No es un secreto que en mi casa los juguetes duran poco. Me gusta interpretar a Godzilla y sentarme encima de los camiones o comprobar si rebotan los coches contra el suelo. Esta mañana sin ir más lejos me he cargado el maracao con todo su contenido sobre el suelo del salón (mi teoría es que las cosas las hacen mal).
Pero me ha  llevado a ver cómo será el futuro de mi vida, cómo se puede crear cualquier cosa con imaginación y un programa (mi madre a día de hoy duda de mi capacidad creativa y artística por mis trazos irregulares sobre las paredes)... Bueno, y una, de momento un poco cara, impresora en 3D.Y la verdad es que el futuro mola mucho.

En mi casa tenemos una impresora (está concretamente debajo de un kilo de cosas que mis padres van depositando encima pero sé que existe) pero no hace nada ni parecido a lo que vi gracias a Famosa en el COAM de Madrid. La mía sólo imprime vales y cupones descuento, que también mola pero no es lo mismo.

Teniendo en las manos los objetos que han fabricado desde el ordenador esos señores me parece que el futuro es muy prometedor, tener cualquier cosa que imagines en 3D. ¡¡Yo quiero mi cara en 3D a la de ya!! Se meten los datos en un programa, los reinterpreta y manda la información a una ,máquina que usando materiales de diversa dureza y elasticidad permiten convertirlo en un objeto real con el que poder jugar.

Lo han hehco con el dibujo de una niña pero por allí vimos cosas la mar de frikis, mescladas con amravillas como autenticas ciudades... y mira que les di porrazos, Pues no se han roto... 

¡Yo de verdad estoy alucinado! ¿Esto no lo hacen con chocolate o algo? Porque eso sería un puntazo...

Canción: Destroy Everything You Touch - Ladytron

Estamos en plena operaión "dormir solito en cama de mayor". Lo que además se ha calificado en casa de "fracaso de dimensiones épicas" según mis progenitores. Me han puesto cosas monísimas, estrellas que brillan en elas paredes con Cars, un edredón de Cars, el pulpo luminosos de Tutete, la tortuga luminosa, el gusiluz.. Toda una discoteca. ¡Vaya!

Pero no, no funciona para nada. Yo estoy muy agustito en mi cuna, con mis barrotes, asomando la cabeza por la ventana como un psicópatra cuando sale un venino, saludando a los pajaritos... Esas cosas de bebés...

Además en mi cuna no tengo la "discoteca" tengo la manta más mona, amorosa y preciosa del mundo. Es la manta DESTELLOS de PIELSA que tienen unas estrellitas que lucen y hacen mucha compañía. Las mantas son unas cosas fascinantes, tan calentitas y blanditas, con dibujos adorables y tan monas. De hecho mi manta destellitos se muda de vez en cuando al salón para que pueda echar cómodas y plácidas siestas quitando el sofá a mis progenitores.

El otro día, manta en mano, consiguieron que durmiera en la cama. No os creáis que es fácil, eso es ya un logro.

La manta DESTELLOS tiene varias cosas que me gustan. La primera es el material, muy, muy suave y muy amoroso. Además es fácil de lavar, queda muy bien, los apliques luminosos aguantan los lavados y además seca sorprendentemente rápido para su grosor. Y con lo que manchamos los niños es muy importante. No me digas que no... El color es un marfil tomado, es decir, qeu no es un blanco nuclear de esos que quitan el hipo así que es muy sufridita y aguanta pequeñas manchas sin tener que ir volando a la lavadora. Y combina con cualquier juego de cama/cuna que tengas.

Otra cosa que me encanta es que es una marca española, eso da seguridad, garantías de calidad y trabajo a los nuestros, que ver una etiqueta de textil de cualquier producto te quita el hipo. Es decir, cumple con todos los estándares de seguridad y controles de materiales de forma que sabes que no puede hacer daño a tu bebé, por borrico que sea.
 Tiene varios modelos, con dibujos que aprovechan el relieve con los que me gusta mucho jugar y las estrellas que se iluminan hasta dos horas despues de apagar la luz (que lo he contado, ¡Eh!). Además la luz no es agresiva, es tenue y tanquilizadora. Aunque reconozco que me gusta tanto jugar con ella que acabo siempre destapado encima de ella y no debajo.

Su tamaño se adapta bastante bien a cunas y camas pequeñas. por lo que puede durar mucho años como compañera de cuarto.

Más info: 
http://www.pielsa.es/destellos

Puede que las madres primerizas no lo sepan pero una de las cualidades más incomprendidas de los bebés es que somos muy tozudos, insistentes, cabezones y obsesivos. Vamos que tenemos nuestras pequeñas manías. En mi caso concreto desde bien pequeño esa manía es subirme a las motos, desde las de mayores (me he subido en todaslas del barrio) a las de los demás niños. Incluso cuando no llegaban os pies al suelo.

El advenimiento de la moto no ha cambiado eso, de hecho lo ha incrementado. Después de que el señor con barba me dejara lo que más anhelaba después de haber probado y reprobado (la Moto Premium de Moltó) que fue, de lejos, lo que más quería del mundo muncial, las cosas por Villa Friki han cambiado un poco. Durante dos semanas en lugar de despertarme a la voz de "Mamaaaaaaaa" o "Holaaaaaaaa" usé la nueva variante: "Motoooooooo".

Y es que tienen razón eso de que los moteros tienen un estilo de vida guay, así en plan bohemio, con los tatuajes (en mi caso de Cars de mentira) y el pelo al viento... En fin, que mola mucho ser motero.

Mi madre está al borde de un ataque de nervios. Dice textualemnte que me voy a abrir la cabeza porque no he aprendido a freanr con la moto, y ya le digo yo que Pedrosa no frena, que él acelera, pero ella erre que erre que me voy a abrir la cabeza. ¡Cómo será la cosa que me ha obligado ap edir un casco a los Reyes Magos! por mi seguridad física y su seguridad mental.

En fin, un motero no se separa de su moto. Y eso también lo llevo a rajatabla, puedo comer con la moto, dormir con la moto,... no he conseguido aún que me dejen bañarme con la moto pero todo se andará. Lo prometo. 


Si, mis queridos niños, con tal de no escuchar mis pataletas salgo con la moto a todas partes, de hehco si me instalaran el orinal sería capaz de empezar yo solo la operación pañal desde la "dichosa moto" - palabras de mi madre.


Pero yo creo que es obvio que soy el bebé más feliz del mundo, ¿no?