Parece ser que los niños tenemos una motivación genética hacia las torres.

Es decir, si nos pones 100 piezas una detrás de otra será transformado en una torre imposible que crece en una sola dirección: hacia arriba.

 A día de hoy, y tras muchos experimentos puedo afirmar que las torres de un bloque "tó párriba" no se sostienen más allá de la décima altura.

Por eso la mesa es increíblemente útil. Primero sirve de anclaje, da peso y consistencia y además deja rienda suelta a la imaginación arquitectónica favoreciendo la creación de Torres más elaboradas, puentes, acueductos... O trenes muy altos, la nueva variante con ruedas de las torres.

La cantidad de colores, piezas e incluso accesorios hace que sea un juego que no termina nunca, sólo puede ampliarse y mejorarse. 

Cosas que molan de la mesa:

1. Es un kit básico con piezas suficientes para hacer construcciones decentes. In total de 30.

2. Incluye piezas especiales y pegatinas, entre ellas dos piezas con ruedas.

3. No es una base completa, tiene forma de circuito favoreciendo también el juego motriz, imaginación y destreza.

4. La base ayuda a realizar construcciones más complejas para los más peques y sirve de punto de apoyo mucho mejor que el suelo.

5. Se puede plegar guardando las piezas en su interior ocupando súper poco espacio y además se puede transportar como un maletín par llevarlo de vacaciones o a casa de los abuelos cuando vas de visita.  

6. Es compatible con todos los kits pequeños de MEGA BLOCKS de forma que si quieres hacer algo más elaborado puedes ampliar la colección y expandir tu mesa hasta el infinito.

7. Los kits de construcciones tienen mucha variedad de tamaños y son además muy económicos.

8. Que si colocas todas als piezas en la mesa te ahorras recogerlas (esta idea es toda mía y me siento super orgulloso de ella).

En casa ya se ha convertido en un imprescindible. Aunque el otro día pillé a mi madre haciendo un puente y me da a mí que a lo mejor me lo quita y todo...