Mucho se ha escrito sobre lo que es verdaderamente necesario para el verano. Que si cremas de protección total, que si bañadores UV, que si tiendas de protección solar, que si manguitos... Y es que a muchas madres les da por preocuparse de esas cosas secundarias, menos mal que estamos nosotros para recordaros lo verdaderamente importante en estas fechas... ¡Lo realmente imprescindible en la piscina o la playa!
¿Quieres conocer mis tres básicos? Pues... agarrate que vienen curvas.
1. Una buena pistola de agua.
La verdad es que a priori no parece que nada en el mundo sea más necesario que la pistola de agua para aguantar fresquito este verano de caloraco infernal que nos ha tocado este año. Hemos visto a niños armados en parques temáticos, zoológicos y por la calle porque es refrescarse o morir. Por eso en la piscina este año hasta se agradece que disparen a traición.
Mis favoritas son las de presión, esas que te sueltan un señor chorrazo que casi te ahorran la ducha pero vamos que cualquiera de los chinos me vale porque la vida media de una pistola en mis manos es escasa, no superan normalmente la semana de existencia así que no les cojo mucho cariño y por supuesto no invertimos mucha pasta.
A lo mejor pensáis que exagero pero si veis por la calle a un niño con un barco o con un tiburón, o con las dos cosas juntas a lo mejor soy yo. Es como mi complemento vital. Me gustan de todo tipo, los que se rompen van a la vitrina y el resto van a todas partes, para el mar tenemos uno de plástico y para la piscina un juego precioso de la colección de Lilliputiens, tres barcos de neopreno de diferentes tamaños que además de flotar tienen unos agujeros para regar y tras basar agua. En la piscina son un must porque ocupan super poco, se secan muy rápido y además parecen barcos de los de papel de toda la vida y me tiene enamorado de lo bonitos que son. Y es que la gama de baño es... ¡Lo quiero todo!
A principio del verano tenía la tabla del año pasado, la de Cars, pequeña, manejable... Peor gracias a mi encanto y mi carisma conseguí sacarle a los abuelos una mucho más grande y molona: la tabla tiburón. Casi puedo subirme a surfear. No me podéis decir que no es bonita. Es MI SUPER TABLA, ya quisiera el de Le llamaban Bodhi ser la mitad de guay que yo.
Cuales son vuestros imprescindibles de verano?
O mejor, queridas madres, ¿Cuales eran los de vuestra infancia?
Muchos de vosotros sois felices con vuestras obligaciones colegiales. Aquí mamá lo lleva fatal, dice que la tarea es para mí y eso de abrir un libro o llevar una manualidad que pone en la circular: decorar en familia, ayudar a los peques, colaborar en la elaboración,... y notas que a esa pieza no se ha acercado ni de lejos un niño, que no ha habido vida infantil y seguramente ni siquiera sabe que estaba en la cartera hasta que lo han visto al sacarlo de la cartera... Pues eso no vale en esta casa. Me toca pringar a mí.
En el plan del año teníamos dos grandes hitos historicos: la visita de Muna y la llegada del libro viajero. Las dos por supuesto llegaron por sorpresa y fines de semana poco correctos.
Muna llegó justo el fin de semana que mis padres no estaban en casa y tenía que pasar un día con los abuelos. Es decir, ¡Que le den a Muna! Que digo yo que ¿era tan complicado preguntar o saltar a otro ser vivo pequeñajo? Pero vamos, muy estoicamente el domingo Muna vino a jugar, a comer, a montarse en las motos de agua y a cenar, que no voy a ser el único que le de lo mismo tener la mascota. No había que hacerle un record de cosas así que el muñeco se quedó en casa tan a gusto.
Y el libro... ohhh, el libro... El libro viajero. Otra fascinante aventura. lo mandan a casa los viernes en riguroso orden alfabético. Así que como me dio por coger una conjuntivitis ese viernes el lunes me soltaron con el libro y una nota en la agenda: "Devolver antes del jueves". Genial. Al menos nos dieron un día más porque en teoría era el miércoles, en el fondo somos afortunados. Porque... ¿Y lo de dárselo el viernes a la niña/o que le tocase y hacerlo la semana siguiente? Eso quitaría emoción a la vida de mi madre, que ella está muy ociosa y como no tiene suficiente con el turno de noche y no dormir lo que necesita es tener dos días para hacer el dichoso libro. Pero ahí donde la veis ese sistema de dejarme hacer las cosas y delegar hizo que fuera sencillo. Simplemente me dio el material y me dejó hacer la hoja tranquilito.
El libro viajero es un libro muy guay que tienes que rellenar una página diciendo donde te gustaría ir. Estoy un poco obsesionado con Lisboa desde que fuimos y también quiero ir a Londres así que me empeñé en hacer las dos, y eso se soluciona con washi tpae de toda la vida.
Da lo mismo que las instrucciones pusieran claramente que el trabajo fuera para niños, niños de 3 años, recoremos, aquí en mi clase los destinos eran tan surrealistas como Costa Rica (os reto a poner el dedo en el mapa y decirme donde está Costa rica), Nueva Zelanda, ... Y supongo que la cosa habrá mejorado con los siguientes padres motivados, todo lleno de purpurina, fotos y pegatinas perfetamente simétricas, letras de gomaeva y demás cosas de moda scrap. Según las apuestas familiares el niño que más cerca estuvo del libro fue a 15 metros mientras su madre lo decoraba.
Pues mi hoja será la más rococó pero al menos es mía, y no veas como mola...
¿Y vosotros? ¿Cual es vuestra mascota? ¿Le hacéis algo especial? ¿Y los libros viajeros? ¿Os lo han dejado tocar los papis?
Creo que voy a abandonar mi vocación de biólogo marino una temporada para dedicarme a cultivar un jardín. Puedes llamarlo crisis de la mediana edad, puedes echarle la culpa al procyeco de huerto urbano del cole o simplemente pensar que soy un hippie pero ha sido llegar la primavera y ver crecer las flores y entrarme unas ganas locas de plantar cosas y verlas crecer.
En clase plantamos unas lentejas. La cosa prosperaba bien pero fenecieron con las vacaciones de Semana Santa. Tampoco es que la planta fuera muy extraordinaria pero la verdad es que crecía que daba gusto y era bastante divertido ver que salía enseguida de la maceta-vaso de plástico. Así que como me han visto motivado hemos experimentado nuevas técnicas para mejorar el mundo: Mi primer minihuerto.
La primera adquisición fue la maceta de césped de Jardinería Canna. Pude plantarla yo mismo y la verdad es que en muy poco tiempo tenía todo lo que necesitaba: una planta que subía como la espuma. Además como decidimos plantar el "césped" le puedo cortar el pelo una vez a la semana con las tijeras de podar y, para ser sinceros eso ayudaba bastante a mantener el interés.
Como no la he matado hemos ampliado la "vegetación" con un cactus, y alguna planta de baja demanda y unos rábanos por cortesía de Leroy Merlin que tenemos que trasplantar de su botella a un sitio más adecuado. Y tenemos pensado plantar después del verano plantas aromáticas si no muere nada en este tiempo. El ejercicio de las plantas sirve para varias cosas:
- Fomentar mi independencia y poner a prueba los nervios e mi madre. Al tenerlas a mi alcance y ser el encargado pueden pasar "accidentes", de hecho hay una de las plantas que me gusta pasear por la casa y sobre la que penden apuestas sobre su duración en la familia friki. - Establecer rutinas y responsabilidades. Hemos decidido establecer un día de riego. Los lunes. Aunque siempre que las veo regateo si es lunes. Así que tiramos de calendario y vamos tachando días en forma carcelaria para poder saber cuando toca regar. - Cuidar el medio ambiente. Hemos reducido drásticamente la manía de arrancar flores del campo para dárselas a mamá. Ya asumo que esas flores si se arrancan se mueren así que esperaré a que salgan de las macetas.
Así estamos dando un paso pequeñito en casa para cuidar el medio ambiente aunque tenemos pensado hacer alguno más. No dejar corriendo el agua, dar duchas en vez de baños para refrescarnos, no poner el aire acondicionado o la calefacción y usar más o menos capas de ropa, salir al aire libre y abrir las ventanas en lugar de estar en casa encerrados con la luz dada... Esas pequeñas cosas que ayudan mucho a hacer un mundo mejor.
Os dejo, me voy a ver si me dejan regar las plantas aunque sea martes... Y animaros a plantar algo, de verdad lo vais a pasar muy bien y la casa será otra.
Os va a parecer gracioso pero tengo que contaros algo sobre cine que no es lo habitual. Sabéis que desde que tengo meses hemos ido al cine y que de un tiempo a esta parte lo hacemos con total asiduidad. ¡Me encanta el cine! Creo que es cuestión genética... También es cierto que no me vale cualquier cosa, ay películas que me encantan y otras que no me gustan nada. Y no tengo problemas en reconocerlo y verbalizarlo. Mientras, por poner un ejemplo cercano, Vaiana o Batman la Legopelícula me encantaron pero Canta me pareció un bodrio importante. Según mi madre tengo más razón que un santo así que supongo que heredaré las secciones de cultura que lleva ella en un futuro cercano.
El pasado fin de semana en el Cine Palacio de la Prensa o Cine de la Prensa o como quieran llamarlo ahora, se celebró la ya mítica Muestra Syfy de cine fantástico. Y digo a mítica porque tengo 3 años y es mi tercera edición así que creo que puedo afirmar que llevo pleno (incluyendo el año de asistencia pasiva en la barrigota).
Este año además pude ir a las dos sesiones, si, dos, porque por fortuna las cosas de cultura vuelven a estar de moda y los padres sacan a sus hijos a disfrutar de ellas. Y vimos dos películas, la primera una suizo belga preciosa y cruda, La vida de Calabacín. Y antes de la proyección hicimos manualidades y esas cosas. Pero de la que quiero hablaros es de La historia interminable. Si, la de toda la vida, al de tus padres, esa...
Muchos tuvisteis la oportunidad de verla en el cine por el concursazo que nos ofrecieron los amigos de Syfy y a pesar de que las edades iban desde los pocos meses a los 14 años (más o menos) la impresión de todos los peques fue excepcional pero lo que a mi me llamó la atención fue la de los padres. Esos créditos iniciales con todos cantando como posesos, los vellos de punta escuchando la melodía, los aplausos cada vez que Atreyu conseguía un logro, los vítores al dragón de la suerte... Esas cosas que hicieron que los padres fueran los niños.
Sinceramente, desde mi metro de estatura ir al cine a ver cosas de estas me parece de lo más curioso. Primero porque es educación cinematográfica de primera línea y segundo porque son esas cosas que unen a dos generaciones. y puedo prometer y prometo que La historia interminable me gustó mucho, porque soy un nostálgico ochentero aunque sea un Millenial.
El año que viene queremos veros a todos allí, recordad, más o menos la primera semana de marzo. ¡Pasamos lista!
Convertimos el disfraz feo de halloween en un disfraz molón y ochentero en 10 minutillos: Los cazafantasmas
Allá por Halloween mi madre tuvo una crisis de ansiedad terrible porque me empeñé en ir disfrazado de fantasma lo cual no cumple con los estándares de calidad friki de la familia. A pesar de estudiar el desheredarme decidió que era necesario fomentar mi independencia y personalidad
y se recorrió todas las tiendas de disfraces del mundo hasta encontrar
el disfraz solicitado.
Un horror, un espanto, algo que no tiene nombre.
Además el mismo día de los disfraces en el cole pasó una cosa que hizo empeorar más la situación. Decidí que no me acababa de convencer el maquillaje que mi madre, quitando una hora a su sueño, estaba realizando así que me restregué el disfraz blanco inmaculado por
borrar la cara y dejar una mancha en el disfraz y algo como desteñido
mi rostro. Lo cual hacía que diese aún más pena. Según mi madre fue la inversión monetaria más triste de la historia de la humanidad y escondió ese disfraz en lo más profundo del armario hasta que se le ocurrió como hacer que semejante fracaso molase algo...
Así que hoy se levantó y se puso en modo mama craft (los que la conocéis sabéis que eso es muy raro, y comenzó con las manualidades en familia.
Primero conseguimos hacer con una caja una señal de Prohibido y me dejó pintarla a mi solito.
Después simplemente recortó un poco y contenta como unas pascuas cogió el disfraz horrendo y me lo encasquetó.
Después de una negociación horrible para volver a ponerme el traje y posar un poco. Y ni tan mal... Oye que al final ha quedado super gracioso y tenemos un disfraz friki y ochentero.
Prueba de agudeza visual, estas fotos recorren momentos de mi vida, así aleatorios, y tienen algo en común...
Navidad 2016, Teleferico Madrid 2016, Suiza 2015, Halloween 2015
Muchos pensáis que lo mío con los trenes no tiene parangón pero de un
tiempo a esta parte hay una nueva y renovada fijación en mi vida: los
tiburones.
Mi madre sostiene que la pasión por peces que ha derivado en la fijación
por los tiburones nació en la visita al acuario de Barcelona. Visita
que por cierto pasó sin pena ni gloria pero que a los pocos meses motivó
pedir a los reyes magos un acuario con peces.
Después empezó a interesarme algo de más envergadura.
Si bien el tiburón
ballena lleva siendo compañero de viaje desde hace dos años (con robo y alevosía) los
tiburones fieros, con dientes y que muerden, me acompañan cada día, mis favoritos los blancos aunque le siguen muy de cerca los tigre y los martillo. Y si, tengo libros que me enseñan estas cosas y datos como que los tiburones tienen siempre dientes porque les nace uno siempre que se les cae, que hacen la digestión durante una semana entera o que respiran por branquias...
Creo
que hemos visitado los acuarios (grandes y pequeños) de cada ciudad a la
que hemos ido, y en cada uno de ellos hemos hecho la visita a de rigor a
los tiburones con más o menos éxito. En el océano gráfico me cagué de
miedo por ejemplo, o en Lisboa arrastraba una perra importante porque no
me dejaban comer.
Pero a grades rasgos los tiburones lo molan todo.
Foto tomada por mi en un descuido de mamá
Ahora mis dibujos son lo más. Me he especializado en pintar tiburones y
lo que es casi igual de guay: jaulas para ver tiburones y barcos para
pescar tiburones.
Alguno de sorprenderá pero de hecho en casa es rara la
semana que no vemos Tiburón (pero la primera parte, que las otras las
hemos visto y son muy malas). Lejos de dar miedo me ha hecho aprender
muchas cosas interesantes sobre estos bichos como que respiran debajo
del agua por branquias y por eso no salen, que el tiburón ballena come
peces y el blanco personas, que el tiburón se zampa los barcos si son
pequeños o que no se debe nadar lejos porque entonces eres el primero en
caer... cosas super necesarias para la supervivencia, ya me entendéis.
Mi peli favorita. Tiburón, con mi amigo de metro y pico de largo, Tibu
Por supuesto hemos aprovechado la Navidad para ver el Belén acuático
del zoo entre tiburones y mi carta a papá Noel y los reyes magos incluía
tiburones en todas las vertientes que existen aunque es complicado
porque ya tengo peluches, muñecos blandos, duros, maquetas, camisetas,
una zapatilla (es una larga historia), bolis...
Oceanoario de Lisboa 2016, Acuario de Barcelona 2015, Zoo Madrid 2016
En casa tenemos todo lo que pueda existir de tiburones, e incluso usamos un precioso saco de 3 Sprouts para guardarlos.
Es un saco enorme, palabra, caben hasta 14 tiburones, los he contado, e incluso quepo yo, que me he echado alguna siesta por allí, no te creas que no. Además es un saco que está plastificado por dentro por lo que es fácil de limpiar si se cae algo dentro, y si no a la lavadora y listo, que para eso está.
A mí me parece monísimo aunque estoy seguro de que a ti te gustará más el del mapache o el del elefantito, pero claro, para gustos los colores. A mi me lo trajeron los Reyes Magos pero puedes encontrar muchas tiendas en tu zona para comprar almacenajes (desde cajas compatibles con los muebles de Ikea a bolsas para el carro de un bebé. Puedes consultar los puntos de venta en Tallytate que son muy majos y lo saben todo.
Así cabe el tiburón de metro y pico que trajo Papá Noel y el tiburón de Lisboa y el marioneta, y ... bueno, prometo que un día os saco una foto de la colección completa que es para flipar.
Ahí andamos, con nuestras ideas claras y nuestras pasiones definidas, que los hay que se dejan llevar por el catálogo del Corte inglés y los hay que somos psicópatas, a secas.
Creo que en casa esperaban que estas decisiones las tomara más adelante,
más meditadas y con un poco más de cabeza. Cuando empecé a construir torres pensaron que iba para arquitecto. Por mi pasión por los animales
acuáticos que quizás podíamos estar ante un posible biólogo marino...
por eso cuando hace unos días llegué a casa y dije con mi fascinante y
fluida lengua de trapo: "mamá, grábame que voy a hacer un vídeo de esos
de jugar" a mi madre se le rompió el corazón. Con tres años y medio y
youtuber. No hay peor presagio en este mundo... así que con este panorama decidió coger la cámara y ver "qué pasaba"...
Y en ese momento, con los focos a mi persona y el dialogo bien aprendido
y memorizado lo dije: "hola amiguitos, bienvenidos a mi canal, hoy os
voy a enseñar un castillo...".
Puede que el comienzo no fuera de lo más original, mi madre dijo que
tenía que cambiarlo un poco, decir algo divertido, diferente. La
conversación se zanjó con un "todos los vídeos empiezan así mamá".
Así que os presento un vídeo corto pero intenso, donde en realidad no
cuento nada pero es como el inicio de mi nueva carrera de youtuber, a
partir de ahora yo os hablaré y os contaré cosas fascinantes y como si
en en los vídeos : "suscribiros a mi canal para no perdernos ningún
vídeo. Da a me gusta y comparte con tus amiguitos". Esta parte aún no me
sale muy bien pero darme una semana y conquistaré la vlogosfera...
Mi madre, resignada me ha creado el canal, que ella es muy apañada, y yo de vez en cuando le digo que hay que grabar algo para actualizar, a ver qué tal se nos da la cosa. Lo podéis encontrar como Jugueteando con Bebé Friki
Por cierto, no quiero perder la oportunidad de trasladaros una encuesta que es muy importante sobre este tema. Mi señor padre dice que debemos subtitular los vídeos... Al menos de momento. ¿Cómo lo veis? Le damos más emoción a vuestras vidas y hacemos listenings Bebé Friki-Español o nos pasamos a la lectura? Porfi, contestadnos, vuestra opinión es importante.
Y ya sabéis amiguitos, Suscribiros, dadle al me gusta y compartir con los amiguitos...
Ahora que ha pasado el primer trimestre, los bonitos, los nervios, la
incertidumbre... no... no seáis mal pensados que no voy a ser hermano
mayor, que hablo del cole. De verdad, que sois de un cotilla... pues eso
que toca hacer balance y no ha ido del todo mal.
Niños mordidos: 2 Niños pegados, empujados o agredidos en diverso grado: 3 Días de ausencia: 3 por estar malo (fiebre, conjuntivitis y cagalera).
¿Quien dijo que el primer año de cole se coge todo? Mentira cochina
Días de peyas: 2 de vacaciones en Lisboa. Cosas que no como en el comedor allá me maten: puré y cosas verdes en general. Cumpleaños de compañeros asistidos: 1 y nunca más Santo Tomás. El
infierno en vida. Mi señora madre ha decidido condenarme al ostracismo
social y pagarme el psicólogo más adelante que pagárselo ella. Notas regularas: el inglés y esas cosas de obedecer y esas minucias. Días que hemos llegado tarde a clase: milagrosamente CERO PATATERO, y eso que lo he puesto complicado. Multas de la autoridad: 1, por dejar el coche 20 segundos donde todo el
mundo. Desde el amor la policía de esta zona es una caca de la vaca. Cosas Extraviadas en el cole: un gorro de piscina que apareció milagrosamente. Así que CERO Profes embarazadas: 1, así que toca ausencia a final de curso. Eso es mal. Amigos conocidos: Iker me gusta y Martin me pega.
Y poco más. Podemos añadir algún dato significativo como que por la mañana sigo intentando hacerme pasar por un niño super enfermo para no ir a clase, que cuando toca clase con Rubén voy más contento o que llevo normalmente una camiseta de la Patrulla Canina debajo del jersey para que me dé super poderes. Por lo demás seguimos avanzando lenta y metódicamente y seguro que el primer día post vacaciones monto otro pollo por los buenos tiempos.
Teniendo en cuenta el mutismo al que me he aferrado es bastante ya para
digerir. Así que vamos a por la segunda evaluación diciendo bien alto:
¡PERIODO DE ADAPTACIÓN SUPERADO! Redobles de tambor, petardos, tracas y
fanfarria.
Hay una serie de cosas que hay que hacer antes de cumplir una
determinada edad. En el caso de los niños eso se mide por la salvajada
más grande a realizar antes de cumplir la edad de saber que eso no era
seguro/higiénico/las dos cosas. Por eso hemos decidido recopilar los
tres cacharros o tipos de cacharros que tienes que probar antes de
cumplir los 4. Así, en plan salvaje. Rollo todo en un día. Esos que tu
padre se muere por montarte y tú madre ve la muerte a la vuelta de la
esquina (bueno, en mi caso a lo mejor es al revés). He aquí mi top3 en
orden de peligrosidad y diversión.
1. Ferias varias: del tren de la bruja a las colchonetas acuáticas
Las ferias en verano son un must. No las puedes evitar y además hacen
peligrar la economía familiar porque, seamos sinceros, a una media de 3€
el cacharro ya te sale cara la tarde. Pero no puedes hablar de una
infancia feliz sin montarte en, por ejemplo, el tren de la bruja. En los
tiempos e tus padres había algo que daba mucho miedo y te perseguía en
el túnel. Ahora es un rumano armado con una escoba pequeñaja que te
endiña golpes a su paso. Ha perdido el encanto del susto a favor de la
violencia pero que quieres que te diga. No hay nada mejor que que te
intenten pegar en la cabeza. Soy así de simple.
Por supuesto los castillos hinchables donde las colisiones, choques,
caídas y demás están asegurados han mutado hacia algo aún más divertido.
Si no tienes suficiente con eso no te pierdas los castillos de las
fiestas con agua de manguera. Es un castillo normal que está mojado y
acaba en una especie de minipiscina que tiene un color tirando a negro
asquete. El resultado de docenas de niños pisando mojado sobre el suelo
de la feria mal limpiado del día anterior que con el agua reacciona en
este líquido donde te embadurnas de forma irremediable. Igual de
irremediable que la diversión de semejante y complejísimo experimento.
Posiblemente dentro de unos años desaparezcan pero de momento acaban de
llegar para quedarse una temporada.
Por cierto, incluimos en esta sección, sin lugar a dudas la fiesta más peligrosa, rara, antihigienica y demás de todas las fiestas populares: La fiesta de la espuma. La única cosa que tiene espuma y te obliga a meterte de cabeza en la bañera por el aspecto general después de meterte debajo de esos kilos de espuma. Estoy seguro que más de un niño se ha metido y ha desaparecido a una dimensión paralela debajo de toda esa capa de jabón industrial.
2. Las camas elásticas con gomas.
Esto lo han inventado para dar más emoción a nuestras vidas. Este año
todavía tenían que tirar de la cuerdecita pero eso de subir volando a
una altura de 3 pisos es la cosa más inquietantemente divertida que me
ha pasado este verano. Esa risa nerviosa de "voy a morir" y ver cómo
sales hacia arriba como un cohete ha sido la mar de divertido. Creo que
desde que era bebé mi señora madre quería enchufarme a este aparato. Ya
lo ha conseguido y la verdad es que no ha estado tan mal.
3. Karts biplaza
Mi madre recuerda con fascinación los karts cuando era pequeña. Eran
igual de prohibitivamente caros que ahora pero ocasionalmente animados
por el abuelo caían unas vueltas. Un olor a quemadete, el tío avisándote
de que no se puede chocar y un circuito no muy grande. Pero ahora los
karts son cosa de grandes y pequeños. Los circuitos son brutales y
además han introducido coches Junior para los pequeños más avispados,
ese no es mi caso aún, y el mejor invento del mundo: los biplaza.
Un coche con una plaza para el adulto y uno para El canijo de más de 3
años. Con su volante y todo (no me quitéis la ilusión de pensar que yo
conducía ese coche). Y esos señores que te ponen protector de cuello y
casco como un profesional, que te crees que eres mejor que Fernando
Alonso, que lo flipas en cada curva aunque no asoma casi la cabeza por
encima del volante.
¡Fue una pasada!
¿Cuales son los imprescindibles de vuestros peques?
Desde que empezamos el colegio una de las cosas que llevamos fatal en
casa es saber el día en el que vivimos. Ahora es una constante preguntar
si hay cole o si mamá y papá trabajan. Y ya de paso si es el último día
de cole antes del deseado fin de semana. Como ya contamos con mucha
fluidez hasta el 10 hemos encontrado una forma fácil, sencilla,
manipulable y sobre todo muy económica para elaborar un calendario
semanal y no volvernos locos. No es el más bonito del mundo porque
usamos las cosas que teníamos por casa pero nos vale. Sabiendo la cantidad de madres manitas que hay por ahí seguro que pueden hacer cosas super chulas.
Os lo contamos
paso a paso.
Seleccionamos los materiales:
10 pinzas de la ropa, de las de madera.
Goma Eva o cartón duro
Una troqueladora (pero lo puedes hacer con tijeras si te ayuda mamá y si es creativa seguro que queda muy molón)
Rotuladores y tampones para decorar
Pegamento de plastilina (de ese que se moldea y pega para que pudiera hacerlo yo)
Un lacito que andaba por casa
Un gancho
Primero troquelamos o recortamos la goma Eva o el cartón elegido. Usa
dos colores, uno para los días de clase y otro para los festivos.
Elabora algún extra para las fiestas (nosotros hemos hecho hasta cinco
por si las moscas también llamadas Semana Santa y Navidad ).
Una vez troquelados hemos decidido escribir unas cosillas. Mamá ha
puesto el número de día de la semana y el nombre. Y luego me ha dejado
pintar lo que he querido, aunque me ha explicado cosas como que los
lunes hay natación (así que he pintado agua), los miércoles gimnasia... y
así lo hemos ido decorando para que pueda saber qué toca cada día de un vistazo.
Después los hemos fijado a las pinzas con el pegamento especial, son como plastilina que al modelarlo se queda pegado. De forma que no mancha, no es peligroso y además permite participar en todo el proceso. Como es fácil me ha dejado modelar y pegar a mi. Por supuesto hay formas mucho más efectivas para pegar como usar silicona o pegamentos de contacto pero la idea es que lo elaboren niños de tres años sin riesgo.
Nos hemos ido a la puerta de casa, que es donde vamos a poner la obra de
arte, y colocamos el gancho donde hemos puesto el lazo después de hacer
un agujerito.
Y después hemos colocado las pinzas en orden.
Cada día después del cole se mueve la pinza abajo y así puedo contar los días de sufrimiento que quedan.
Mamá tiene las piezas verdes - festivas - y las coloca al principio de semana cuando reiniciamos la cuenta el domingo.
Fácil, sencillo y encima con cosas que teníamos por casa.
El objetivo era simplemente tener la capacidad de saber qué día es (aunque no sepamos los días de la semana) y poco a poco manejar la distribución del tiempo. Al ser semanal es sencillo y lo entienden divinamente. Al ser manipulativo los manejan y sienten interés, y encima al hacerlo con ellos saben perfectamente interpretar cosas como las actividades del día o los colores de los días de cole y los festivos.
¿Vosotros tenéis un calendario molón? ¿Cómo lleváis el paso del tiempo con los más canijos? ¿Os animáis a compartir algún truco casero para llevar mejor la "contabilidad semanal"?
Os tengo que hablar de un gran amigo. Alguien que sale en muchas de mis
fotos y me acompaña en mis aventuras y que es mi mejor amigo desde
pequeño. Os voy a hablar de él ahora que ha llegado a mi vida la
Patrulla Canina y empiezo a darle de lado, aunque siempre está en mi
cama, aunque si voy de viaje él tiene que estar ahí.
Os voy a hablar de
Tata.
Tata en verdad es un regalo que le hicieron a mi madre por su cumple cuando yo tenía un mes pero enseguida fue mío. Lo colocaron en la cuna porque olía a fresa.
Creo que por aquella época la cosa apestaba un poco y servía de
ambientador, lo cual dice poco de mi familia y su respeto por mi higiene
personal.
Un buen día empecé a pedir a Tata y nadie sabía qué era, cuando lo
averiguaron ya no me separé de él. Si me apuras es posible que fuera mi
segunda palabra y todo.
Hasta hace poco más de medio año todos los osos
eran tatas.
Segundo cumpleaños, ayudando a soplar las velas
Por si no os habéis dado cuenta Tata es un oso, además es famoso porque sale en Toy Story 3, película que vi dos millones de veces entre el año y los dos años. Por cosas de la vida hacía mucho que no me la ponían y me acabo de dar cuenta de que Tata es "el malo" de la peli. Yo discrepo, creo que Woody y Buzz son personas, bueno, muñecos, horribles que odian a Tata, al que llaman Lotso, y le quieren hacer la vida imposible.
Cuando vi que le tiraban a la basura me dio una llorera mala. Sigo intentando asimilar que mi amigo del alama pueda ser malo. ¡Si huele a fresa por Dios!
Pero yo sigo queriendo a Tata, está tiñoso, casi no huele a fresa, mordido, con agujeros... Pero siempre será Tata y como dicen en la peli... ¡Hay un amigo en mi!
Cuando llega el verano siempre hay algún iluminado que lanza proyectos.
Así, al tuntún, como si a los adultos les fuera sencillo fracasar solo
con los de año nuevo, encima les tienen que retar en verano también.
Que
si aprender algo, que si mejorar, que si ser más felices... Vamos,
cosas que al final no son realistas ni mensurables. Así que el primer día
de playa se nos ocurrió hacer un reto que pudiéramos cumplir de forma
decente, bueno, decente tampoco. Cumplir a secas.
Cuando estuve en la playa con el abuelo todos los días hacíamos una
piscina enorme. Poníamos la sombrilla y escarbábamos hasta llegar a
Australia. Pero en agosto había mucha gente así que lo de poner
sombrilla y estar al sol tanto tiempo estaba descartado. Por eso el
primer día mi madre tuvo una ideaca: hacer una animal. En concreto una
tortuga. Como me moló en ese mismo instante le dije que al día siguiente
quería una ballena... Y así nació #unanimalaldia, un reto para mí
porque pensar 20 animales era complicado y para mi madre que es nefasta
con eso de las manualidades hacerlos era aún peor.
Así se sucedieron ballenas, delfines, pulpos,... Y una serie que se
quedó muy en el mar. Quitamos de la ecuación los días que no hubo playa
por ser fiestas, ir a parques temáticos, o fábricas de chocolate y
realizamos 20 esculturas y algún bonus del que nos sentimos muy
orgullosos.
Los que no seguís en Instagram - muy mal, hay que seguir a www.instagram.com/bebefriki
para estar al día de cosas molonas - pues os resumimos en imágenes lo
que dio de sí nuestro verano. Lo pasamos tan bien que pensamos repetir.
Seguro que muchas habéis leído muchas cosas sobre la operación pañal, consejos y sabias conductas para ayudar a vuestros hijos en este difícil paso de convertirse en autónomos de los esfínteres. Pero no so creáis todas esas cosas preciosas que ponen en las redes, la operación pañal puede ser un infierno, no esperéis que el niño/niña sea capaz de decir que quiere ir al baño por voluntad propia o genere de la noche a la mañana una autonomía brutal y no tenga escapes en una semana. Os voy a contar mi historia, llena de lágrimas y pises y cacas. Una historia en la cual el tic tac de "tienes que ir al cole" puede sobre los mensajes de amor y respeto por los tiempos y dejar al niño reconocer cuando quiere dejar de llevar ese kilo de celulosa pesado y molesto en el culo... La historia de como volver loca a mi madre y mis abuelos y jugar con sus sentimientos. La historia sobre los niños que se la rebufa dejar de usar el pañal.
Pues bien, vamos a empezar por el principio de los tiempos. El año pasado ya estuve sin pañal casi todo el verano. Se me escapaban los pises y demás pero no era una "operación pañal" en toda regla. Era un problemilla médico que se solventó llevando el culo al aire todo el santo verano. Pero como este año tenemos que ir al cole en mayo la cosa se puso tensa. Mi señora madre instaló varios orinales por toda la casa. Uno de suelo, uno colgado y un reductor en el baño por si alguno hacía que me sintiera inspirado. Ni caso. Sacó unas pegatinas que cuando haces pis encima salen animalitos y las colocó en todas partes a ver si además así atinaba. Ni caso. Usamos sistemas de diplomas, pegatinas y premios. No tachamos ni uno. Releímos El Orinal del pirata , me sé la canción de muerte, pero lo que viene a ser hacer pis, nada de nada, de nada. Ya por aburrimiento y a base de chantaje de chuches accedí a ir una de cada 4 veces dejando por supuesto un pis en medio especialmente dedicado a mi señora madre.
Cuando tenía que hacer mis necesidades buscaba rincones así que cuando al rato mi madre iba a la habitación veía el charco o peor aún, si eran aguas mayores conseguía esconderme hasta que el olor me delataba. Y ni toda la paciencia del mundo conseguían que hiciera pis en el orinal, y eso que mi madre ya prometía casi viajes al Caribe si hacía una sola caca en su sitio. Nada de nada. Ahora muchos pensaréis que eso es que no estaba listo, que cada niño tiene un ritmo,... todo mentira, no es que las cosas sean "escapes" es puro orgullo de enano cabroncete. Soy el primer niño de la historia de la humanidad que ha dejado el pañal de noche antes que el de día. No es broma, me levanto seco e incluso aguanto a después de desayunar para ir al baño. Así que no os engañéis, es una fuerza de poderes para ver quien se vuelve loco antes.
Hay un par de hitos que han "acelerado" el proceso un poco. El primero es la llegada del orinal que se cuelga. Al principio me hacía gracia hacer pis allí. Después simplemente mi madre me perseguía como una psicópata por la casa con la parte desmontable azul y así evitaba que me diera por hacer de las mías . El orinal de aprendizaje de Moltó se puede colgar y descolgar porque lleva un enganche especial y fomenta la autonomía y esas cosas. Multipremiado porque es un inventazo para los peques aunque no os vamos a engañar... Sólo lo uso cuando me apetece. Da un resultado genial y es fácil de limpiar y sorprendentemente cómodo. Ahora mi madre lo usa como una sartén y lleva la parte azul a todas partes y me amenaza como si fuera un cazo. Es un poco inquietante pero la verdad es que ahora lo veo hasta divertido.
El segundo es la piscina. Me han dicho que el señor que la cuida no deja meterse a niños que se hacen pis o caca dentro y la verdad es que no me hace muy feliz quedarme sin piscina.
Aunque recuerdo momentos memorables en la de invierno con esas cosas del pis. Allá por mayo cuando empezamos con eso de "no llevar pañal". Mi madre, no por ser más insistente va a ganarme a cabezón, un día después de decir mil veces que no quería pis, me quitaron el bañador y me meé en el bolso de una señora. Creo que no he visto a mi madre más roja en su vida y a la señora más cabrada. Porque además lo hice a conciencia, apuntando y riéndome mientras mi madre cogía la bolsa de la taquilla.
Otra muy maja es el pollo que monté en un centro comercial porque no quería hacer pis en el baño, si no en los arboles, pero no los de fuera, los de dentro. Mi madre insistía en que eran macetas y que no podía pero casi me cuesta unos buenos azotes entender el motivo por el que no puedo mear en cosas verdes dentro de las casas, si hay que regar árboles en la calle para que crezcan es muy feo no hacerlo con los que están dentro.
Así que si estáis preguntándoos que tal vamos, después de casi dos meses y pico de sufrimiento os diré que mal. Muy mal, un porcentaje de 50% pese a lo pesados que son y que me obligan a ponerme cada hora a intentarlo. Pero voy a ganar yo, y seguramente me dejen abandonado en la playa en el proceso, pero merece la pena.
CONSEJOS: De verdad lo de incentivar a los niños por la lectura funcionó durante una semana. ya no. El orinal que más éxito tuvo fue sin duda el de Moltó. Al menos es cómodo para todo el mundo y se limpia muy bien, además está colgado así que siempre sabemos donde anda.
Si los niños no quieren hacer pis os ganarán. Esto no es un consejo, es una amenaza.
Aunque la operación pañal sea un fracaso y os toque ir al cole a cambiar a la criatura todos los días al menos siempre podéis recordar esas conversaciones divertidas de vuestro querubín narrando como se ha "cagao" encima o ha hecho un "chorizo".
No hay forma delicada de decir esto... Me gustan los trenes. Grandes, pequeños, de vapor, eléctricos, el metro, los cercanías, azules, verdes, rojos... Bueno la verdad es que me gustan más los rojos, eso no os lo voy a negar. Pero la esencia es que me gustan los trenes.
En casa hay un juguete estrella, bueno cientos, son trenes, con vías, sin vías, de mayores, de pequeños, que andan solos, que no tienen ruedas, ... pero son MIS TRENES y nadie puede tocarlos. De casa tengo que salir siempre con, al menos, una "Tomotora", y a lo mejor también engancho algún vagón, siempre lo intento pero a veces mi madre no me deja. Aunque siempre puedo poner todas las cosas de una sala, una detrás de otra y decir que es un tren, hasta alcanzar kilómetros.
También me gustan las pelis de trenes, e incluso las pelis en las que salen trenes y no te has dado cuenta porque... ¿Recuerdas lo mucho que mola el tren de Dumbo?, ¿No te mola el tren de Harry Potter? ¿Sabes que Doraemon tiene una peli de trenes? ¿Sabes que antes de empezar la peli de Toy Story 3 hay una persecución de trenes genial? Pues yo sí, pero si hay algo que puedo ver en replay es Polar Express o en su defecto esos videos de Youtube con rusos montando maquetas. Soy así de rarito.
Y por supuesto me gusta montarme en trenes. Los normales, los que pasan
de vez en cuando, los viejos o los que están parados. Por eso
últimamente lo de ir a ver
trenes se convierte en una constante. Al lado de casa hay un parque con
un tren, es cierto que es un rollo de parques porque es para pequeños
pero yo tengo que - necesito de forma compulsiva - echar gasolina al
tren (es decir, coger el cubo y ponerle arena para que pueda arrancar) y
luego conducirlo durante horas mientras el resto de niños juegan a sus
cosas.
Así que era obvio que el Museo del Ferrocarril, bautizado como - Donde viven los trenes - era el destino ideal para pasar un día de diversión. trenes por todas partes, maquinas de vapor, "tomotoras" y ¡vagones con cama dentro! un pasote, de verdad. Cada nuevo tren era una aventura además rodeados de actividades porque planeamos la visita con las jornadas de "las noches de los museos".
Pero si hay algo que mola de verdad, algo que merece la pena ser contado es el minitren. Este día es jornada de ¡A todo vapor! Así que las tres locomotoras que están en marcha son de vapor y no eléctricas, chupas humo pero mola, y te dan un billete autentico que te pica el revisor. Por delante más de 300 metros de vía por descubrir, con túneles, curvas y ramas asesinas no podadas al módico precio de 1€ los niños y 1,5€ los adultos.
¡Me ha encantado este fin de semana, ha sido muy, muy ferroviario, creerme!
Mi madre dice que soy un enano, mi señora Tita me llama "bebé" y cuando alguien me ayuda y no me apetece les espeto que soy un niño grande... Y es que aunque no lo parezca ya son tres los años que os llevo molestando y contado aventuras. Y en esta ocasión os quiero enseñar un poco del Fiestón DIY que preparó mi mamá, no mucho, porque estabais todos invitados y si no habéis venido es porque no os ha dado la real gana, rancios, que sois unos rancios.
EL SITIO.
No tenemos local, no hay ningún sitio para meter en casa a tanto niño y la idea de habilitar el trastero fue descartada porque no podemos ya ni abrir la puerta, así que necesitábamos encontrar un lugar para la fiesta. Las cosas de la vida vienen a veces rodadas y a mi mami se le presentó la oportunidad de ir a un sitio muy chulo que no tiene nada que ver con esas fiestas de cumple programadas tan cerradas, con un planning y una señora que está deseando echarte antes de haberte dado de merendar. La idea era que todo el mundo estuviera a gusto y se fueran cuando quisieran, que los nenes pudieran jugar libres y sin riesgos (recordemos que en el anterior cumpleaños perdimos dos niños y otro acabó en el hospital, mis fiestas son lo más). Pero que además tuvieran entretenimiento desde los más canijos a los que son un poco más mayores. Y así apareció A TU BOLA. Un local multiusos con un horario muy majo para poder organizarlo nosotros solitos, con muchísima equipación, castillo hinchable pequeño para los canijos, futbolín, dardos, consolas, mesas por doquier, sillas, cocina equipada, ... todo lo que podíamos necesitar para tenerlo cómodo y organizado.
Así que mientras fui expulsado a casa de Tita Bea después de la celebración familiar (porque mi cumple ha sido un cumple gitano de tres días enteritos) mis padres se encargaron de decorar y preparar el local para que tuviera de todo: Mesa dulce- salada, decoración básica, photocall, pintacaras, tatoos, pulseras luminosas, globos, tartas molonas para todos los gustos,... de todo.
LA TEMÁTICA.
Este año tocaba Totoro, por muchas razones, porque fue la primera peli que vimos en el cine, porque es adorable, porque tenemos mil cosas suyas, porque hay disfraces, gorros, regalos,... y porque forma parte de nuestra vida y en cierta forma somos todos un poco Totoros. Así que la cosa era sencilla: coger todo lo que hay por casa, hacer banderolas y preparar algo con un mínimo de gusto. Pero el toque, el toque lo dio la tarta
LA TARTA.
Supongo que muchos conocéis a Tamara. Pues Tamara es una artista, las cookitas, las tartas, los pasteles, los salados... pero la especialidad, la cosa que no puede faltar nunca es su tarta de zanahoria. Un común denominador de todos los cumpleaños que celebre es que la parte más bonita de la mesa tenía la firma de Cookita. Y no voy a decir cómo estaba de buena la tarta, lo que voy a hacer es enseñaros lo bonita que quedó.
LOS INVITADOS
Soy un tipo suertudo porque aunque no vaya a la guarde tengo muchos amiguitos, algunos faltaron pero aún así nos acordamos mucho de ellos, esperamos que lo pasaran super bien y acabaran con el típico subidón de azúcar de las fiestas frikis. Ese es el único objetivo.
LOS MAYORES
Descubrimos que meter en la ecuación consolas y volantes mantiene entretenidos a todos los mayores. Se organizaron grupos de padres que iniciaron una fiesta del bricolaje alternativa y por lo poco que se quejaron creo que no fue un infierno estar allí.
EL AÑO QUE VIENE...
Pues más y mejor, esperamos que sigamos creciendo fuertes y sanos, que seamos muchos más y que lo pasemos en grande. ¡Os queremos! ¡Gracias por estar ahí!