historia.

Además habrá presentaciones  acciones especiales que irán anunciando a través de las redes sociales de Carrefour, desde la escuela Jedi a intercambio de cartas y un largo etc.

Y vosotros ¿ya tenéis todas las cartas? ¿Habéis probado la app para descubrir juegos y regalos especiales? ¿Vais a por las tazas o a por las figuras?

Sea como sea... ¡Que la fuerza os acompañe!

viernes, 16 de septiembre de 2016

Cine de verano, lo que se vio en 2016

En mi casa está muy extendido eso de ir al cine. Es como una obligación ver pelis enseguida, y más si se puede hacer en el cine de verano. Desde muy pequeño me han llevado al cine y me han enseñado a portarme bien, a disfrutar y que ir al cine es una fiesta con chuches. Por eso, y antes de entender los valores fílmicos de lo que veo sé que ir al cine es algo especial. Mejor que ver una peli en casa y aprecio los días que tocaba ir a la sala. Por eso y porque había una feria justo al lado con un hinchable de la Patrulla Canina, las cosas como son.

Por desgracia el cine que vio mis primeros pasos hace años ha cerrado por motivos de papeles y solo queda uno en la zona, El Colci Suyma, y es tradición mirar la cartelera los viernes para hacer planes de la semana en función de la peli que toca ver. Y este año, ya consciente, ha sido una experiencia guay.

Lo primero por la amabilidad de la gente que curraba allí. Concretamente de "la amiga mía" la única persona a la que le pedía las cosas sin protestar, me colgaba de la taquilla, de esas de hace mil años que son un agujerito, con el dinero de mamá y le decía cuantos éramos para ver las pelis. Eso se convirtió en parte de la rutina y del recuerdo de estas vacaciones. Eso y arreglar la pantalla que se rompía justo a la mitad de las pelis siempre.

Ya soy el señor encargado de pedir las entradas. La chica de la taquilla del #Suyma me adora.

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Además ha sido un año muy cinematográfico. Con los abuelos fui a ver Las tortugas Ninja y Buscando a Dory. Pero con mis padres cayeron muchas más, algunas de mayores que no hice mucho caso, y otras que aunque fueran para más grandes me gustaron.


El apartado infantil se completó con Ice Age 5, Heidi y Pedro y el dragón que me encantó.


A medio camino entre grandes y chicos Los Cazafantasmas me ha fascinado y hemos iniciado una importante campaña de amor por lo sobrenatural fuera de lo normal.


Y de las de grandes no pestañee con las naves de Star Trek y me moló el Hombre rana de el Escuadrón suicida.

La única que no me acabó de molar fue la de Café Society, pero vamos que me comí la pizza y me fui a jugar con las piedras tan contento.

Si tenéis la oportunidad de ir a Benidorm no dejéis de ir a los Suyma, y por favor, saludad de mi parte a mi amiga. La voy a echar mucho de menos, la taquillera de mi cine es mucho más antipática y más fea.

martes, 13 de septiembre de 2016

Re descubre la cenealogía de IKEA

Las estadísticas dicen que en verano suben hasta el 65% el número "meriendas cenas", esos momentos de asueto en que te pones a comer y te dan las tantas. O vas al cine de verano y hay bocatas por doquier. O simplemente los más pequeños caen destrozados después de unas sesiones intensivas de agua... Pero las cenas son la base de la vida familiar el resto del año y eso lo sabemos muy bien todos, sobre todo los amigos de IKEA, que esta temporada apuestan por reunirnos de nuevo en la mesa y dar la importancia que merece a esas cenas semanales.

Con el ritmo de vida que llevamos son pocos los afortunados que pueden comer en casa, pero casi todos llegamos a tomar la cena con papá y mamá después de sus días de trabajo interminables. Momento que aprovechamos para ponernos al día, unos con sus cosas, otros con sus preocupaciones y esperamos que muchos con sus alegrías del día. Ya con la tarea hecha, con el pijama puesto y duchados. Es el único momento familiar que nos queda antes de apagar los cerebros y descansar del día.

Además, y sin que sirva de precedente, las cenas son mucho más importantes que las comidas, son el hueco para colar las pizzas y los perritos calientes. Para premiar las hazañas titánicas de la jornada y para comentar la cantidad de cosas que hemos prendido en el cole. Me gustan las cenas. Me gusta poner la mesa, ayudar a cocinar algo sencillo pero rico. Me encanta ayudar y aprender cómo se hace una tortilla de patata o poder elegir el menú con mamá. Es guay saber que las etiquetas son unas pantuflas y la bata para no mancharse y las prisas son para dormir a pierna suelta y no para llegar a tiempo al cole o cualquier loca actividad extraescolar. Por eso hay que hacer un monumento a las cenas.

Así que nos sumamos a la fiesta de las cenas. Queremos que cada cena cuente, que sea una aventura y además sea divertido, brillante, único. Olvidar las tareas y descubrir un poco más sobre lo que es un tomate, cómo cocinarlo o si ole ente devorarlo. Ayudar con esa cena especial, o a ordenar el tupper del trabajo para papá. Esas pequeñas cosas que marcan la diferencia son las que molan. ¿Cómo mejoramos nuestras cenas este curso?

Este año empezamos el cole y queremos que las cenas sean especiales. Para empezar el principal objetivo es que sean divertidas. Un broche de oro para acabar durmiendo tranquilos y pensando en cosas ricas. Por eso intentaremos elaborar un menú los fines de semana y llevarlo a cabo, eso incluye esforzarse por cocinar un poco más y aprovechar los ratos muertos para dejar preparada la comida del cole. Es decir, intentar ser planificados para poder hacerlo de forma dinámica y amena.

  • Comer sano pero guay. Animarnos con las recetas casera, pizzas amasadas por nosotros, comida hecha 100% en casa y con cosas más frescas. Nada de congelador.

  • Sentarnos en la mesa grande, eso requiere, limpiarla, prepararla, ponerla, colocarla, y luego a la inversa. Así eliminaremos la sensación de estar siempre corriendo.

  • Intentar que la cena aporte, sume y si de paso podemos ponernos las pilas y aprender algo de gastronomía mucho mejor: comida del mundo, historia de la gastronomía, modos de cocinar nuevos... No sólo que sea entretenido para los peques, también que los mayores puedan llegar al día siguiente a currar y fardar de haber hecho un cuscús riquísimo.

Ya os iremos contando nuestros progresos, pero la cosa promete.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Sobrevivir al Low con niños

Los festivales de música han tenido de siempre muy mala fama, una fama inmerecida en muchos casos y fomentada por la idea de que asistir te obliga a beber como un cosaco o cosas incluso peores. De un tiempo a esta parte se ha extendido la moda de hacer los festivales accesibles para los más peques. Cosa que es lógica si calculas por el número de ediciones y que los asistentes a festivales suelen ser fieles a estos y asistir muchos años, eso quiere decir que nos enfrentamos con jóvenes de hace diez años, es decir, ahora muchos son papis y mamis que siguen amando la música y quieren compartirla con nosotros, los peques.

Así que hay  algunos que incluso han dado un paso más y hacen ediciones matutinas para que encima la música sea especial para los canijos, grupos indies en su formación más ligth como Petit Pop o incluso sesiones descafeinadas de grupos consagrados. Horas de mañana, animaciones y menos decibelios. 

Aún se puede hacer algo más, si sumamos estas dos ideas a que los organizadores monten una zona de juegos con talleres, que podían ser sobre música o incluso impartidos por alguno de sus participantes, que permitan a los padres ver un concierto especial sin preocuparse de que sus polluelos estén bien cuidados. Eso ya sería la repanocha. 

Pero a día de hoy lo que hay es lo que hay y si vas a llevar a un peque ten en cuenta unas cuantas
cosas. Y lo decimos desde la conciencia de haber ido a tres festivales diferentes en tres años de vida. Así que entendemos un poco. Lo primero que aconsejaría a los padres es que conozcan el recinto. Por ejemplo el Low se celebra en una ciudad deportiva, es decir, es accesible con carro, tiene zonas verdes, gradas, es amplio,... Cosas a tener en cuenta si vas con un niño pequeño porque lo de ver los conciertos descubriréis que puede llegar a ser secundario.
Mira la política de acceso, normalmente hay que firmar un permiso especial, algunos son gratis, otros hay que pagar entrada, algunos les dan pulseras ocn el telefono por si se pierden pero con tanta gente si tenéis pulseras de ese tipo no olvidéis llevarlas... Esas cosas. Además suelen indicar la política de acceso de alimentos y bebidas. Aunque hay comida es habitual que no sea muy del agrado de los peques o si vas varios días lo de comer pizza todos no es una buena opción.

Y desde luego no olvides comprarles un protector auditivo. 


Nuestra experiencia en el Low fue súper positiva. Nos dimos cuenta enseguida que para que fuera un éxito había que elegir bien lo que hacer y cuándo hacerlo. Por ejemplo, comer en actuaciones más relevantes, o los conciertos que te interese  plantearlos desde la grada para que aguanten mejor. Por supuesto llevar carro aunque sean grande por si se duermen y recordar que si vas a primera hora hay que llevar protector solar y gorras.

Pero si hay algo que moló fue ir paseando por los stands y consiguiendo premios que atesoramos con cariño: guitarras hinchables, peluches de Ecovidrio, sillones, toallas, hacerse un tatto, sacarse fotos gamberras... O simplemente meterse en la cabina de pelotas centrifugadora. 


Aplicando el sentido común incluso puedes descubrir que te encanta La habitación roja porque todas sus canciones son nuevas para ti (es lo que tiene tener 3 años) , que el tío de Suede suda un montón, o que lo más divertido del mundo visitar todos los puestos de patrocinadores y que encima te puedes llevar un montón ingente de regalos. Y es que el Low vivido Slow es incluso más divertido.

Como nos gusta ser productivos tenemos sugerencias para mejorar la experiencia: el acceso de carros, las entradas con cacheo son un embudo; servicios especiales para que no tengamos que hacer el guarro, si los mayores no pueden tocar nada imaginar lo que es entrar con un enano de un metro... Lo de ampliar la variedad para ellos, tener un castillo o un parque de bolas sería la bomba para poder ver al menos un concierto al día, niños felices, padres felices.


 
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