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jueves, 16 de marzo de 2023

Casa museo del Ratoncito Pérez, el museo más mágico de Madrid

La Casita-Museo es un lugar único e inusual donde la magia y la cultura cobran vida y da la oportunidad a niños y mayores de conocer y acercarse a uno de los personajes más populares entre los peques, dejando huella en todos los que lo visitan. Os contamos cómo es por dentro y por qué deberíais darle una oportunidad y acompañar a vuestros hijos en esta mágica visita. 


El museo

"Pequeño por fuera, grande por dentro, como su dueño". O como la mayoría de cosas que os enseñaran en esta increíble visita donde los tamaños son relativos, podemos hacernos pequeños y entrar en una caja de galletas o grandes y disfrutar de una experiencia con aventuras, búsquedas del tesoro y anécdotas para conocer el cuento original de Luis Coloma un poquito más. Podremos ver su casa familiar, una gran caja de galletas Huntley, en la que reside junto con su esposa Catalina y sus hijos Adelaida, Elvira y Adolfito; el buzón de correos a través del cual niños y niñas se comunican con Pérez; una reproducción parcial del despacho de Ratón a tamaño humano…

Veremos escenas que recrean la historia contada por Coloma: la extracción del diente de Bubi por los médicos de palacio; la escritura de la primera carta a Ratón Pérez, escenas del encuentro entre ambos y de cuando es transformado en ratón por, en palabras de Coloma, “un prodigio maravilloso, que nadie hasta el día de hoy ha podido explicarse”. ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ 

Encontramos objetos de Bubi como, su diente de leche o su colección de payasos y arlequines, la poesía de Gloria Fuertes, la presencia de D. Jacinto Benavente y D. Benito Pérez-Galdós, la colección de dientes de leche ilustres,… ​ ​Todo esto poblando unas paredes llenas de historia ​y guiados por uno de los ayudantes de la casa que nos contarán el cuento original y explicarán los pormenores de cada rincón porque se trata de una visita guiada de cerca de una hora pero que sabe a poco. 

​En 2003 el Ayuntamiento de Madrid de la mano de su entonces alcalde Jose María Álvarez del Manzano situaba la primera placa conmemorativa dedicada a un personaje de estas características en la fachada del edificio en el que según Luis Coloma, en su cuento Ratón Pérez, vivía y vive en la C/Arenal número 8 de Madrid.

Poco tiempo antes representantes de la “Asociación de amigos del libro infantil y juvenil” hacían sus honores, ofreciendo la estatua más pequeña del mundo, la de Ratón Pérez, situada en el Hall del edificio que puedes visitar gratis.

La Casita-Museo de Ratón Pérez abrió sus puertas en 2008 a petición del propio roedor y contando con tan honorable permiso y reconocimiento para que todos los niños que quieran conocer más acerca de él puedan acercarse. ¿Os cuento un secreto? por aquel entonces el museo era sólo una sala con la maqueta y muchos objetos que hacían referencia al ratoncito, una visita libre de pocos minutos que además pocos conocían, lo sé porque siempre he sido muy fan del Ratoncito y sin niño ni nada fuimos a verla y aún lo recuerdo con cariño. 

En 2011 se amplía notablemente las Casita-Museo a la dimensión que ahora tiene dando espacio de este modo a todos los objetos y recuerdos que Pérez permite exponer.

El cuento original

​El primer documento escrito en el que aparece Ratón Pérez como referente y protagonista fue publicado en 1902 y escrito por Luis Coloma Roldán.

​En este cuento narra las aventuras de Bubi y su primer diente de leche perdido (o arrancado sin piedad) y sus hazañas acompañando al ratón por la parte más pobre de Madrid. 

La Confitería Prast, donde sucedió parte de esta historia y donde está ahora la casa museo data de la época de Isabel II. Efectivamente fue una conocida y reputada pastelería y está a pocos metros del Palacio Real por lo que todo hace pensar que todas las historias son ciertas. 

El padre de Coloma, fue un escritor, periodista y jesuita español. Licenciado en la Escuela Naval, estudió Derecho en la Universidad de Sevilla. Compaginó su labor como consejero espiritual de la Corona y miembro de la Real Academia de las Lenguas. Pero su encargo más famoso llegó a finales del siglo XIX. Fue plasmar en papel el caso del niño rey Alfonso XIII por la pérdida de un diente de leche a los ocho años. Al jesuita se le ocurrió la historia "Ratón Pérez" y el rey Bubi, como llamaba la reina María Cristina a su hijo. Desde entonces, se ha revelado el "secreto" del famoso lugar de los ratones y su vida.


Los secretos del ratón

En la visita descubrirás todos  los secretos de su magia, su indumentaria, podrás reconocer al ratón entre mil ratones más y, si eres sigiloso y tienes suerte, quizás puedas también toparte con él en persona. Puertas secretas, pasadizos mágicos, lugares reservados a los más pequeños, y miles de sorpresas ocultas. Aprenderás su historia real. Sabrás qué hace con todos los dientes. No olvides llevar tu carta para comunicarte con él en su buzón al final de la visita y, sobre todo, lávate los dientes todos los días que los dientes pochos no le gustan nada. 

Datos de la visita

Precio
Precio: 5 €
Menores de 3 años GRATIS

Reserva tu entrada por whatsapp en el número 634742768 o pasando por la tienda del propio museo.

Horarios
Lunes: 11:00 - 14:00
Mar - vier: 11:00 - 14:00 y 17:00 - 20:00
Sábados, Domingos y fest: 11:00 - 14:30 y 16:00 - 20:00

Dirección
Calle del Arenal nº8, planta 1
28013, Madrid

Más info: 

miércoles, 3 de junio de 2020

La pandemia que nos enseñó a cocinar

Si hay una cosa que nos ha tenido en vilo durante la pandemia ha sido la manía que le ha dado a la gente de hacer cosas raras. Primero lo de ir a comprar papel higiénico como si no hubiera un mañana y después todo el mundo se ha convertido en expertos reposteros y panaderos hasta tal punto que se agotaron las reservas de harina y levadura. La pandemia de 2020 pasará a la historia por ser el simulacro más grande de Master Chef de la historia de la humanidad. 


La verdad es que resulta muy curioso que en plena emergencia mundial a todos les diera por ser personas de provecho, algunos les dio por el deporte, otros por los Tik Toks, algunos se oyeron todo el archivo de la biblioteca nacional, y otros simplemente vegetaron en el sofá sin límite. Lo que si es cierto es que la presión social para ser productivo impulsó a la mayoría de los humanos a darse a la cocina. Quizás fuera por el tiempo que tuvimos extra de estar en casa, quizás para huir del homeschooling o simplemente para llenar un vacío existencial pero el resumen es que desabastecimos de levadura todos los supermercados del país. Una de las primeras tareas de los coles, cuando pensábamos que la cosa duraría sólo 15 días fue -estándar- hacer un bizcocho y menos mal que fue en la primera semana porque si no ese bizcocho se hubiera convertido en una utopía. 

Otra de las cosas más misteriosas de la pandemia es el interés que ha despertado la "masa madre" en la gente. Yo desconocía lo que era exactamente, de hecho cuando las redes sociales se llenaron de botecitos con una entidad viscosa y burbujitas intentamos dar respuesta a esa pregunta pero sigo sin tener muy claro la necesidad de hacer fermentar eso para hacer pan casero pudiendo hacer acopio de pan congelado o acumular kilos de pan Bimbo. 

Una vez superado este afán de las primeras semanas de cocinar como cosacos llegó la nueva y sorprendente moda de la virtualidad. Los directos a todas horas, los adultos abriendo cuentas de Tik Tok, los vermuths virtuales y toda una serie de ideas de casquero (en forma de Challenges)  que coparon las agendas de los más pintados. No sabíamos muy bien cuando tocaba cuentacuentos, clases de magia  o Circo del Sol. Lo único seguro es que los aparatos de la casa echaban humo del uso. 

Cuando en el futuro resumamos la pandemia supongo que habrá que edulcorar algunas de estas cosas porque la cantidad de horas de televisión consumidas hablan por si mismas. En las familias con niños habrá recuerdos difusos de odio a la terea delos coles y a las videollamadas de niños poco receptivos, en las de los solteros fiestas sin fin en pijama y mucho Streaming. La cosa es que la pandemia nos habla de una nueva realidad, una "nueva anormalidad" que para muchos es celebrada como un cambio del estilo de vida y que , para otros, simplemente no es plato de buen gusto. Nosotros no hemos hecho valoración de este confinamiento aún pero si hay un par de cosas que tenemos claras. Una de ellas es que esta ruptura con todo lo que hacíamos hasta ahora, con el estilo de vida que teníamos , volverá a su cauce por mucho acto de conciencia que se realice detrás de una pantalla. En cuanto las obligaciones regresen tendremos que seguir cogiendo el coche, tendremos que seguir viviendo con prisas y tendremos que cambiar la "falsa tranquilidad" por las mismas rutinas que antes. El cambio no está en los individuos, depende de un sistema ajeno que no controlamos y que hace que los horarios de colegios y trabajos, los desplazamientos controlados y masificados o la vida en grandes ciudades tengan que seguir igual.

Nos espera un verano incierto y seguramente una serie de confinamientos y desconfinamientos durante todo lo que queda de año (y más allá) y la gente es muy positiva al respecto. Esperamos no tener que ver más fotos de Bizcochos en las redes o rellenar la agenda de nuevo de eventos virtuales. Esperamos que poder abrazar a los tuyos no sea una utopía que tarde en llegar varios meses pero la verdad es que la "nueva realidad" es un bofetón y aunque te intentes quedar con lo bueno el 70% de todo lo demás ha sido un infierno. Nos queda mucho por recuperar: listas de espera, sanidad estancada, un lapsus en los estudios de los peques de meses, ERTES y despidos, recuperación de sectores muy dañados e incluso heridos de muerte, y eso sin entrar en las perdidas de vidas. Permitidme que en esta ocasión no sea positiva.

Si, la pandemia nos enseñó a cocinar pero también nos va a cambiar el futuro a todos. 

jueves, 30 de enero de 2020

Adiós a los dientes de leche. La verdadera historia del Ratoncito Pérez y dónde visitar sus casas y puertas

Nos ha visitado la rata de los dientes. Llámalo Hada de los dientes, Ratoncito Pérez o cómo quieras, ese ser mágico que tradicionalmente recoge los dientes de los niños y les deja algo a cambio. La llegada era esperada porque a los seis años y nueve meses ya era el único de la clase que conservaba todos los piños intactos pero no por eso es menos emocionante. Pero en estos días al compartir la perdida del diente con la gente nos hemos dado cuenta de que se habla mucho de si los cumpleaños se nos van de las manos, que si los Reyes Magos son desproporcionados... Pero ¿Y el Ratón Pérez? Eso también da para un libro entero. Pero, a parte de lo obvio, ¿Conoces la verdadera hostoria del Ratón Pérez? ¿Qué tradiciones tenías y cuales tienes ahora? Nosotros vamos a contaros de dónde viene, qué hace y qué cosas puedes hacer cuando los peques pierden su primer diente y, sobre todo, lo que opinamos de la tradición a día de hoy.

En España celebramos el Ratoncito Pérez, una tradición que procede de la literatura. A pesar de que conocéis muchos libros sobre esto el autentico y original data de finales del siglo XIX cuando Luis Coloma ideó este pequeño libro para un niño que había perdido un diente de leche a los 8 años. El niño en cuestión era especial, se trataba de un encargo de un libro "personalizado" por una madre, seguro que hasta aquí muchos os sentís identificados. La Reina Regente María Cristina decidió encargar y regalar un libro especial a su hijo, Alfonso XIII, conocido cariñosamente como Buby. Este ratoncito vivía en una caja de galletas en la calle Arenal 8, muy cerquita del palacio y donde ahora se encuentra el museo del Ratoncito Pérez. Desde ahí usando pasadizos y túneles recogía los dientes de los niños. En esta ocasión Buby protagonizará una noche inolvidable con su compañero recogiendo los dientes de los niños y cambiándolos por monedas (ver la página 37 del original) en este camino el futuro  rey conoce la forma de vida de sus súbditos , algunos muy pobres, por eso el entregar una moneda por la pieza perdida, y además aprende mucho de lo que sucede a su alrededor y cómo se debe ser generoso y cuidar de los demás.

Así que sí, el Ratón Pérez trae dinero. Desde siempre. Lo de los regalos, diplomas y puertas lo hemos ido añadiendo nosotros. Pero ojo, trae UNA MONEDA. En estas semanas hemos oído hablar de billetes de cuantías estratosféricas y regalos tipo comunión para cada diente caído. ¿Estamos locos o qué? La magia no está en el volumen, está en la idea, en la tradición, en la parte bonita de la historia y con este tipo de comportamientos los mayores nos lo estamos cargando todo. Y mejor no hablamos de presupuesto de esos 20 dientes de leche. ¡Echa cuentas!

En esta casa el Ratón ha traído un detalle (por ser el primer diente) y una moneda de 2€. Y no había nadie más feliz que ese niño con su moneda, viendo cómo el ratón se había llevado su diente y comido su queso.

Cosas que puedes hacer para que sea un poco más especial ese diente. 

Nuestro primer consejo es hacer algo en familia. En el número 8 de la calle Arenal se encuentra el lugar donde , según el cuento, vivía el ratón. En ese lugar, dentro de la galería comercial y subiendo unas escaleras, existe un pequeño museo donde los pequeños pueden disfrutar de visitas guiadas y conocer la historia del Ratón más famoso (con permiso de Mickey) de España. Las entradas se compran allí o anticipadas y puedes encontrar información en su página web. En este museo abres la puerta a la magia y se entrelaza con la historia pudiendo ver la réplica de la caja de galletas donde vivía o depositando el diente en su buzón para ahorrar el camino al ratón.

Puedes buscar las puertas repartidas por España. En Madrid puedes ver una de ellas se esconde en la Calle Alcalá 51, en la salida de metro de Banco de España. Allí, a simple vista pero escondida esta una de sus múltiples puertas para moverse por Madrid y recolectar los dientes.



En Barcelona en el barrio de Les Corts , cerca de la Plaza de Comas, en el numero 23 de la calle del Taquígraf Garriga. Comparte chalet puerta con puerta con el duende de los chupetes.


En Cercer, Huesca, también tienen este mágico rincón. Y tenemos pendiente visitar el bosque de los duendes de Soria que vimos en Refugio de Crianza y donde seguro que alguna puerta también lleva al Ratón a casa de los peques sorianos.

Compartir esta experiencia con los pequeños vale más que ese billete de 20€ que le dejáis debajo de la almohada.


¡A lavarse los dientes!

Las visitas de la casa del ratón y las charlas que rodean al Ratón Pérez siempre llevan hacia la higiene bucodental. Es genial aunar ciencia y magia. A través de esas puertas y esos diplomas descargables de internet o esos cuentos personalizados y puertas preciosas hay un mensaje que podemos dar a los más pequeños. Sin duda no dejéis de aprovechar esas caídas de los dientes de leche para que no nos olvidemos que los dientes pochos no los quiere ni el ratoncito. 


Contadnos. ¿Cómo habéis gestionado la caída de los dientes? ¿Qué os ha traído el Ratón Pérez? ¿Habéis hecho algo especial? ¿Conoces alguna puerta del Ratón en otro sitio?
 
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