Creo que voy a abandonar mi vocación de biólogo marino una temporada para dedicarme a cultivar un jardín. Puedes llamarlo crisis de la mediana edad, puedes echarle la culpa al procyeco de huerto urbano del cole o simplemente pensar que soy un hippie pero ha sido llegar la primavera y ver crecer las flores y entrarme unas ganas locas de plantar cosas y verlas crecer.


En clase plantamos unas lentejas. La cosa prosperaba bien pero fenecieron con las vacaciones de Semana Santa. Tampoco es que la planta fuera muy extraordinaria pero la verdad es que crecía que daba gusto y era bastante divertido ver que salía enseguida de la maceta-vaso de plástico. Así que como me han visto motivado hemos experimentado nuevas técnicas para mejorar el mundo: Mi primer minihuerto. 

La primera adquisición fue la maceta de césped de Jardinería Canna. Pude plantarla yo mismo y la verdad es que en muy poco tiempo tenía todo lo que necesitaba: una planta que subía como la espuma. Además como decidimos plantar el "césped" le puedo cortar el pelo una vez a la semana con las tijeras de podar y, para ser sinceros eso ayudaba bastante a mantener el interés.

Como no la he matado hemos ampliado la "vegetación" con un cactus, y alguna planta de baja demanda y unos rábanos por cortesía de Leroy Merlin que tenemos que trasplantar de su botella a un sitio más adecuado. Y tenemos pensado plantar después del verano plantas aromáticas si no muere nada en este tiempo. El ejercicio de las plantas sirve para varias cosas:

- Fomentar mi independencia y poner a prueba los nervios e mi madre. Al tenerlas a mi alcance y ser el encargado pueden pasar "accidentes", de hecho hay una de las plantas que me gusta pasear por la casa y sobre la que penden apuestas sobre su duración en la familia friki.
- Establecer rutinas y responsabilidades. Hemos decidido establecer un día de riego. Los lunes. Aunque siempre que las veo regateo si es lunes. Así que tiramos de calendario y vamos tachando días en forma carcelaria para poder saber cuando toca regar.
- Cuidar el medio ambiente. Hemos reducido drásticamente la manía de arrancar flores del campo para dárselas a mamá. Ya asumo que esas flores si se arrancan se mueren así que esperaré a que salgan de las macetas. 

Así estamos dando un paso pequeñito en casa para cuidar el medio ambiente aunque tenemos pensado hacer alguno más. No dejar corriendo el agua, dar duchas en vez de baños para refrescarnos, no poner el aire acondicionado o la calefacción y usar más o menos capas de ropa, salir al aire libre y abrir las ventanas en lugar de estar en casa encerrados con la luz dada... Esas pequeñas cosas que ayudan mucho a hacer un mundo mejor.

Iniciativas pequeñas como la de Villa Friki o grandes como la de Leroy Merlin de #hazloverde y #espormibien e incluso los talleres gratuitos y la asesoría de tiendas y comercios como Jardinería Canna hacen que ser un poco más cuidadoso con el medio ambiente sea más fácil y sencillo. Hay libros, recursos on line y muchas cosas que los papis pueden usar para concienciar y hacer que la educción ambiental sea fácil, al final la vida se aprende por imitación así que no debería ser tan complicada.

Os dejo, me voy a ver si me dejan regar las plantas aunque sea martes... Y animaros a plantar algo, de verdad lo vais a pasar muy bien y la casa será otra.

Estamos en plena operaión "dormir solito en cama de mayor". Lo que además se ha calificado en casa de "fracaso de dimensiones épicas" según mis progenitores. Me han puesto cosas monísimas, estrellas que brillan en elas paredes con Cars, un edredón de Cars, el pulpo luminosos de Tutete, la tortuga luminosa, el gusiluz.. Toda una discoteca. ¡Vaya!

Pero no, no funciona para nada. Yo estoy muy agustito en mi cuna, con mis barrotes, asomando la cabeza por la ventana como un psicópatra cuando sale un venino, saludando a los pajaritos... Esas cosas de bebés...

Además en mi cuna no tengo la "discoteca" tengo la manta más mona, amorosa y preciosa del mundo. Es la manta DESTELLOS de PIELSA que tienen unas estrellitas que lucen y hacen mucha compañía. Las mantas son unas cosas fascinantes, tan calentitas y blanditas, con dibujos adorables y tan monas. De hecho mi manta destellitos se muda de vez en cuando al salón para que pueda echar cómodas y plácidas siestas quitando el sofá a mis progenitores.

El otro día, manta en mano, consiguieron que durmiera en la cama. No os creáis que es fácil, eso es ya un logro.

La manta DESTELLOS tiene varias cosas que me gustan. La primera es el material, muy, muy suave y muy amoroso. Además es fácil de lavar, queda muy bien, los apliques luminosos aguantan los lavados y además seca sorprendentemente rápido para su grosor. Y con lo que manchamos los niños es muy importante. No me digas que no... El color es un marfil tomado, es decir, qeu no es un blanco nuclear de esos que quitan el hipo así que es muy sufridita y aguanta pequeñas manchas sin tener que ir volando a la lavadora. Y combina con cualquier juego de cama/cuna que tengas.

Otra cosa que me encanta es que es una marca española, eso da seguridad, garantías de calidad y trabajo a los nuestros, que ver una etiqueta de textil de cualquier producto te quita el hipo. Es decir, cumple con todos los estándares de seguridad y controles de materiales de forma que sabes que no puede hacer daño a tu bebé, por borrico que sea.
 Tiene varios modelos, con dibujos que aprovechan el relieve con los que me gusta mucho jugar y las estrellas que se iluminan hasta dos horas despues de apagar la luz (que lo he contado, ¡Eh!). Además la luz no es agresiva, es tenue y tanquilizadora. Aunque reconozco que me gusta tanto jugar con ella que acabo siempre destapado encima de ella y no debajo.

Su tamaño se adapta bastante bien a cunas y camas pequeñas. por lo que puede durar mucho años como compañera de cuarto.

Más info: 
http://www.pielsa.es/destellos

Es el segundo año que me llevan a este sitio lleno de teles y niños enganchados a los mandos. Este año ya con movilidad la cosa ha mejorado bastante. Eso si, me crea mucha confusión todo. La gente iba disfrazada de cosas raras, me ofrecían pistolas, me hacían fotos... Y todo por que me han confundido con un tal Nathan Drake. Está claro que no puedo salir de casa sin afeitar. A este paso acabo firmando autógrafos. Es mi destino.

En fin. Al tema. Mi padre es muy de jugar y mi madre muy de sacar fotos pero esta vez encontramos el equilibrio entre las dos vertientes de psicopatía y básicamente hice lo que me dio la gana. Es decir, destruir. Armado con una espada era el amo. Si, pequeños míos, darme una espada y dominaré el mundo.

La verdad es que la feria mola bastante. no me dejan subir en los Brum, brums. Lo cual a mi, no te voy a engañar, me joroba. Pero la cosa podía ser infinitamente peor. A cambio dejaron que me expresara creativamente con muchas otras cosas: trepar, abrazar muñecos y cantar... Por que lo más guay de la feria para mí y para todos los presentes - no os engañéis - fue mi primer concierto.

La cosa empezó un poco tímida pero... ay amigo, cuando me suelto no hay quién me pare. Soy un crack de dimensiones apoteósicas. Menos mal que llegué yo por que era la única forma de dejar de escuchar en todos los karaokes de la feria a Bisbal y Pablo Alborán, nombres que cuando sea mayor espero no tener que recordar, y con mi vena más indie deleité a los presentes con mis gorgoritos y mi preciosa voz. Bueno, y mis coreografías ensayadas horas y horas en el salón.

Así al final la ovación no se hizo esperar y supongo que en breve tendré que firmar autógrafos. La fama es bonita chicos. 


  

Canción: Hope for the Future - Paul McCartney

Por eso cuando llegaron a casa los Mega Blocks se dispuso a sacarlos de la bolsa con presteza... Su gozo en un pozo, dentro de las cosas molonas de las construcciones está que tiene como miles de millones de pegatinas que se ponen en las piezas con animalitos, letras... Y mi madre eso de pegar algo recto lo lleva muy mal. Por eso recurrió al plan B, también denominado Plan Abuelo. Y le encasquetó la tarea a su progenitor que ni corto ni perezoso inició una faraónica obra de ingeniería para que quedasen las letras en zonas diferentes para que dentro de milenios sea capaz de poner palabras.

Una vez solventado ese fallo inicial la cosa fue mucho mejor. Lo primero es que el abuelo construye y yo destruyo. Contra más alta sea la torre mejor. Y de vez en cuando tengo que buscar cosas como el "tata" - a.k.a. Oso - o los Brumbrums - a.k.a. coches. 

Al final, tras una semana ya era oficialmente constructor, las torres no eran muy impresionantes, tres o cuatro piezas y vuelta a empezar, pero por algo se empieza, ¿no? Este juego me está gustando y promete durar mucho, si no empiezo a tirar piezas por la ventana, que ya sabéis que estoy "mu loco".

Todos los juegos para bebés de esta marca son muy chulos, y además tienen la franquicia de Thomas la locomotora... No digo nada y te lo digo todo. 

Más info: http://www.megabloks.com/es-es/node/2 

Mi mami, que es muy bruta, conoce sitios muy majos y me llevaron a probar EL HELADO. Así con mayúsculas...

Porque cuando te ponen una copa que es más o menos tu peso y te dan una cuchara eso es llegar a cotas insospechadas :)

Y yo, que tonto no soy, pues encantado. ¡Faltaría más! Si yo a comer y cachondeo nunca digo que no. 

Y una cosa lleva a la otra y cuchara por aquí, como por allá y bebé pringoso de cabeza a la lavadora. ¿Cuándo repetimos? 

No hay nada para nenes pequeños. Es decir, si, los hay pero son objetos de tortuta que te atrapan y no te dejan moverte. Yo lo que quiero es nadar. Así que como soy un pendón me han localizado un flotador que entra en mi rango de peso aunque sea para dos añetes. Y... no veas como mola. 

Lo de los manguitos aún no me va del todo bien. Pero desde luego aconsejo a todos los bebés que quieren flotar que lo hagan. Es cierto que no controlo hacia donde va exactamente  y parezco una tuerca girando sin parar en círculos. Por otra parte se supone que no me puedo beber el agua de la piscina. Es clarita, fresquita y además está a mano. Así que hemos iniciado una lucha encarnizada mami y yo para ver quién gana en eso de vaciar la piscina a sorbos. 

 Canción: Sun - Caribou