Los puzzles y maquetas son una experiencia de juego únicas para los niños pequeños. Desde edades muy tempranas usamos los puzzles para estimular su desarrollo. En una primera etapa damos mucha importancia a los juegos de psicomotricidad como los encajables en dos y tres dimensiones, como meter formas en un cubo o puzzles sencillos pero cuando crecen parece que nos olvidamos del factor espacial y lógico. Hoy os queremos hablar de uno de los tipos de puzzles más conocidos pero también más ingeniosos que podéis ofrecerles a los pequeños: Los cubos de Rubik.

Los cubos de Rubik nacieron en  1974 en Hungría de la mano del señor Rubik, que era además escultor y profesor de arquitectura. Desde hace 40 años ya se ha convertido  en un juguete clásico con más de 350 millones de unidades vendidas. Además de miles de modelos oficiales y otros extraoficiales que van surgiendo para poner nuevos retos a los jugadores como podéis ver en el catálogo de Ludokubo.

Desde su creación han conseguido cambiar, modernizarse y aumentar en dificultad y diversión para que supongan siempre un reto. Hay auténticos maestros del cubo de Rubik y campeonatos increíbles que demuestran que al final se trata de una simple ecuación matemática más. Pero a día de hoy el mundo se divide entre los que son capaces de completar un cubo de Rubik y los que no. 

Con 6-7 años están preparados para lidiar con el reto que es conseguir que las caras de los cubos consigan ser del mismo color. Sin embargo es complicado que sean capaces de resolver el cubo cásico compuesto por 3x3 caras con un color por cada cara pero si es el momento de empezar a introducirlos en el mundo de los puzzles con varias dimensiones y además hay opciones super económicas y divertidas para ellos. Ludokubo encontraréis millones de piezas esperando a ser resueltas que van desde los más sencillos a los más complejos. Cubos imposibles pero también opciones de 2x2 o incluso 3x2 para que los peques empiecen a intentar resolver su primer cubo. Aunque también puedes optar por los cubos con otras formas geométricas, formas diversas o incluso los mega cubos de 20x20 o 30x30, sólo recomendados para los ya profesionales. 

No nos engañemos, un puzzle puede ser más o menos complicado pero un cubo de Rubik es un nivel más. No existe la forma sencilla de resolverlo pero si múltiples maneras de hacerlo girar.

Un cubo son 6 caras, eso quiere decir que si se centra en resolver una de ellas y no el conjunto va a ser muy complicado devolverlo a su estado inicial, pero en un cubo hay mucho más, por dentro son una pieza de ingeniería cuyo engranaje es fácil de entender y por tanto obrar para resolverlo con estas herramientas. 

Puede que al principio se frustren pero si ponemos metas pequeñas como resolver solo una cara poco a poco cogerán el gusto por hacerlo girar y podemos ir un poco más allá.

No te pongas a hacer un cubo sin estar concentrado porque el resultado puede ser desastroso. Si uno de los momentos más felices de abrir este juguete es mezclar todas sus caras el momento más emocionante es que puedan volver a estar como al principio. Ese proceso no es fácil pero si lógico. Existen muchos manuales, libros e incluso videos que te explican como es un cubo por dentro y la forma de solucionarlo sin mucho problema. Entender el juego es una forma de conseguir vencer al cubo pero hay otras muchas como girarlo y observar lo que sucede a cada nueva combinación. En este proceso la concentración y la lógica juegan un papel fundamental, casi tanto como en otros juegos como el ajedrez sólo que en este caso se trata de juegos individuales.

No os voy a engañar, una de las principales virtudes de algunos juegos son su capacidad de entretener aunque pase mucho tiempo y si es así lo siguiente que hay que buscar es la forma de que ese juego sea lo más trasportable posible. Puede sacarte de un apuro en una cola más larga de lo común, en un viaje largo o incluso en un día sin electricidad en casa. A veces los clásicos nos salvan la vida. 

Los modelos más básicos son muy baratos, un regalo ideal para un niño pero también para un cumpleaños, una comunión o un ratón Pérez. Es cierto que algunos, los más originales o de dificultades avanzadas suelen ser algo más caros pero nunca tienen precios descabellados. 

Si, puede que lo veas en una estantería y sientas la necesidad de intentarlo ¡Adelante! Aunque hay edad mínima no hay edad máxima para jugar. 

Así que no dudéis en atacar un buen cubo, son muy divertidos, para los pequeños son muy beneficiosos, son juguetes clásicos, sin pilas y totalmente manejables y además, si les gustan, hay un catalogo impresionante para que cada nuevo cubo sea un reto para ellos. Disfrutarán cantidad.